PAUL AUSTER & MILES DAVIS

Views: 1531

Piensas que nunca te va a pasar, imposible que te suceda a ti, que eres la única persona del mundo a quien jamás ocurrirán esas cosas, y entonces, una por una, empiezan a pasarte todas, igual que le suceden a cualquier otro. Paul Auster.

 

 

Cual vías de ferrocarril, el detalle y el azar sirvieron como rieles para los vagones que se fueron encadenando a una locomotora, como cada una de las obras que nos regaló a lo largo de poco más de cuatro décadas este excepcional escritor norteamericano.

Cada página de sus novelas te hace sentir como si fueras un separador de libro, las hojas te abrazan y te contagian y mimetizan todo tipo de emociones, ora te puedes sentir el escritor, ora el protagonista, la idea del mundo te suena infinita cual martini bien mezclado entre la realidad y la ficción, así como disfrutando un Manhattan en New York.

El ritmo de su prosa me parece tan enigmático como el jazz, simplemente lo disfrutas sin preocuparte a donde te va a llevar o en que va a terminar.A los millenials los cautivó, ya que les dio una sensación de libertad y de nómadas del mundo.

Comparar la prosa de Paul Auster con el jazz  me parece una forma interesante de analizar su estilo literario. Si Auster hubiera sido un músico de jazz, se hubiera parecido a alguien como Miles Davis. Al igual que Davis, Auster es reconocido por su capacidad para crear obras que son tanto innovadoras como accesibles, combinando elementos de tradición con experimentación.

Al igual que Davis, cuyas composiciones y solos eran a menudo impredecibles y sorprendentes, Auster fue capaz de llevar al lector por caminos inesperados en sus historias, desafiando las convenciones narrativas y jugando con la estructura y el estilo. Además, al igual que Davis fue un maestro en la improvisación, Auster fue capaz de improvisar con el lenguaje y la trama de sus obras, creando momentos de belleza y sorpresa que resuenan con el lector de la misma manera que un solo de trompeta o saxofón puede cautivar a una audiencia.

Siendo fanático del jazz y de los libros, concluyo que Paul Auster y Miles Davis coincidieron en su capacidad para fusionar innovación y accesibilidad, así como en su habilidad para improvisar y sorprender.

Pero regresemos al ferrocarril de la libertad, sin destino y lleno de sorpresas. Los invito a treparnos al tren de sus obras y para ello, les propongo este orden para subirnos a cada uno de los vagones mágicos.

La trilogía de Nueva York: Es un buen punto de partida, ya que es una de sus obras más conocidas y establece muchos de los temas y estilos que caracterizan su obra.

El libro de las ilusiones: Esta novela ofrece una exploración más profunda de los temas de la identidad y la pérdida, que son recurrentes en la obra del escritor fallecido el pasado 30 de abril.

Viajes por el Scriptorium: Esta novela es un buen ejemplo de la experimentación formal de Auster y puede ayudar a los lectores a comprender mejor su enfoque narrativo.

En el cabus del tren, para cerrar con broche de oro, el que a mí me ha cautivado: La invención de la soledad, publicado en 1982. Se compone de dos partes distintas, aunque relacionadas entre sí. La primera, titulada Retrato de un hombre invisible, es un relato autobiográfico en el que Auster reflexiona sobre la muerte de su padre y su propia experiencia como hijo. A través de una serie de recuerdos y reflexiones, Auster explora la complejidad de la relación con su padre, así como los efectos de su muerte en su propia vida. La segunda, titulada El libro de la memoria es una meditación más filosófica sobre la naturaleza de la memoria y la identidad. Auster reflexiona sobre la importancia de recordar y cómo los recuerdos moldean nuestra comprensión del mundo y de nosotros mismos, lo cuál trae a mi mente las enseñanzas de Steve Jobs.

En conjunto, La invención de la soledad es una exploración profunda de temas como la familia, la pérdida, la memoria y la identidad. A través de su prosa reflexiva y evocadora, Auster nos invita a reflexionar sobre nuestra propia experiencia de la soledad y la conexión humana.

El legado de Paul Auster, significa un tesoro literario en éstos tiempos en donde la lectura de grandes obras y la empatía parecen dejadas a un lado. Cierro con esta frase extraída de el retrato de su padre: Si uno observa el mundo a través del prisma del dinero, acaba por no ver nada.