CHARLAS DE SOBREMESA: SOBRE LA FELICIDAD

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La vida cotidiana en nuestra querida Toluca de hace medio siglo, era lo suficientemente agradable como para regalarnos varios y repetidos momentos de felicidad; además, pues no había inflación, no había populismo, no había inseguridad, no había baches, eso sí, mucho frío que se atenuaba con el calor familiar derivado de las charlas de sobremesa.

El clásico fin de semana toluqueño iniciaba la noche del viernes con la jugada de dominó o las partidas de póquer; el sábado por la mañana se dedicaba al deporte en el centro de reunión por tradición como lo era el Club Toluca. Llegada la hora de la comida, se disfrutaba en casa de algún familiar y ya por la tarde, asistíamos a la función de cine en el recientemente inaugurado Teatro Morelos o en los vetustos cines Rex y Florida.

Las noches sabatinas eran dedicadas al deleite del aroma de los tacos dorados de El Sol, el pozole de la Poblanita o de la hosteria La Posada. Por supuesto, no podemos dejar de mencionar los ricos tacos de Don Pepe en Pino Suárez o los del Zaguán preparados por la atenta Conchita allá por los rumbos de Hidalgo cerca del Seguro Social

Ya el domingo, si había fútbol, pues no podíamos faltar al partido del Toluca, previa escala en los tacos ubicados en Morelos del lado de palcos y ya sentados con nuestra corona en la mano y cerca del cubetero, esperábamos a que cayera el gol de los diablos, que dicho sea de paso, difícilmente perdían como local.

Al salir, era una costumbre ir a dar la vuelta a la alameda y pasar por nuestro helado de flor de nata con el chaparrito, en su carrito con la leyenda: Adiós tú presumida. De ahí a comer a casa en familia y ya por la tarde, regresar a dar y dar vueltas en coche a la alameda, en nuestro litúrgico recorrido para ligar o ser ligados; una vez que lográbamos nuestro cometido, íbamos a estacionarnos en el mítico Park a tomar una malteada o una coca cola chica bien fría. Éramos felices y no lo sabíamos, como diría el clásico.

Con la globalización y las redes sociales, la cosa cambió, para empezar, ahora nos hacemos éstas preguntas: ¿Qué es la felicidad?¿Es mejor vivir poco y ser muy felices o vivir eternamente siendo poco felices? ¿Te has parado alguna vez a cuestionar tu idea de la felicidad? ¿De qué depende la felicidad de los mexicanos?

El experto y pionero en estudios sobre la materia y que ha escrito varios libros, siendo el más vendido, La Auténtica Felicidad, Martin Seligman la define: La verdadera felicidad deriva de la identificación y el cultivo de las fortalezas más importantes de la persona y de su uso cotidiano en el trabajo, el amor, el ocio y la educación de los hijos.

 

La novelista norteamericana ya fallecida, Willa Cather, aborda el tema en una de sus novelas, aquí les dejó su reflexión: Las condiciones que propiciarán la felicidad no pueden ni adivinarse ni preverse; uno tropieza con ellas, en un golpe de suerte, en algún rincón del planeta, y se aferra a los días, así como a la buena fortuna o a la fama.

 

Cuando Thomas Jefferson declaró a la búsqueda de la Felicidad como un derecho inalienable en su redacción de la Declaración de Independencia de Estados Unidos, probablemente no esperó verlo convertido un día en una disciplina académica. En la Universidad de Harvard, los estudios sobre la felicidad ocupan un lugar especial por su gran demanda en su oferta de materias. El maestro más reconocido en el tema es Tal Ben-Sahar.

Es de resaltar, que la palabra felicidad se encuentra en 272 millones de sitios en el buscador Google, mientras que la infelicidad aparece en 5.2 millones de sitios, ni siquiera Google puede darte una definición fija, pero en este contexto, los científicos lo definen como un conjunto de sentimientos positivos, un bienestar general, cuando dentro de ese estado de ánimo, estás satisfecho con el ahora y tienes muchas esperanzas de estar aún mejor en el futuro.

Para el científico y monje budista de origen francés considerado el hombre más feliz del mundo, de acuerdo a estudios científicos y que actualmente reside en NepalMattieu Ricard, escribió un libro titulado En Defensa de la Felicidad y nos ilustra: ¿Qué es la felicidad? Es más bien una forma óptima de ser que resulta del cultivo de muchas cualidades fundamentales como el altruismo, la compasión, la libertad interior, la resiliencia, el equilibrio emocional, el equilibrio interior, la paz interior y otros. A diferencia del placer, todas estas cualidades son habilidades que pueden cultivarse mediante la práctica y el entrenamiento de nuestra mente.

 

Estudiar la felicidad y su correlativo, Psicología Positiva, me ha capturado desde hace más de una década y es un tema muy amplio que ya en otras de mis entregas lo he abordado y que la próxima semana les compartiré la segunda, lo considero de vital importancia para trascender sin morir en el intento, esta nueva etapa que nos ha tocado vivir de un Nuevo Orden Mundial.