Entre la diplomacia y el realismo político

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Escena 1. El presidente de México declina a asistir a la Cumbre de las Américas en Estados Unidos porque no se invitó a Cuba, Venezuela y Nicaragua.

Escena 2. El presidente de México es invitado a una reunión de trabajo (no de Estado y se notó) con el presidente de Estados Unidos.

Escena 3. El narcotraficante Rafael Caro Quintero es detenido en México y se ordena su extradición.

Escena 4. Estados Unidos y Canadá se inconforman contraMéxico respecto a su “nueva” legislación energética y que según ellos es contraria al Tratado México, Estados Unidos y Canadá.

A esta última escena, el presidente de México ha respondido con cierta burla, intentando quitarle hierro al asunto. Como si esta inconformidad no fuera importante y, sobre todo, sabiendo vender lo que los mexicanos quieren: intentar quitarle a Estados Unidos ese poder histórico que ha ejercido y ejerce sobre México.

Pero, Estados Unidos aún puede, y se impone sobre México, por muchos motivos que no son motivo de esta columna, pero que desde el realismo político, económico y geográfico no se puede perder de vista, los aranceles a productos agrícolas nos pueden costar.

No es esta, una columna jurídica internacional, es esta una columna de análisis de comportamiento del presidente de México, esto para intentar entender y comprender porqué al presidente de México parece como si estuviera retando al gobierno estadounidense, y en una especie de malabarista, le diera al pueblo de México lo que siempre ha esperado: la “independencia” mexicana respecto de los Estados Unidos de América.

Pero como lo he dicho en columnas anteriores, en política nada es lo que parece y la actitud del presidente de México pareciera alejarse de lo esperado en diplomacia. La realidad es que el gobierno de México aun no tiene el poder para plantarle cara al gobierno estadounidense. México es superado en TODOS los indicadores de desarrollo, sin embargo, esto no significa que no pueda alcanzarlo, pero aún hay un camino muy largo por recorrer.

Entonces ¿por qué se comporta como se comporta el presidente de México? Porque es lo que mejor sabe hacer. Por un lado pareciera que reta al gobierno estadounidense, pero por el otro, manda a blindar la frontera sur, en una petición clara por parte del gobierno estadounidense; por un lado, habla de soberanía y que los tiempos han cambiado, por el otro detiene a un narcotraficante buscado por Estados Unidos;  por un lado habla de soberanía energética, por el otro compra una refinería con sede en Estados Unidos; ¿qué hará después de burlarse de la inconformidad de los estadounidenses y canadienses?