+De los pantalones Topeka a las camisas Arrow; de los Superfaro a los Nike; del Gansito de “recuérdame” al Gansito para olvidar

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La frase:

 

El pasado nunca se va, le gusta esconderse en la música, en la calle, en los sueños, en los recuerdos, en la vida.

VERDAD POPULAR

 

EL ARTE DE RECORDAR Y VOLVER A VIVIR

 

Dicen que todo tiempo pasado fue mejor, también señalan que recordar es vivir. Por otra parte, es cierto que se vive la historia y que luego forma parte el ser humano de la historia viva. Le pondré varias frases en un ejercicio sobre el pasado reciente. Deberá usted tener cierta edad y también buena memoria. La sugerencia fue de un gran amigo, por ejemplo:

 

Alguien se acuerda cuando estaban de moda los pantalones Topeka y Edoardos para la clase media, las prendas de mezclilla Ray Tom para la mayoría y Levi’s para algunos cuantos.

Fue en 1969, el año en que se empezaron a usar los pantalones y Topeka que eran de una combinación de poliéster y viscosa, algunas marcas decían que la tela se llamaba TerlenkaAl principio nadie los quería. pero después fueron una moda indiscutible.

Había un chistele tocaban con los dedos la tela del pantalón y preguntaban¿Es Topeka? y los más llevados se ponían la mano en la pompa y afirmaban… esto también.

Las camisas de vestir eran Arrow y Manchester –Hasta que usé una Manchester me sentí a gusto–, rezaba la publicidad en televisión en anuncios protagonizados por Mauricio Garcés, quien era el galán de moda.

Camisa Arrow.

Durante mucho tiempo estuve convencido de que las camisas Arrow, además de bonitas eran muy duraderas, hasta que conocí al actor español Fernando Rey, uno de los protagonistas de la cinta Contacto en FranciaViridiana, Tristana y Ese obscuro objeto de deseo, quien sostenía que las camisas Arrow españolas eran más duraderas.

Los ejecutivos se vestían en Roberts y High Life, con casimires Santiago, de lana pura. Los zapatos formales eran de Domit, Florsheim o El Borceguí, aunque también tenían demanda los Bostonianos de Canadá. Domit tenía su slogan de pie moldeado y las zapaterías Canadá, de origen tapatío, desaparecieron.

Para los menos acaudalados y los jóvenes, estaban las líneas económicas de la firma de calzado, Hush Puppies y Flexi. Para los de menores ingresos, BlasitoSandak y el calzado de El Taconazo Popis. Los tenis eran VoltaPanam o Superfaro, aunque llegaban algunos pares de Converse de las fronteras o los traían los pocos mexicanos que iban de vacaciones a Estados Unidos.

Hoy hay tenis de los más sofisticados por ejemplo, Nike Air Yeezy con un precio de 1.5 millones de euros, o los Jordan 1 Retro High Dior de 353 mil pesos mexicanos, además de infinidad de marcas como AdidasPuma y otros.

En 1969 se daban los últimos toques a Suburbia, el almacén de ropa de la cadena Aurrerá, que abriría sus puertas el año siguiente para competir con París Londres que terminó vendiendo sus tiendas a Suburbia en los 80.

Bostonianos.

París Londres eran unas tiendas en donde se encontraba ropa de muy buena calidad y competían en su momento con Liverpool y Palacio de hierro así como Cohens. Ahora Suburbia pertenece a Liverpool y han surgido infinidad de marcas a nivel nacional e internacional.

Los autos de moda para los pudientes eran Mustang y Galaxie, de FordImpala, de General MotorsMónaco y Barracuda, de Chrysler –en aquel entonces Automex– y Javelin y Classic, de American Motors.

La clase media compraba Falcon, de FordRambler American, de American MotorsOpel Fiera, de General Motors –el sucesor del Opel Olímpico, en 1969– y los jóvenes Renault y Volkswagen.

Nosotros los de clases populares no teníamos coche, y cuando lo teníamos eran grandes carcachas para los fines de semana o salir aquí cerquita.

Hoy las marcas para los pudientes son: BMW, Mercedes Benz, Ferrari, Lamborghini, Tesla, Land Rover. Para los menos pudientes están los autos chinos y coreanos y para los que menos tienen, los autos de segunda mano del vecino país del norte.

EL ARREGLO PERSONAL Y LOS NIÑOS

Las lociones masculinas del momento eran Aramís, English Leather y Brut, aunque la gente mayor se mantenía fiel a Jockey Club, Yardley y Old Spice; los de la tercera edad preferían  Agua de Colonia Sanborns.

Las navajas para afeitar eran Gillette, el fijapelo Brylcreem y la brillantina Wildroot.

Hoy les lociones masculinas tienen otros nombres y en ocasiones precios estratosféricos, tales como: Giorgio Armani, Carolina Herrera, Mont Blanc, Jean Paul Gaultier, Dior, Tom Ford, Versace, Calvin Klein.

Para las clases menos pudientes; One Shock, Eternity, Essential de Lacoste, Perry Ellis y Coach Man, entre otras.

La colonia Sanbors aún persiste junto con el famosísimo 7 Machos.

Todo mundo fumaba, y lo hacía hasta en los camiones, los hospitales y el vestíbulo de los cines. Los pudientes preferían Raleigh; las clases medias Del Prado o  Fiesta; los pobres, Delicados, Casinos o Faros.

Los Faros.

Hoy persiste la prohibición de fumar, inclusive hay muchos edificios en donde se dice: libre de tabaco o de humo de tabaco, en los restaurantes está prohibido fumar y en algunos hay áreas específicas. La marca más vendida es Marlboro producida por la empresa internacional Philip Morris, le siguen otras marcas como Chesterfield, Camel, Pall Mall de sabores, Lucky Strike y entre los más económicos figuran L&M, Shots, Faros, Winston, así como cigarros chafas que se consiguen en mercados populares y que son sancionados por la PROFECO.

Los niños ricos recibían $5.00 pesos de domingo, lo que les alcanzaba para un globo, algún juguete, un algodón de azúcar a la salida de misa y varias golosinas en la tienda.

Los de clase media tenían $1.00 o  $2.00 pesos, suficientes para comprar algo a la salida de la iglesia y algunas golosinas en la tienda, donde había desde dulces de a dos por $0.05ctvs, hasta chocolates Carlos V de $0.50 o Gansitos Marinela de $0.80 ctvs. La Coca Cola chica costaba $0.35 ctvs y la mediana$0.45.

Hay que hacer notar que el gansito Marinela contenía pan que sabía a pan, crema que sabía a crema, no a manteca, pedacitos de nuez de verdad y mermelada de fresa. Incluso el slogan del gansito decía: recuérdame. Hoy del gansito aquel sólo queda el nombre y además… muy caro y para olvidar