Semiología del color
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En un sentido general, toda comunicación se da a través de signos y en estos términos, el lenguaje del color es aquel cuyos signos son cromáticos. Los colores son elementos comunicaciones o signos: elementos que en la actualidad son de importancia para la comunicación de masas, sin importar con esto el uso que desde antiguas épocas se han hecho de ellos en las diferentes religiones, en la magia, la vestimenta, etc.
No podemos hablar de signo sin antes de hablar de semiótica: como disciplina se encuentra en la base del sistema cognitivo humano, permite analizar los elementos de la comunicación audiovisual, la cual no sólo ayuda al estudio de los signos o elementos que integran un mensaje, sino que además establece también, una relación entre esos elementos de significación y los procesos culturales.
Por su parte Charles Morris, utiliza una concepción triádica del signo de la siguiente manera:
- Dimensión sintáctica: Donde se consideran las relaciones de los signos entre sí.
- Dimensión semántica: Donde se consideran las relaciones de los signos con los objetos representados.
- Dimensión pragmática: Donde se consideran las relaciones de los signos con los intérpretes.
En los estudios en el nivel sintáctico (donde se requiere la identificación de unidades elementales, sus reglas de transformación, organización y sus leyes de combinación para formar las unidades mayores con sentido gramatical. Aquí podemos considerar los numerosos sistemas de orden de color, desarrollados, las variables para la identificación de todos los colores posibles.
En la dimensión de la semántica (donde los signos son considerados en su capacidad para representar o significar otras cosas, para transmitir información o conceptos que están más allá de los signos mismos), se han hecho también, numerosos trabajos en el campo del color. Aquí se exploran las relaciones entre colores y los objetos que estos puedan representar, los códigos y asociaciones establecidas mediante los colores, y las maneras en que los significados del color cambian según el contexto de aparición y en relación a factores humanos tales como cultura, edad, sexo, etc.
Por ejemplo, cuando vemos una botella con bebida cola en su interior, con etiqueta roja y blanca, aunque no aparezca la marca del producto, automáticamente adquiere un significado por parte de quien la observa, asociando los colores a la marca reconocida mundialmente Coca-Cola. Así también, si vemos una paloma no tiene ningún significado en general, pero si vemos una representación de una paloma blanca, adquiere el significado de paloma de la paz.
También han sido investigados algunos de los aspectos de la dimensión pragmática del color. En este caso se toman en cuenta las relaciones que existen entre los signos cromáticos y sus intérpretes o usuarios. Entre los temas que se consideran en este ámbito están las reglas por las cuales los colores son utilizados como signos, el funcionamiento del color en el ambiente natural y cultural, la sinestesia producida por el color, la influencia del color en la conducta.
La semiótica del color es decir, la parte de sentido que éste aporta a una imagen o un diseño, es función de dos componentes: el grado de iconicidad cromática (correspondencia relativa entre el color y la forma y con la realidad representada) y la psicología de los colores, o sea, lo que la imagen en su conjunto evoca además de lo que representa: la intimidad de un interior, la luminosidad dorada de un atardecer, por ejemplo, donde cada elemento representado tiene su propio color que lo identifica: el cielo, las hojas, etc. Pero el conjunto posee una atmósfera, una tonalidad o expresividad que está por encima de los colores particulares de las cosas y vincula la imagen a sentimientos y emociones.
Las interpretaciones y significados del color, que han sido utilizadas y fomentadas conscientemente, se encuentran en toda expresión humana, como en la heráldica, el arte, la vestimenta, etc. Este simbolismo se establece de manera intuitiva al relacionar el parentesco con la naturaleza. Pero a su vez, cambia de acuerdo con las diferentes culturas, grupos humanos, e incluso entre personas de un mismo grupo. Esto permite que para un mismo color existan significados duales y en algunos casos opuestos: por ejemplo, en el mismo objeto, una cinta, sólo el color nos otorga diferentes significados. La cinta roja representa la lucha contra el SIDA, la cinta negra representa la lucha contra la violencia, y la cinta blanca representa la lucha contra la violencia contra la mujer.