ANTE A LA BANDERA (1896)
Desconfianza, acento de
Verne en su última etapa
En la última etapa de su carrera se acentuó la desconfianza hacia los posibles perjuicios de la ciencía, así como su tono pesimista.
El gran pirata Ker Karraje secuestra a Thomas Roch, un gran inventor francés. El plan de Karraje es que Roch construya el arma El Roch Fulgurator.
Es curioso ver cómo designa a lo que hoy se conoce como El Triángulo de las Bermudas, como el escondite donde habita el terrible pirata, recordemos que ese lugar es famoso por los hundimientos de barcos y otros fenómenos incluso paranormales.
Atrás quedaron los tan queridos sabios hombres de ciencia que alentaban a construir un mundo mejor: Paganel en Los hijos…, Aronnax, en Veinte mil…, Lidenbrock, en Viaje… sólo por mencionar algunos.
En esta década de la obra, se muestran las vilezas propias de la ignorancia y la superstición como en El castillo de los Cárpatos; las intolerables condiciones de vida en los orfanatos en Pequeño Personaje; la inminente extinción de las ballenas en La esfinge de los hielos; el daño medioambiental de la industria petrolera en El testamento de un excéntrico, o la matanza de elefantes por el marfil de sus colmillos en La ciudad aérea, sólo por poner algunos ejemplos.
Con esta novela, nuestro autor enfrentó una demanda legal, pues un científico de nombre Turpin, se sintió identificado con Thomas Roch, sólo que a diferencia de éste, nunca se volvió loco ni intentó traicionar a su país. El autor contrató como abogado a quien después llegaría a ser presidente de Francia, y ganó el caso.
También es increible cómo el personaje de la novela guarda ciertos paralelismos con un futuro Alfred Nobel.
¿Quieren otro dato increíble?
Nuestro querido autor vaticina, en esta novlea, lo que a grandes luces es: La bomba atómica.