IN SHORTAGE

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Cuando está ausente o hay poco de ella, es ahí donde se convierte en peligro tener razón.

Cuando el que nos toma de la mano es alguien que nos ha ofendido y muchas veces dañado, es casi imposible no abandonarla.

Cuando las ofrendas provienen de ella, se vuelven superlativas a los que se originan

a través de la caridad.

Cuando las personas fracasan en concitar la libertad junto con ella, han fracasado de manera absoluta.

Cuando ella anda coja, no significa que se ha ido, finalmente toma aliento y logra llegar a su fin, donde la espera la verdad.

Cuando ella está en juego, siempre juegan todos, porque si excluimos a alguno, ella pierde su esencia y deja de ser ella misma.

Cuando se trata de la verdad, siempre estaré a favor de ella. Asi mismo cuando se trata de ella, que le caiga a quien le caiga, así sea el más grande Monarca.

Cuando se trata de premios, ella no espera ninguno de ellos. Ella es lo que es por sí misma y con que siga siendo ella y sea utilizada, simplemente le basta.

Cuando la tienes siempre presente con alguien, ese alguien terminará amándote, pero si te olvidas de ella, su amor se puede convertir en odio.

Cuando la tienes, pero careces de clemencia, claramente la crueldad te envuelve y muchas veces ni siquiera te das cuenta.

Cuando uno dice que sabe quién y qué es ella, es porque la ama, si no la ama, no cabe el entendimiento sobre ella.

Cuando uno sospecha o visualiza que va a perder, a veces retrocede en su lucha, sin embargo, aun si la pérdida se visualiza, no debe de arrebatarnos las ganas de pelear por ella.

Cuando uno está lleno de prejuicios, siendo éstos como decía Albert Einsten, más dificiles de desintegrar que un átomo, es seguro que no podrá sostenerse de la mano de ella.

Cuando caminamos a su lado, siempre nos proporciona paz, pero sin duda mucho más trabajo y esfuerzo.

Cuando se trata de ella, todo depende de la buena voluntad y del nivel de clara consciencia de cada persona.

Cuando las personas practican la bienquerencia y la amistad pura, no tendrían que preocuparse por la ausencia de ella.

Cuando uno no la difiere, no la hace esperar, no la retiene para un más tarde o un después, es lo esencial a ella. Cuando uno la pone en sala de espera, la pierde sin retorno.

Cuando se trata de ella, no significa gasto, ella es gratuita, pero eso sí, los medios para sostenerla y no soltarla, si nos generan gastos, no siempre económicos, pero sin duda, sí físicos.

Cuando una persona la tiene, puede lograr ser el más noble de los animales, cuando carece de ella es el peor y más temible.

Cuando se trata de llegar a ella, puede haber ceguera, sordera y también mudez impuestas por uno mismo, lo cual nos hace olvidarnos de ella.

Cuando queremos describirla, podemos decir que ella es, aquel principio moral que inclina a obrar y juzgar respetando la verdad y dando a cada uno lo que le corresponde. Ella es un principio ineludible que debería regir nuestras sociedades, ella es La Justicia, pero como diría Robert Frost (que comparto) sobre la arbitrariedad del sistema judicial de algunos estados: El jurado está compuesto por doce personas elegidas para decidir quién tiene el mejor abogado.

–Para el Perú, donde la Justicia está en agonía–