ACUSAN PRIISTAS DE ENGAÑO A SU JEFE POLÍTICO Y SU CANDIDATA

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Desde la derrota del 4 de junio, han surgido más evidencias de la entrega del Estado de México, a cambio de impunidad. Durante la campaña se creía, ingenuamente, que el jefe político había dejado sola a su candidata, pero la realidad es que desde el principio había una confabulación entre ambos.

Los priistas mexiquenses solamente fuimos engañados y utilizados para una farsa, cuyo desenlace ya sabían el jefe político, su candidata y los que les prometieron impunidad a ambos, a cambio de entregarles el Estado de México. Así, el jefe político no apoyó en nada y la candidata actuó el papel para el que fue impuesta.

Además, fueron engañados el PRI nacional, los partidos de la alianza: PAN, PRD y PNA, y la organizaciones de la sociedad civil (Marea Rosa) que apoyaron a la alianza. Los rumores de la entrega del Estado que circulaban desde principios de 2022 se hicieron realidad, gracias a que el jefe político bajó los brazos y debilitó al PRI. Solo fue un colaboracionista cobarde, servil y sumiso del gobierno federal.

La derrota tiene nombre y apellido. El que debió encabezar la estrategia política, nunca actuó como jefe político. Coartó los derechos políticos de los servidores públicos priistas con amenazas de despido y persecución. Peor aún, las estructuras de su programa estrella recibieron instrucciones de operar en contra de la coalición Va por el Estado de México. Sobran evidencias.

Por si fuera poco, nulificó la capacidad del partido, imponiendo dirigentes estatales del PRI ausentes, frívolos y prepotentes, que secuestraron los recursos destinados a la operación política. La campaña de la candidata cómplice fue regular, pues nunca pudo remontar la desventaja en las preferencias, y la jornada electoral fue desastrosa, sin coordinación ni organización ni apoyo para la movilización. Todo intencionalmente al garete.

De aquí, la exigencia de la renuncia de la actual dirigencia del Comité Directivo Estatal del PRI, pero también la exigencia de que no haya continuidad de la misma camarilla que nos traicionó. Por lo visto, pretenden hacer otro albazo como el del 20 de octubre de 2022. Por eso, pedimos el respaldo del Comité Ejecutivo Nacional del PRI.

Mienten quienes afirman que en el PRI mexiquense hay unidad; mucho menos hay unanimidad. Somos muchos los militantes que no estamos de acuerdo en que la misma pandilla de ineptos y traidores se quieran apoderar de la dirigencia estatal. Haremos valer los Estatutos, el CEN marcará la pauta y, de ser necesario, nos movilizaremos para impedir otra grotesca imposición a espaldas de los militantes.

A diferencia de la facción que intenta apropiarse del CDE del PRI, a nosotros nos mueve la lealtad a la institución y la urgencia de que nuestro partido se fortalezca y sea competitivo para ganar el 2024. Ellos ya tuvieron sus oportunidades, fracasaron y nos traicionaron. Ni con argucias legales podrán quedarse. Nuestra paciencia se agotó y la institucionalidad no implica indigno sometimiento.

Lo más conveniente es que la dirigencia estatal renuncie, por el bien el PRI y para que nos dejen trabajar. La política requiere diálogo, operación, inclusión y consenso. Nada de esto han podido hacer bien ni han querido hacer desde febrero de 2017. Desprecian la política y ofendieron a la militancia priista en innumerables ocasiones. Su tiempo ya se acabó y ya es hora de que se vayan.

El PRI Estado de México requiere un liderazgo fuerte con autoridad moral y política para convocarnos a todos, con oficio político para operar, con capacidad para ganar elecciones, pero sobre todo con ganas de trabajar de la mano de la militancia. Ninguna de estas características tiene el grupúsculo que ya se va por la puerta trasera. Urge una renovación, porque el tiempo apremia.