Tesoro musical del Auditorio Nacional
En México tenemos al instrumento musical más grande de América Latina. Con un peso de casi 50 toneladas, un tamaño semejante al de un edificio de siete pisos en dos alas, una consola con 305 teclas repartidas en cinco teclados manuales, un complejo teclado pedalier con 32 notas, 250 plaquetas que permiten un sinnúmero de combinaciones y 15 mil 633 flautas de tubos de diversos y majestuosos tamaños, el órgano que se encuentra en el Coloso de Reforma, se gana con honor su nombre de Órgano Monumental del Auditorio Nacional (OMAN). Debido a sus características, dicho instrumento nos ofrece no sólo un asombroso espectáculo sonoro sino, además, un extraordinario espectáculo visual.
Si alguna vez han acudido a los espectáculos que ofrece el Auditorio Nacional seguramente habrán notado las enormes pantallas colocadas en ambos costados del escenario, exactamente detrás de ellas se encuentran cubiertas dos filas de sólo algunos de los enormes tubos que hacen posible que el OMAN sea visualmente impresionante. Detrás del escenario, en diversas zonas y estratégicamente colocados, se localizan las otras miles de flautas que permiten la sonoridad majestuosa y tan variada que los cientos de registros y sus cientos de combinaciones le permiten efectuar.
El tubo más pequeño mide menos de dos centímetros y la flauta más grande rebasa los diez metros, la salida del aire se produce gracias a 51 fuelles y a diez ventiladores accionados por ocho motores de dos caballos de fuerza cada uno; además, tiene registros de todo tipo ya que cuenta tanto con los registros organísticos principales, llamados diapasones, como con sonoridades que imitan flautas, instrumentos de metal como trompetas u oboes, sonidos de campanas, de arpa y hasta registros de percusión como los que imitan a un xilófono, entre muchos otros.
Escuchar al OMAN en vivo es una experiencia que nadie debe perderse. Cuando el organista deja caer sus manos y sus pies para ejecutar una melodía, el sonido de lo que interpreta sale de los tubos con unos segundos de diferencia, lo que puede desconcertar a quien por primera vez lo ejecuta. Ver al artista con sus manos moviéndose entre los cinco teclados y los botones que marcan las combinaciones previamente elegidas de registros, y observar cómo con sus pies va intercalando sus puntas y talones entre las notas del pedalier, es un espectáculo verdaderamente recomendable.
Fue en la década de los cincuenta del siglo pasado que el organista y compositor Jesús Estrada (1898-1980), después de un arduo y constante trabajo, convenció a autoridades de la Secretaría de Educación Pública para que se instalara en el entonces Auditorio Municipal, dicho órgano cuya marca es Riojas-Tamburini.
El concierto inaugural fue en noviembre de 1958 y en ese mismo año se realizó una audición para elegir al ayudante oficial del maestro Estrada, la cual ganó el entonces alumno de órgano del Conservatorio Nacional, Víctor Urbán; la dupla de organistas duró 20 años, hasta que nuevas autoridades decidieron no invertir más en el instrumento aunado al deterioro del edificio. En 1991 se reinaugura el ahora Auditorio Nacional y en 1998 se decide invertir para rescatar el monumental instrumento.
En el 2000 se presentó un órgano más moderno gracias a la intervención de Realejo Organeros, quienes instalaron un sistema electrónico que comprende una computadora central de control y un adaptador MIDI profesional que permite componer y editar música, además de diagnosticar fallas. En el año 2001 se nombra, ahora como titular, a quien fuera en sus inicios el suplente del maestro Estrada. Ya con una trayectoria reconocida internacionalmente, el maestro Víctor Urbán ha logrado darle vida al OMAN gracias a su constante uso en proyectos que van desde su ejecución treinta minutos antes de diversos espectáculos, como presentaciones en el remate anual de libros, grabaciones de discos y diversos conciertos como el efectuado en febrero de 2016 con la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de Toluca, entre otros proyectos llevados a cabo gracias siempre al apoyo de las autoridades del Auditorio Nacional.
Con motivo de la conmemoración de los sesenta años del primer concierto inaugural efectuado por el maestro Jesús Estrada en 1958, el próximo domingo 4 de noviembre, a la una de la tarde, se realizará en el Auditorio Nacional un Magno Concierto con la participación del maestro Víctor Urbán y del maestro italiano Giovanni Clavorá, organista de la Basílica de San Pedro en el Vaticano. No falten.