EXPERIENCIAS DE VIDA
¿Alguna vez te ha ocurrido que buscas trabajo y te piden experiencia previa para dártelo? Esto resulta verdaderamente frustrante: ¿cómo vas a desarrollar experiencia si no te dan trabajo?
Por supuesto que asuntos como este nos obliga a iniciar nuestra actividad laboral mucho antes de lo previsto, me refiero claro al hecho de tener que trabajar o buscar trabajo en diferentes actividades desde que estamos estudiando.
No es malo aclaro generar experiencias, pero personalmente pienso que hay un tiempo para todo, así tal cual como lo decía el rey Salomón: Tiempo para nacer, tiempo para crecer, tiempo para aprender y tiempo para hacer uso del conocimiento aprendido.
Pero la inercia del progreso y la hiperactividad que genera la globalización entorno del desarrollo en los diferentes aspectos de la vida, nos obliga poco a poco a entrar en la corriente laboral aun antes de tiempo.
Ahora apunto hacia lo siguiente, la actividad laboral no es la única experiencia necesaria para nuestra vida y erróneamente, mucho dirigen su principal esfuerzo hacia ello.
Podemos tener buenos trabajadores muy experimentados en su área pero que son malos ciudadanos o malos hijos o padres inexpertos o malos esposos, esto debido a que no nos preocupo tanto generar experiencia en el conocimiento de tales aspectos de la vida.
Dicen por ahí que la experiencia es un maestro exigente; primero te da el examen y luego te enseña la lección.
Toda experiencia de vida buena o mala, nos enseña por donde seguir avanzando y por donde ya no nos conviene seguir o volver a pasar, la perspectiva lo cambia todo, sobre todo cuando se ven desde lejos las cosas o cuando se logran ver con nuevas expectativas de vida.
Un ejemplo de esto es cuando hemos vivido y sufrido en carne propia, experiencias tales como: adicciones, accidentes, temores, rencores, ira o inseguridad.
Tales experiencias nos capacitan para auxiliar a otros entendiendo sus problemas y haciéndonos aptos para ser empáticos y solidarios con sus problemas.
Es cuando entendemos que la experiencia no es tan solo lo que vivimos sino lo que hacemos con lo aprendido.
Entendiendo esto, es cuando debemos preguntarnos ¿acaso lo que experimentamos puede ayudar a otros? Tus sufrimientos, tus enfermedades, las pruebas por las que has atravesado.
¿Puede de tu desgracia salir algo bueno? Existe mucho aprendizaje en cada situación vivida y siempre esta la oportunidad de ser mejores y haciendo acopio de valor, amor y buena voluntad, mirar hacia la necesidad de los demás para aportar salud y bienestar a partir de nuestras propias experiencias de vida.
Claramente entonces, tener experiencia no es lo importante si no la forma en que valoramos lo que nos costo lograr tal experiencia y poder utilizarlo para apoyar, instruir o auxiliar a otros en el momento correcto.
Todo el mundo tiene experiencias, pero lo importante es como se utilizan.
Todos comenzamos nuestra vida como un cuaderno en blanco, día a día vamos escribiendo en cada hoja y acumulando diferentes experiencias y por consecuencia conocimiento, pero lo importante aquí, es detenernos a revisar cada día lo que escribimos en cada hoja para revisar lo aprendido y ver de qué forma utilizarlo.
La capacidad de reflexionar sobre las cosas que vivimos cada día, genera sabiduría y la sabiduría es el uso correcto del conocimiento aprendido en cada una de esas experiencias de vida.
El rey salomón decía: “Adquiere sabiduría, engrandécela y ella te engrandecerá”
En el tema de la experiencia se puede decir que todos experimentamos más de lo que entendemos.
“Una experiencia nunca es un fracaso, pues siempre viene a demostrar algo.” Thomas Alva Edison
En ocasiones más, entenderemos que vivimos tantas experiencias que posiblemente no lograremos aprender de todas ellas, es por lo que, necesariamente necesitamos reflexionar y hacer buen uso de las que si logramos aprender y compartirlas además con cuantos nos sea posible hacerlo.