¿Democracia, Partidocracia o Autocracia?
“Con un poder absoluto, hasta a un burro le resulta fácil gobernar”
Lord Acton (Político inglés)
CIRCULANTE: En el año 2019, antes de la pandemia y de la guerra, que cayeron como “anillo al dedo” a populistas y neoliberales para justificar un colapso económico que se veía venir, advertimos sobre el riesgo que representaba, y ahora en mayor medida, el exceso de circulante, dinero sin producción, que estaban generando el “boom” bursátil y la presencia de criptomonedas, dinero sin respaldo, sin propietario aparente y mecanismo de purificación de cuantiosas fortunas surgidas de la nada (algunas ya volvieron a la nada), pero capaces de engañar a inversionistas de celular, proclives a la posverdad y al engaño virtual.
La pandemia y la guerra solo aplazaron lo inevitable, la recesión y el estancamiento económico. Las bolsas, sobre todo las tecnológicas como Facebook y Twitter y la necesidad de mantener el poder adquisitivo de la gente durante la crisis sanitaria, generaron más de 35 billones de dólares en circulación que demandaban productos, sin generarlos. El petróleo agravó la situación y fue el detonante del ciclo inflacionario que hoy vivimos.
En términos llanos, hay, hoy, circulando en exceso, casi el 60% del PIB mundial, para equilibrar ese desbalance, los precios deberían de aumentar en esa proporción, solo que… al llevarse a cabo este fenómeno, bajaría la demanda (no todos los ciudadanos de a pie tienen ese excedente a disposición) y los productos subirían más sus precios. El cierre del círculo vicioso se aproxima.
El alza de las rentas, el encarecimiento del crédito y el exceso de circulante son el caldo de cultivo para la recesión/estanflación que viene y tendrá su punta de iceberg en 2023 para recrudecerse en 2024, malos años por venir.
La FED y sus ortodoxos y millonarios investigadores deducen que, si encarecen el dinero, la gente dejará de comprar y entonces habrá una caída de precios tipo “Buen Fin”, “Viernes Negro” o “Single Day”, solo que las ofertas durarán mientras duren los inventarios, la reposición de éstos se hará con precios al productor más elevados que serán trasladados, consecuentemente, al consumidor, que recibe -como siempre- la estocada final.
MIENTRAS TANTO… EN MEXICO: En nuestro país, en materia económica y pese a las críticas a los “Chicago Boys”, se sigue la misma receta monetarista, “sube el precio del dinero para bajar la demanda”, solo que ya está restringida, pues la masa monetaria se ha destinado a megaobras que no producen y a “programas sociales” de dudosos padrones, que tampoco producen. 14 millones de mexicanos son hoy más pobres que en 2018, por lo tanto pagan menos impuestos y los recursos públicos se adquieren vía crédito -tan solo 1,2 billones de pesos aprobados para este año- con una carga mayor por el alza de tasas, o aumentando el circulante; entonces, en el menú no aparece algún esquema productivo (¿verdad, Tatiana?) y el dragón se come la cola acusando a una clase media de “aspiracionista”, “clasista” y “racista” -nunca antes los epítetos usados tan perversamente- depauperizada y vilipendiada, de ser la causa del mal de que son víctimas. La ceguera económica, vaya usted a saber con qué fines.
DE FONDO: DEMOCRACIA: En el sentido más amplio, democracia significa que es el pueblo quien elige a sus gobernantes y que hay una división real entre los poderes ejecutivo, legislativo y judicial. También significa que se garantiza una representación real de la voluntad del pueblo. En México esto no sucede. En México tenemos un sistema degenerado de la democracia llamado Partidocracia y, dentro de ésta un fenómeno de sectorización o de autocracia. Los partidos son empresas que no producen, pero consumen y compran miembros, muchos de los cuales brincan de acuerdo a sus intereses, nunca a la voluntad de afiliados o electores. En México no tenemos una Democracia, tenemos una Partidocracia, y este sistema nos está poco a poco empobreciendo, económica, social y culturalmente. Petición uno: cero financiamientos a partidos, igualdad de condiciones para elecciones democráticas.
DE FORMA: PARTIDOCRACIA: En la Partidocracia, el pueblo solo elige a los partidos políticos, pero luego son estos, o su pastor en turno, los que eligen los 4 poderes: el ejecutivo, el legislativo, el judicial y el mediático, nuevo y prepotente actor, con 70% de mentiras y posverdades, verdadera arena de perversión e ignorancia. La democracia en todas sus facetas la han hecho hombres de carne y hueso como nosotros, los mortales, pero con una particularidad: en la partidocracia unos pocos se reparten el botín (piratocracia). Para ellos, la suntuosidad y el escándalo son moneda corriente. Petición dos: Elecciones en que triunfe solo el candidato, de cualquier nivel, que obtenga más del 50% de los votos, si es necesario, en segunda vuelta.
DEFORME: AUTOCRACIA: El riesgo de esto ya lo estamos viendo. Los problemas reales de los ciudadanos quedan aparcados y de lo único de lo que se discute es sobre a qué administración echar la culpa, si no la hay, se busca un sector y se oculta la mediocridad con divisiones ficticias antropológicamente, pero reales en un “pueblo bueno” (manipulado a través de los “programas sociales”) que ya no quiere justicia, ni democracia, ni nada, solo venganza contra el “enemigo” dibujado desde la óptica de un solo hombre y de un discurso incendiario y divisionista que, quizá, constituya la mayor y verdadera traición a la patria. Petición tres: Cero reelecciones, en cualquier nivel y en cualquier poder, ni dinosaurios ni chapulines caben en la verdadera democracia.
PD: Piratocracia: “En tierra de ciegos, el tuerto es rey”.