AGUA PARA EL AMBIENTE Y PARA LA GENTE
«Agua, no tiene sabor, ni color, ni olor; no se puede definir, el arte se complace mientras sea misteriosa. No es necesaria para la vida, sino más bien la vida misma, nos llena de una gratificación que excede el deleite de los sentidos». Antoine de Saint-Exupéry, «Tierra de hombres»
La vida en la Tierra depende del agua. Es el recurso más preciado del mundo. Los hábitats de agua dulce – como lagos, ríos, corrientes, humedales y acuíferos – son el hogar de una gran biodiversidad. Ahí encontramos a más del 10 % de todos los animales y a cerca del 50% de todas las especies de peces conocidas. Sin embargo, es un recurso finito. El agua dulce accesible en el planeta representa menos del 1%.
La importancia del agua radica en que es la fuerza vital que modela y sostiene a todos los ecosistemas y sus servicios, que aprovechamos todos: abastece a comunidades rurales y centros urbanos de este recurso y es también fuente de alimentación, recreo y desarrollo. Además, los ríos limpios y fluyendo libremente son grandes corredores por los que migran muchas especies en el mundo y el medio de transporte de las arenas que forman las costas y de los nutrientes de los que depende la vida en el mar.
Pero se encuentra en gran desafío ya que el agua se ha manejado como un recurso ilimitado, lo que ha causado su sobrexplotación y enormes daños a los ecosistemas. La ausencia de reglas para conservar el ciclo hidrológico no solo afecta a la biodiversidad, sino que ha aumentado la escasez del agua y por lo tanto los conflictos sociales.
La falta de sistemas eficientes de suministro para las poblaciones en crecimiento y para el riego de los campos agrícolas, el aumento de la contaminación del agua y la pérdida de áreas forestales que capturan el agua de las lluvias constituyen factores que contribuyen a la disminución de la cantidad y la calidad del recurso y por lo tanto a la desigualdad en su acceso. El cambio climático agravará aún más está situación, ya sea por el incremento de sequías y grandes lluvias, o por el aumento en el nivel del mar que acrecentará la salinidad de los cuerpos de agua y los ecosistemas costeros.
En este sentido es fundamental poner en agenda el Programa Nacional de las Reservas del Agua (PNRA) impulsado por WWF , las reservas son el volumen de agua asignado para la protección ecológica de los ríos. Aseguran que los ecosistemas tengan la cantidad de agua necesaria para su conservación, la provisión de todos los beneficios ambientales asociados y la capacidad de adaptación al cambio climático.
El PNRA representa una fructífera colaboración entre gobierno, organizaciones no gubernamentales, fundaciones y académicos que combina aspectos técnicos y de política pública. De esta forma la Comisión de Áreas Naturales Protegidas (CONANP) es la voz de las necesidades de estas áreas y la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA) es la autoridad que con estos insumos toma las decisiones finales para establecer las reservas de agua mediante decretos presidenciales. La meta del programa es establecer reservas en 356 cuencas del país, que representan un 50% del agua superficial total de México. Ello contribuiría a garantizar la seguridad hídrica nacional y el agua para las generaciones presentes y futuras.