JUZGAR

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…ves la pelusa en el ojo de tu hermano,
¿y no te das cuenta del tronco que hay en el tuyo?
Mateo 7: 3

Querido y aguzado lector, le saludo con el gusto de siempre, ya rebasamos el medio año, cada vez más cerca la recta final de este 2023, entre noticias de la presencia alienígena en el planeta, campañas presidenciales adelantadas, documentales que llegan a los cines para desenmascarar élites perversas, entre ecos de guerra y delincuencia organizada desenfrenada. Ay querido lector, vaya año.

La columna abre con una cita bíblica un tanto popular, cuántas veces no la habremos ya escuchado, eso de andar señalando los errores, faltas del otro y formarnos un juicio a partir de ello, es muy fácil, ¿no?

Incluso se ha vuelto una práctica cotidiana, formarnos una idea de alguien sin conocerle siquiera, sin dar oportunidad que muestre quién es, aunque si lo pensamos bien, qué tan cerca de tener una idea fiel se puede tener, si muchos no muestran su verdadero rostro, o tienen múltiples.

Cuando el capitalismo, por ejemplo, implanta ideas de lo que debería ser una persona, según edad, género, y los mensajes aspiracionales que implantan, ideas acerca del lujo y el prestigio dando así parámetros para emitir juicios respecto a todo el mundo.

Qué tal algunas religiones, las sectas, lo mismo, juzgan a otros según sus ideas, valores. Y qué decir de la ética, las normas y costumbres que nos rigen y que se enfrentan a nuevas propuestas, que lejos de traer la cordial convivencia, terminan por distanciarnos más.

Ni para dónde hacerse, querido lector, siempre expuestos al escarnio, al señalamiento.

La cita del epígrafe continua: ¿Y dices a tu hermano: Déjame sacarte esa pelusa del ojo, teniendo tú un tronco en el tuyo? Cuánta mesura hay que tener para enjuiciar, cierto, como si uno fuera perfecto, o aquellos que por un privilegio sobre otro, otros, tienden a enjuiciar aquello que no conocen, o creen conocer o suponen cuanto imaginan.

Esta condición cuantos conflictos ha traído, cuántas guerras, cuántos linchamientos mediáticos y literales por un juicio, una suposición. Y qué decir cuando también la justicia, la ley también se ve viciada por los prejuicios, la corrupción y la pésima impartición de justicia.

Recientemente encontré en redes sociales una frase que adjudican a la escritora Alejandra Pizarnik, que belleza guardan aquellos que no encuentran su lugar entre tanta gente; no es soledad, es un privilegio no encajar.

Cómo aceptar esa idea de no encajar cuando somos seres sociales, cómo hallar la belleza en la diferencia de no ser y actuar como los demás, cuando hay una exigencia de adaptarse, integrarse a las nuevas ideas, estilos de vida.

Así es querido lector, el privilegio de la libertad de ser uno mismo, de hacer oídos sordos y crecer, expandirse. Y también abrazar los ideales propios, claro, sin violentar o atropellar o enjuiciar a los que son o piensan distinto a nosotros.

Continuando con las citas de la biblia, hay una de los Proverbios que dice: No dependas de tu propio entendimiento, es importante abrir la mente, comprender. Si sólo nos quedáramos con el primer juicio, con el prejuicio, estaríamos muy limitados y por el contrario si nos diéramos la oportunidad de entender, podríamos ver incluso las posibles malas intenciones en una primera impresión no podríamos percibir.

Carl Jung decía que pensar es difícil, por eso la mayoría de la gente juzga. Qué pereza, descifrar, comprender algo. Qué tan complicado puede ser cuando la mente esta distraída con canciones sinsentido, videos virales, quién quiere pensar cuando se puede anestesiar el cerebro con horas de redes sociales, drogas legales e ilegales.

Vaya naturaleza de nuestro ser, la vanidad, soberbia de algunos o todos en algún momento para invalidar al otro sin recordar que uno no es nada sin la masa de sus hermanos que luchan o vegetan en los hormigueros del mundo entero.

Bien o mal dependemos del otro, de sus decisiones y de las propias, por efecto mariposa, una acción, situación o incluso omisión,  puede provocar una serie de acciones, situaciones que acaban por causar un efecto distinto a la intención de la acción inicial.

De ahí la importancia de conocer un poco más de aquello que estamos por prejuzgar, y termino con una frase de José Saramago que dice:

Somos la memoria que tenemos y la responsabilidad que asumimos; sin memoria no existimos y sin responsabilidad quizá no merezcamos existir.

Algo así como lo que alcanzamos a ver en la nueva película de este personaje polémico, J Robert Oppenheimer quien desarrolló la bomba atómica y que a partir de este descubrimiento, su vida ante el escarnio público ya no fue la misma, incluso ante quienes parecía lo conocían muy bien. Pero no le cuento la película, mejor vaya y constate cómo los prejuicios, malas intenciones, suposiciones, pueden influir tanto en nuestras vidas, así como las decisiones que tomamos.