Storge en “Poemas para Bruno” de Rocío B. Ortiz
Storge, en griego, significa el amor familiar, concepto utilizado para los afectos por los que nacen en el mismo hogar que nosotros, con los que compartimos lazos consanguíneos, pero también lazos formados de la educación recibida de los antecesores. Y de esta fuente de amor podemos hablar con mayor intensidad del amor que proviene de las abuelas y tías, las encargadas de conservar este eje fundamental de unión en la familia y la sociedad, ya que en muchas familias apoyan en la crianza a los padres solteros, divorciados o en viudez y a las infancias (tanto a nietos varones así como a las nietas) por ser una red de apoyo de experiencia y sabiduría.
En Poemas para Bruno de la autora Rocío B. Ortiz (Tula de Allende, Hidalgo, licenciada en Estudios Literarios por la Universidad Autónoma de Querétaro y Vocal del Consejo Literario Queretano) publicado por La Comuna Girondo en sus Cuadernos Verticales, el No. 7, en el año 2023; brotan como manantial, los recuerdos de la niñez observada de un nieto, sobrino, hijo, que crece bajo la mirada amorosa de su tía poeta y de su abuela Flora, prodigadoras del cuidado y la ternura que Bruno (asumimos que Bruno podría ser el nombre de este niño) despierta en ellas y su mundo circundante, retroalimentando el sentido de la existencia para esta familia.
Aún no abres los ojos
y ya eres recuerdo
de los días cuando la abuela Flora
te acurrucó en su vida.
Así, la abuela y la tía, serán las vigilantes de la historia fragmentada por la separación, el distanciamiento de otros miembros. No importa si Bruno tiene que ir a vivir en otros lugares por diversas circunstancias, su estancia de dos años en la casa paterna y la convivencia con sus familiares paternos ayudaron a formar nuevas tradiciones además de las sociales, lo que desarrollará en él, la identidad y el sentido de pertenencia a esta familia en particular.
Te llevan, mi niño que no eres mío.
Te mudas cada tantos días a la semana,
de aquí para allá y de regreso.
Soy más tuya que tú mío.
Reservo lo mejor de mis días
mientras espero tu regreso.
No hace falta ni mencionar que la educación brindada por los mayores, formación y guía para niñas y niños es un elemento reforzador de la escuela donde aprenden a hacer relaciones positivas y respetuosas. Porque los valores que nos enseñan las abuelas: el respeto, la gratitud a los otros, el ejemplo, ser amables y considerados hacen que aprendamos también a valorar a quien nos rodea.
¿Cuántos días habrás tenido
cuando supiste del amor
de tu abuelita Flora?
No te lo dije yo.
Tal vez el ruido que no hizo mientras dormías,
o las bugambilias cayendo mientras Flora te llevaba en sus brazos,
los baños de espuma,
o la cobijita que era de tu padre.
No te lo dije yo.
Los ojos limpios de tu abuela seguramente lo dijeron
y tú que nada sabías de palabras lo supiste desde siempre.
Si además de todo ello, acudimos a estos momentos indelebles que nos son obsequiados desde el lenguaje poético de la autora nos volvemos testigos del vínculo afectivo, ya indisoluble que inició desde las primeras horas de vida del niño. La figura de la abuela será un vínculo en ocasiones más fuerte que el que establece el niño con sus padres, estén presentes o no.
Adicionalmente, esta relación saludable entre generaciones hace que los adultos mayores no sufran depresiones y adquieran otro significado social, porque participan activamente en la familia y siguen desempeñando tareas imprescindibles como la proveeduría de los alimentos, la función formativa y la de testimonio de la historia personal y familiar. Los niños y niñas disfrutan estar con abuelas y tías, aprendiendo cosas con ellas, recibiendo la herencia cultural y temperamental que ellas pueden aportar, cómo sienten, cómo viven, queda fijo en la memoria para toda la vida.
Por eso, que sólo el tiempo nos separe de nuestros afectos y que nos permita antes de ello, disfrutar de la bondad y el amor que nos corresponde y merecemos (advierto que este poemario debe leerse con un pañuelo en mano, las lágrimas son también recuerdos necesarios a los que dar rienda suelta).