Lo más valioso de la transformación es la ver la belleza en el cambio…
La edad del cuerpo se nota, pero la edad del ser, se vive. Hace años cuando el plan de fin de semana era salir de la ciudad, lo primero que pensaba era: ojalá haya internet, ojalá no pierda la señal en la carretera, ojalá haya televisión en la habitación. Las escapadas con mi mamá los fines de semana o los puentes se llenaban de horas de carretera con ella, platicando, para luego llegar a un lugar que me exigía estar de buenas.
Conforme la vida me cambió, he podido disfrutar esas escapadas de manera distinta; desde tres horas en carretera hasta desmañanarnos para llegar a tiempo al aeropuerto, todo ha cambiado, disfruto pensar en el pack de snacks para el camino, la botella con agua, el dramanine en mi bolsa de cosméticos y la playlist para las horas. Esos fines de semana lejos la ciudad y lo que significan ha cambiado, es ahora para mí, una oportunidad de cambio, de simplificar tiempos, objetos y hasta gastos.
Este fin de semana escapamos a ver a la familia que está lejos, y qué delicia, se los recomiendo. Pasamos por café, llevábamos fruta entretenida para el camino, cantamos y nos perdimos tantito. La maravilla de llegar a un lugar y verlo diferente; a mis casi 32 años sí veo las cosas diferentes; me desconecté, dejé en mi bolsa el teléfono, es más, hasta me olvidé de la bolsa, disfruté sin rutinas, sin wifi, sin maquillaje y con mucha lluvia.
Les cuento algo: de las cosas más valiosas de esos viajes, es darme cuenta del poder de adaptación de mi hija; llegó a un lugar más o menos desconocido para ella, con gente que ha visto pocas veces, pero al fin familia, se emocionó de mojarse sin paraguas, de caminar en la calle sin peligro, de comer un helado y luego otro, de perseguir mariposas, de resbalarse en el musgo y saborear la sopa de olla de su abuela, esas pequeñas cosas que nos resetean el alma.
Extrañar tener 4 años y emocionarme de todo, probar, conocer, descubrir y perder el miedo, como adulto me dejé llevar, extrañé mi casa, mi música y a mi mamá ¿ Está mal?, creo que saber que volveremos a lo nuestro le otorga paz a las noches, para que en el día nos dediquemos a hacer crecer el espíritu… Viajen, visiten y tomen fotos.
P.S. Por cierto, ando triste, porque no sirve la cámara de mi teléfono, espero pronto poder resolverlo.