Sin título 5
Hace tiempo
que mi memoria
narra los recuerdos
con un sabor a olvido
a olvido a plazos
que cada día se acelera
como quien descose una camisa recién hecha
y vuelve a ser tela
con el hilo a cuestas
cayéndose
a ese pequeño precipicio que es el suelo
y así
día a día los olvidos
hacen que más cosas nuevas aparezcan
simples y grandes
a pesar que los sufrientes
que se me acercan
saben
de que va la cosa
porque en sus rostros como máscaras
temen herirme
como quien trata a un loco
hablándome bajito
con cuidado
con una cautela que casi da risa,
pero en consideración a sus esmeros por no alterarme
me acomodo en esta cama-sillón
y desde un control remoto madre,
muevo todo,
y hasta me duermo apretando un botón,
espectacular y sobrio,
porque este control todo lo puede,
eso es,
lo que todos los médicos me han dicho,
y que no me preocupe de nada,
mientras tanto
esa extraña paz de la responsabilidad en cero,
es mi mejor
respirador artificial.