DESABASTO DE GASOLINA = AIRE MÁS LIMPIO DE LOS UTIMOS 20 AÑOS
El desabasto de gasolina de principios del año descubrió los graves problemas en los sistemas de movilidad de nuestras ciudades. La manera en que se han construido han puesto en el centro del diseño y de la inversión al auto particular en detrimento del transporte público y la infraestructura para la bicicleta y peatonal, con la consecuente contaminación del aire que esto implica.
Durante este periodo de escasez de combustibles los habitantes del Estado de México y principalmente los de las grandes ciudades experimentaron problemas para llenar los tanques de sus autos, ocasionando filas kilométricas para poder comprar gasolina. Eso implicó, de manera involuntaria, que la forma en que la gente se mueve en la ciudad cambiara. Tuvimos que adaptarnos a las condiciones y buscar alternativas.
Pero otra cosa que cambió durante este periodo fue la calidad del aire que respiramos, durante el periodo de desabasto respiramos el aire más limpio de los últimos 20 años, por primera vez en dos décadas, más del 80 por ciento de los días de este periodo, la calidad del aire cumplió con los estándares que recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Lamentablemente en días recientes volvimos a vivir en el valle de Toluca y en el valle de México una contingencia ambiental por la mala calidad del aire así como temperaturas más calurosas de lo normal con altos niveles de contaminación nocivos para la salud. Tal pareciera que no aprendimos nada y menos a utilizar vías de transporte alternas a la que utilizan combustibles, sumado a esto seguimos sin un plan de acción que beneficie y promueva el aire limpio.
Aun no nos hemos dado cuenta que es un estilo de vida el que debemos adoptar para mejorar nuestras condiciones ambientales y no solo son acciones aisladas de unos cuantos, tal como la reciente “Hora del planeta” promovida por organizaciones mundiales en las que apagamos la luz alrededor del mundo por una hora para reducir el tema del calentamiento global; también se celebró la campaña “No hay planeta B” y el “BasuraChallenge”. Medidas que a veces adoptamos meramente por moda o como instrumento político, más no con el fin principal que es generar conciencia, adaptarse y adoptar un estilo de vida que solo se ve confrontado en momentos de escasez.
En este sentido el periodo de escasez nos demostró que pequeños cambios en la manera en que nos transportamos tiene impactos muy notorios en la calidad del aire que respiramos y de paso nos probó que un problema tan grande como la contaminación del aire -que muchas veces pareciera no tener solución-, la tiene y consiste en mejorar los sistemas de movilidad de nuestras ciudades, generando alternativas para que las personas puedan trasladarse de manera efectiva, segura y limpia.
En conclusión este periodo extraordinario podría ser lo normal, podemos respirar aire limpio, podemos sumarnos el mayor del tiempo posible a generar acciones innovadoras, tenemos que exigir que estas alternativas ocurran y que la mejora del aire que respiramos sea sostenida y permanente.