RUMORES

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“Donde el diablo no puede meter la mano, mete la punta del rabo.”

Santa Bárbara.

 

RUMORES: En su genial obra “RUMORES”, que debiera de ser lectura obligatoria para todos los mexicanos, Jean Noel Kapferer señala lo nocivo, pero trascendente, de esta práctica, la del rumor, como herramienta política, social y económica, amante de la distorsión y enemigo de la racionalización.

 

El rumor, “…proposición relacionada con los acontecimientos cotidianos, transmitida de persona a persona con el objeto de que todos crean en él, sin que existan datos concretos que permitan verificar su exactitud”, está destinado a ser recordado como verdad, aunque no lo sea y su objetivo es convencer sin evidencias.

 

El rumor puede permear a la sociedad de la misma manera que las noticias bien fundadas (un rumor “creó” al “monstruo del Lago Nech”) y provoca los mismos efectos movilizadores o inmovilizadores. Se basa en la fe más que en el conocimiento, en el que no se apoya, pero no nos damos cuenta de ello. Su contraveneno es la evidencia, pero muchas veces la negamos o no queremos, definitivamente, aceptarla. Simplemente no nos conviene.

 

Rumor es el: “nos favorecen las encuestas”, que nunca se dan a conocer. Rumores fueron los: “70% está contra el aeropuerto de Texcoco”, o “a favor de Tren Maya”, que nunca se comprobaron, y lo mismo son las expresiones de mentira tras mentira que, cobijadas por ciertos medios, transmisores de rumores, especialmente desde el centro del poder, buscan trascender con la generación de la duda sobre la actuación de un organismo, el INE,  alrededor del que se firmó un pacto de civilidad reconociendo su calidad y su capacidad y, sobre todo, su autonomía.

 

Rumor perverso es hacer creer que el 70% de los mexicanos quiere la reforma electoral que lo desmantelaría, propuesta desde el palacio del emperador, en base a una “encuesta” realizada a 400 personas, repito, 400, sobre una base de votantes de ¡97 millones!, repito… ¡97 millones! (“encuestaron” al 0.00004%, suponiendo que los susodichos son votantes activos) ¡Rumores que matan!

 

Ahora “la democracia existe solo si gano yo y el árbitro es imparcial solamente si marca tus faltas e ignora las mías”, contra eso, rumores. Con un rumor, se busca desaparecer al árbitro que encumbró a su régimen. Siembra cizaña, que algo queda.

 

OBJETIVIDAD: Fox y Peña Nieto han sido de los presidentes que llegaron con mayor capital político, mismo que perdieron, casi en su totalidad, durante su sexenio; uno por frivolidad, otro por la corrupción. AMLO ha hecho, a su manera y más radicalmente, lo mismo, o peor aún, ha dividido a la nación con rumores que van desde el desprecio a España (su origen personal) hasta el desconocimiento, en base a rumores, de que el llamado “penacho de Moctezuma”, que quizá no era de él, o, si acaso, uno de tantos, no fue un obsequio y como tal viajó a Europa: El que da y quita…

 

Pero, ojo, no nos enfoquemos a la parte mediática. Las encuestas de popularidad –la voz de la gente- le dan, al actual, un índice de aceptación que pocos, muy pocos presidentes –si acaso Adolfo López Mateos- han tenido al concluir su cargo. Esto nos lleva a meditar que, si los políticos tienen y quieren SU democracia y SUS instituciones, los medios también universalizan SUS posiciones e incitan al lector o al auditorio a amar o a odiar según SU punto de vista. Se ha perdido, pues, la objetividad, y el “pueblo bueno”, utilizado, ni cuenta se da.

 

Los antecedentes de ilegalidad se matan con rumores, los segundos pisos sin calidad, sin transparencia y sin costo conocido no importan. Los miles de millones de pesos de “ayuda” social y de padrones inexistentes, no pesan en el ánimo de los detractores que niegan todo, aceptan nada y proponen menos.

 

Eso es lo que nos está pasando, la lealtad, honestidad, trabajo en equipo y verdadero amor por México (otra frase común), se matan o se construyen con rumores, amén del nulo ánimo conciliador y de la inexistente capacidad de negociación de los eternos “nólogos” (el no superlativo), sin duda nos están llevando a extremos peligrosos. Los medios y las redes sociales son la arena de una peligrosa intención que crece, como ola de sunami, desde el púlpito matutino.

 

De entrada, México se ha convertido en un reto pugilístico, sin propuestas claras para dirimir y resolver diferencias. Reconocimiento y respeto, propuestas e intenciones, brillan por su ausencia, eso no es lo que requieren la paz y la convivencia que los mexicanos de bien merecen y necesitan.

 

DE FORMA: La economía mexicana, y su moneda, según el INEGI, se sostiene por dos pilares, también soportes de la moneda: a). Las exportaciones que surgieron a partir del TLC original y que nos brindan un superávit impresionante de divisas a partir de una balanza comercial superavitaria con nuestros “odiados vecinos” y b). Con la recepción mensual de casi cinco mil millones de dólares en remesas, se produce en Estados Unidos lo que se gasta aquí. Una pena que en México no existan ni se creen los puestos de trabajo que se requieren para no tener que salir a buscar el sustento al extranjero. Mientras, se “reparte” sin producir, compra de voluntades “hasta reventar al cochinito”.

 

DEFORME: Que los “representantes populares” no consulten a sus representados una vez acomodados en la curul. Se van por la libre y se representan a sí mismos o a terceros en discordia. ¿Qué la nación se los demande?, al parecer, sus partidos, no. Malo, malo…