DESENCHÚFATE DEL MUNDO VIRTUAL Y CONÉCTATE CONTIGO

Views: 1057

Así como aflojar los músculos libera la tensión acumulada en el cuerpo durante la meditación, relajar la mente libera las luchas mentales que nos oprimen.

Es como soltar una cuerda apretada: al liberar la tensión, creamos un espacio tranquilo en el que podemos encender la llama de la energía curativa. Sin embargo, es importante tener en cuenta que la relajación no significa caer en un estado mental perezoso, despreocupado, semiconsciente ni adormilado.

La meditación resulta más eficaz cuando estamos despiertos, alerta y atentos. Así es como alcanzaremos una naturaleza apacible y feliz.

Puedes crear ese espacio mental para ti mismo. Cuando no haces espacio en tu mente se siente como llevar una maleta llena de problemas a todas partes. Cuando estamos en el trabajo, llevamos los problemas del hogar y no podemos disfrutar plenamente de nuestra labor. Y cuando estamos en casa, llevamos los problemas del trabajo y no podemos relajarnos y disfrutar de nuestra vida hogareña. 

Es importante aprender a desconectar y entregarnos por completo a cada momento, dejando las preocupaciones en su lugar correspondiente para poder concentrarnos y disfrutar plenamente tanto en el trabajo como en casa.

Cuando intentamos meditar, conservamos imágenes mentales y sentimientos, y eso nos impide concentrarnos.

La causa es porque nunca vivimos plenamente porque siempre estamos pensando en el pasado o en el futuro.

Así es, al igual que en una casa abarrotada de muebles no hay espacio para vivir y moverse libremente, en una mente abarrotada de planes, preocupaciones, pensamientos y emociones no queda espacio para nuestro verdadero yo. 

Es importante hacer una limpieza mental regular, dejar ir lo que ya no nos sirve, organizar nuestros pensamientos y emociones, y crear espacio para nuestra verdadera esencia. Al liberarnos de la carga mental innecesaria, podemos encontrar claridad, paz y una mayor conexión con nosotros mismos.

Mucha gente cree que está demasiado ocupada para meditar. Incluso cuando están en casa y tienen tiempo para meditar, les parece que están demasiado distraídos. Para dirigir toda nuestra atención y energía a nuestra vida interna y a la meditación, necesitamos espacio mental.

Definitivamente, podemos crear conscientemente espacio para nosotros mismos y establecer límites entre nuestra vida profesional y nuestra vida personal.

Visualizar nuestras preocupaciones como objetos físicos, como papeles y ordenadores en el despacho, puede ayudarnos a separar mentalmente el trabajo de nuestra vida cotidiana.

Nuestra mente puede ser una estrategia efectiva para garantizar nuestra intimidad y privacidad emocional. Imaginar este espacio seguro y protegido nos permite concentrarnos en lo que estamos haciendo en el momento presente, sin distracciones ni preocupaciones externas.

Recuerda que estas técnicas son herramientas que podemos utilizar para crear un espacio mental más equilibrado y tranquilo. Cada persona puede encontrar su propia forma de crear ese espacio y adaptarlo a sus necesidades individuales.

Sin duda, durante nuestra infancia aprendemos y experimentamos muchas cosas maravillosas que nos ayudan a crecer y desarrollarnos como personas. Durante esta etapa de la vida, estamos abiertos a nuevas experiencias, somos curiosos y estamos dispuestos a aprender de todo lo que nos rodea.

Desde nuestros primeros pasos y nuestras primeras palabras hasta nuestros primeros encuentros con la naturaleza, los animales, las formas de arte y la exploración del mundo, cada experiencia en la infancia nos brinda la oportunidad de descubrir y maravillarnos con el mundo que nos rodea.

Aprendemos a través del juego, la interacción con los demás, la observación y la experimentación. Cada nueva habilidad que adquirimos, cada nuevo conocimiento que absorbemos y cada nueva emoción que experimentamos nos enriquece y nos ayuda a construir una base sólida para nuestro desarrollo futuro.

Es importante recordar y valorar las experiencias maravillosas de nuestra infancia, ya que nos ayudan a mantener viva nuestra curiosidad, nuestra capacidad de asombro y nuestra pasión por aprender a lo largo de nuestra vida. Estas experiencias nos moldean y nos acompañan en nuestro camino hacia la adultez.

Es cierto que el estilo de vida actual puede ser frenético y lleno de responsabilidades y obligaciones que nos hacen sentir atrapados en una rutina. A veces, nos vemos inmersos en un ciclo interminable de trabajo, estudios, compromisos sociales y familiares, sin tiempo para detenernos a reflexionar y disfrutar de las cosas simples y maravillosas de la vida.

Esta sensación de estar atrapados en un capullo tejido por nosotros mismos puede ser agotadora y frustrante. Nos sentimos como gusanos de seda que han perdido la libertad de explorar y disfrutar de las cosas que realmente nos hacen felices.

Sin embargo, es importante recordar que siempre tenemos el poder de cambiar nuestra situación y liberarnos de ese capullo. Podemos tomar pequeñas acciones en nuestra vida diaria para encontrar momentos de paz, alegría y asombro.

Es fundamental hacer tiempo para nosotros mismos y para las cosas que nos apasionan. Esto puede implicar desconectar de la tecnología, dedicar tiempo a actividades creativas, practicar ejercicio, disfrutar de la naturaleza o simplemente relajarnos y descansar.

También es importante recordar que el equilibrio es clave. A veces, nos dejamos llevar por las expectativas externas y nos olvidamos de cuidar nuestro bienestar emocional y físico. Es fundamental aprender a decir no cuando sea necesario y establecer límites saludables en nuestras vidas.

Llega un momento en que nos ahogamos a nosotros mismos con nuestros sentimientos, opiniones, costumbres y reacciones.

Si volvemos la vista atrás recordaremos que cuando éramos niños los días parecían larguísimos. Un año era tan largo que no tenía fin. Poco a poco nuestra percepción fue cambiando.

Nuestras preocupaciones, conceptos y apegos se han convertido en una densa selva que ocupa cada rincón de nuestra mente, dejando poco espacio para la claridad y la libertad de pensamiento.

Pasar algún tiempo a solas con la naturaleza, sobre todo observando el espacio infinito del cielo desde la cima de una montaña, nos ayudará a hacer que la mente sea más espaciosa. Pero la forma más eficaz de abrir un espacio apacible en la mente es la meditación. 

Si en lugar de llenar nuestra mente de imágenes y sentimientos negativos, logramos volver a la naturaleza celestial de la mente, surgirá un amanecer de paz y sabiduría. En ese estado de serenidad, nos conectamos con nuestra esencia más profunda y encontramos un equilibrio interior que nos permite enfrentar los desafíos de la vida con claridad y serenidad.

La meditación nos brinda la oportunidad de explorar nuestra mente y descubrir una fuente inagotable de calma y sabiduría. Al practicar regularmente la meditación, cultivamos una paz interior duradera que se irradia hacia todas las áreas de nuestra vida. Es en ese espacio apacible de la mente donde encontramos la verdadera libertad y la conexión con el universo.