La democracia, forma de vida, afirma Macarita Elizondo

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El Instituto Nacional Electoral tiene, además de una tarea eminentemente técnica para la organización de elecciones equitativas y transparentes, una tarea sustantiva para garantizar los derechos políticos de los mexicanos y el acceso a la justicia, pues así se logra fortalecer el sistema democrático en México, y es que “la democracia es una forma de vida y no solo una estructura política”, subrayó la catedrática universitaria y consultora internacional Macarita Elizondo.

Durante su participación en la mesa de diálogo “Elecciones 2021: ¿Se fortalece o debilita la democracia en México?”, quien fuera también magistrada en el Tribunal Federal Electoral y Consejera del INE, señaló la importancia de “reestablecer la confianza de los ciudadanos en el sistema democrático”, y como parte de ello, el Tribunal Federal Electoral afronta un desafío importante ante la llamada “nueva normalidad”, realizar juicios en línea para lograr ese acercamiento con la ciudadanía y el acceso a la justicia.

Y es que señaló, los objetivos de la reforma político electoral del 2014 “fueron la construcción der mecanismos de negociación, de acuerdos, etcétera, y no los veo muy claros si no propendemos a esa otra parte importante de actuación del INE que tiene que ver con la defensa de los derechos sustantivos”.

Por su parte, Lorenzo Córdova Vianello, Consejero presidente del Instituto Nacional Electoral, destacó que en los últimos 5 años, que coincide con el cambio del Instituto Federal Electoral al Instituto Nacional Electoral, “el grado de alternancia que existe en el país es el más alto de nuestra historia democrática”.

En este sentido, “si hay algún tema en el que hemos hecho la tarea, bajo la premisa de que en democracia nunca hay temas definitivos o finiquitados de manera definitiva, es justamente en la materia electoral”.

De esta manera, explicó, “cerca del 61 por ciento de las elecciones que se realizan implican un nuevo ganador respecto de quién había ganado en la cita electoral previa; en otras palabras, la posibilidad de que un partido que gana una elección vuelva a ganar la elección que sigue es de apenas 4 de cada 10”.

De acuerdo con Córdova Vianello, esto “es la mejor prueba de que hoy, si bien hay mucho por hacer y que no hay puntos finales en materia electoral, en México ya existen las condiciones democráticas para que sean las y los electores y nadie más, quien decida quién alcanza el poder político, y a través de su voto no solamente elegir a quienes nos representa y a quienes nos van a gobernar, sino también premiar y castigar las buenas y malas acciones de gobierno”.

Señaló que con la primera alternancia a la presidencia, lo que hace 20 años se planteó como “un voto de castigo, hoy es parte consustancial de los sistemas electorales. Quien ha ganado el gobierno, inevitablemente en el siguiente ciclo electoral será sometido al escrutinio que es por cierto un ejercicio de rendición de cuentas, de las y los electores a través de su voto”.

“Hoy los problemas en México, que no son pocos, que son estructurales, la pobreza, la desigualdad, la corrupción, la impunidad, la inseguridad, son los grandes problemas de nuestro tiempo pero afortunadamente a diferencia de lo que ocurría hace 30 años las elecciones ya no son el principal de nuestros problemas y creo que nos corresponde a todos evitar que vuelvan a serlo en un futuro”, sentenció.

En esta mesa de diálogo convocada por la organización México Justo, también participaron Fernando Ojesto Martínez, catedrático de la Facultad de Derecho de la UNAM y ex Magistrado Presidente del TEPJF, y José Buendía, periodista y analista.