Vernácula
I
Pero si yo ya sabía
que volvería a tocar el cielo,
era un acto de peligro
tan arriesgado como hacerlo.
Me caí de la nube
cigarra desgraciada
y no pude cantar nunca como antes
cuando suplicaba.
Igual me marcho digna,
al final no me quisiste,
es difícil engañar al que seduce.
II
Entonces mi triste fortuna,
me puso ante rostros
de escasa virtud.
Y te fui olvidando
reglón a renglón de la espera,
viajes hacia afuera
que sólo me llevaron dentro de mi.
Te amé en otras miradas,
prosodias,
en el consumado y seguro no.
Ahora a olvidar el encuentro,
tu indiferencia adversa
y que nunca supiste quién soy.