“El destierro de los pájaros” de Alma Delia Cuevas Cabrera
En la inteligencia de que los muertos no eran objeto de olvido
ni desprecio, pues se les recordaba dedicándoles días especiales
en los que lloraban ofreciendo por ellos comida y flores en sus sepulturas.
Toribio de Benavente, Motolinía
Es la vida la que da sentido a la muerte (y visceversa), aunque la comprensión de la muerte sea cosa sensible, todos los días hay decesos, y esto supone la separación de los vivos de sus seres cercanos, así, el ser humano se entrega a sus mitos para disminuir el dolor de la pérdida, el pésame es la respuesta de los que se encuentran al lado del doliente, mostrando al deudo el dolor propio en un ciclo interminable.
Por eso, con mucho agradecimiento, fue tan especial para mí, el escribir estas líneas al nuevo poemario de Alma Delia Cuevas Cabrera, El destierro de los pájaros (Editorial Entre Pueblos, México, 2021). Amplia conocedora del pensamiento cultural, la creencia en la inmortalidad del alma y en la vida que prosigue al desprenderse. La autora nos plantea la muerte como un sin/fin de la existencia, sólo como un cambio espacial tras la muerte de la persona querida.
La muerte biológica o desaparición del individuo vivo, se establece cuando desaparece su tensión energética, por tanto podemos suponer que mientras una energía quede en la memoria, será simbólicamente vivo, contrario a la muerte: fenómeno perecedero y destructor de la existencia.
Cada grupo cultural establece sus propias creencias y ceremonias, ritos, religiones, razones por las cuales creer que las almas de los muertos siguen unidas a nosotros. Este conjunto de creencias determinan la manera de enfrentar la pérdida y brinda la posibilidad de adaptar el efecto psicológico hacia la noción de persona y su relación con el universo:
De viento fue el instante
Mientras miro pasar siluetas de los muertos/no tienen prisa por llegar/antes de que la noche se termine/y vuelvan a ser transparentes/ en medio de todos los que no están.
Eso que forma el viento.
…ya eres el pájaro que dejó ser de hojalata /para embellecer su plumaje./Ya estás ahí, donde la inmensidad, es tuya… Eres amor infinito/desprendido de tu alma
Tratar de comprender lo que sucede a una persona después de morir, después de llenos de ritos y ceremonias, implica el reconocimiento de los límites entre lo físico y lo espiritual:
Profundidad del límite
De la tierra misma brotan/surge semillas, plantas siguen vivas/aunque muertos abunden y nos llenen de dolor/
Carecemos de cualquier forma de descripción de otra dimensión, pero contamos con la imagen del tránsito hacia la morada de los muertos, aunque la propia palabra muerte remite al destino del muerto en un espacio infraterrestre, en su cuna de tierra. También hay una concepción de otra vida en el cielo y en el agua y en otros elementos naturales:
Renglones sobre el agua
Se inventa el sonido de tu legado infinito/en ondas mi alma te lleva, reflejos de tu vida/palabras en línea de agua se cantan en tu nombre
Tiempo infinito
De tiempo infinito te formas/sonido de lluvia/fragmento de luz y sombra/te encuentro en todas las cosas.
La muerte en sí misma parece estar ligada a lo femenino, pues los términos para muerte y mujer parecen derivar de una misma raíz, pero también existen infinidad de formas animales que se relacionan con la muerte. Los habitantes del cielo habrían alcanzado el privilegio de regresar a la tierra bajo diversas formas, principalmente como aves y estrellas en la cosmogonía mesoamericana, según leyendas mazahuas las almas de personas fallecidas aparecen como mariposas coloridas en los bosques del norte de América:
Gorrión sin cielo
En esa coincidencia de estar más allá/donde barreras se abren/en ese laberinto donde vamos de paso/sólo somos pájaros/ aves, van por rumbos desconocidos/hacia mismo infinito
Pájaros de hojalata
Junto a ti aprendí de pasos lentos/recorrer vientos y distinguir pájaros de oro/distintos unos de otros… Donde el aire no es libertad/es sólo eso que llena espíritus solitarios.
Nunca fuimos mariposas
Miro entre vientos cardúmenes de mariposas/vuelven cerca de casa a bosques de coníferas… No ensayaste tu partida/sólo sabías que venía/mientras eso pasaba/tu vida fue la caricia al vivir.
Subrayar la integración del individuo a su grupo cultural con toda su identidad, junto al sentimiento de adaptarse para sobrevivir y vivir la muerte, enfrentándose todos los días a este proceso doloroso. Precisamente se trata de poder adaptar el arte y los conocimientos personales a este acontecimiento que implica una pérdida para el individuo. A diferencia de las creencias cristianas, las culturas prehispánicas no creían que existiera un destino desafortunado después de la muerte y que éste estuviera determinado por el comportamiento del sujeto durante su vida, por ejemplo, el inframundo era un trayecto seguido por el Sol durante la noche, además de ser el lugar por donde atraviesan los difuntos o en el que moran por siempre.
El cielo es en la mayoría de las culturas, el destino con mayor recompensa por méritos, llegar por las cualidades de sus moradores y aunque no tenemos ninguna evidencia de esta otra vida futura, los pájaros son criaturas que simbolizan el vuelo hacia el cielo, o hacia el sol, es decir, las almas volando al cielo:
Ser el universo
Ahora tienes todos esos pájaros/que cubren tus brazos/donde la altitud no lo es todo/entre esa pulcritud de tu alma.
Siguiendo con esta idea de que el destino es convertirse sobrenaturalmente en ave, idea apropiada en territorios de Michoacán, México (registrada en el códice histórico Relación de Michoacán), el objetivo del alma es también el encuentro con la divinidad, que es luz y calor . Es así como, tras la muerte, el fuego se apaga en la tierra (en las ciudades antiguas se dejaba de encender fuego por días), la mirada se apaga también:
Rumor de luces
La vida sigue luces que desellan/atormentan calles vacías./Señas absorben el frío/aturden la memoria detenida/en rostros cubiertos de sombras.
Perpetua mirada
Perpetua mirada en arrebato de luz/dentro de mi oscuridad tu abrazo/envuelve mi alma en la distancia fractal./Te vas con el canto del ave antes de emigrar/a ese lugar donde habita la premura de no existir.
En la actualidad, la muerte, el sufrimiento y el dolor continúan siendo temas tabú, como otros rasgos sociales que provienen de la educación de las emociones, como si se pudiera evitar que sucedieran, por tanto la experiencia es la única que nos enseña a valorar la vida al estar conscientes que somos seres finitos.
Territorialmente, los vivos se quedan habitando la tierra, excluidos del espacio espiritual de los muertos, este entorno donde se viva el proceso de perdida, induce a liberarse de los lazos con la persona fallecida, lo cual es indispensable para reintegrar al que queda al ambiente en donde la persona ya no está
Soy extranjera
Soy extranjera en suelos extraños/identidad comprada y números que vienen de la nada/estoy aquí en el olvido de vivir en tierra de otros/es vivir a medias, esperar volver con los años.
Del silencio
¿Acaso estoy muerta?/Después de venir de nieblas de luz/cruzar caminos a ciegas/no supe a donde fuiste tú.
Sufrir significa crecer, también madurar. Los rituales que se viven ante la muerte tienen como finalidad ayudar a los sobrevivientes a despedirse y a construir nuevas relaciones y pensamientos.
Un viaje largo
Tu viaje has comenzado/un viaje largo al que no sé ir/sólo puedo esperarte.
Arena del oriente
Tu alma es eterna/te cubrió la bondad/en esa paz necesaria
Sin un adiós
Sin un adiós, serás siempre.