ENTRE EL CHOCOLATE, ALTAS CUOTAS POR VENDER, LA INFLACIÓN Y PANDEMIA, ACABAN CON EL ALFEÑIQUE
Por Aranxa Solleiro
Con 84 artesanos y miles de productos que van desde el tradicional dulce de alfeñique hasta las actuales figuras de chocolate o tamarindo, un año más la ciudad de Toluca rebosa de colores por la tradicional Feria y Festival Cultural Internacional Alfeñique, la cual tiene decenas de años de existencia y según los residentes, forma parte esencial de su identidad.
Aunque sea un legado que ha perdurado durante más de cien años en la capital mexiquense, la elaboración de alfeñique cada vez se divisa más ausente en los locales, dado que lo que mayoritariamente llama la atención de los lugareños ya no es el dulce de azúcar, sino aquel que fue importado por la mixtura de culturas como la norteamericana.
Según el artesano David Gómez, quien forma parte de la tercera generación de su familia como vendedor y elaborador de calaveras y dulces de alfeñique, relata que actualmente las ventas no son las mismas en cuestión de productos, dado que la generación más joven que visita la Feria, tiende a preferir productos que ya no son típicos de la festividad.
“Ahora lo que más buscan es el chocolate, antes se vendía mucho más el dulce de azúcar o el alfeñique, pero como es más sencillo elaborar y comerse un chocolate, los jóvenes lo prefieren”, dijo.
Además, enfatizó que a pesar de que cada año se cuenta con la oportunidad de vender, cada edición tiene diversas limitaciones que evitan un beneficio notable, como ejemplo de ello, hizo mención de las cuotas de participación, ya que cada Ayuntamiento solicita distintas cuotas que no siempre son asequibles para el productor y vendedor, por lo que no es fácil para todos continuar.
Aunado a lo anterior, mencionó que los estragos de la pandemia por Covid-19, no han sido sencillos de erradicar, pues hay quienes ya no se encuentran con la misma seguridad de asistir a la Feria, por lo que las ventas no son como antes.
“Cuando estuvo la pandemia sí nos costó mucho y sí nos afectó mucho, porque lo único que se veía eran puros jóvenes pero la verdad es que no siempre compran, los que más compran son los niños y los adultos mayores pero era la población a la que no le permitían asistir por seguridad sanitaria”, detalló.
Destacó que uno de los puntos que benefician a los vendedores, es la creación de eventos y actividades relacionadas con la Feria, como la lista de artistas que se presentarán a lo largo del mes, en tanto que tendrá una duración hasta el 6 de noviembre, según lo dicho por el Ayuntamiento.
Declaró que, a pesar de los puntos negativos o dificultades que mantiene la Feria del Alfeñique, aún conserva su magia y la atracción para los habitantes, así como también, menciona que su labor representa orgullo.
Daniel Cruz, otro de los vendedores que conforman la Feria, resaltó que la elaboración de calaveras representa un trabajo artesanal único, dado que se realizan figuras desde principios de marzo, con la finalidad de darle la forma y calidad ideal a cada pieza, cuestión que subraya como admirable.
“Nosotros empezamos a hacer cada figura, especialmente las de azúcar, desde marzo, porque le ponemos atención a cada detalle, desde cuándo hacer el dulce, hasta el moldeo y el diseño. Dependiendo del tamaño, también así es como nos tardamos, tenemos todavía unas que están secándose, entonces imagínate el esfuerzo y la pasión que cada uno de nosotros le ponemos a nuestro trabajo. Por eso es tan especial esta Feria y deseamos que cada cliente se vaya feliz y también valore nuestro arte”, precisó.
De azúcar, chocolate, pepita, turrón, con penachos, diseños peculiares de arco iris, emulando la imagen de grandes figuras, Dioses y artistas mexicanos como Frida Kahlo, Moctezuma, Quetzalcoatl, entre otros, las calaveras se reflejan en las pupilas de los visitantes, quienes desde a temprana hora, salen a los Portales más grandes de Latinoamérica para disfrutar con calma cada local.