¿POR QUÉ NECESITAS UNA BALLENA? LÍDERES AL TIMÓN

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¡Qué no conseguirá un hombre cuando desea una cosa!

Moby Dick, Herman Melville

La ficción es fuente de aprendizaje significativo y su ventaja infalible es un principio que llamaremos El Espectador, el cual, explicaría por qué el storytelling funciona: Observar, despoja al individuo del protagonismo respecto a la historia y con ello, de prejuicios, responsabilidad directa, tendencia a racionalizar, y bloqueos emocionales. Esto facilita que podamos asimilar una nueva lección, no experimentada en carne propia.

 

NUESTRO CEREBRO AMA LOS CUENTOS DE HADAS. Las historias activan los decodificadores de lenguaje del cerebro –zonas de Broca y Wernicke– y el córtex sensorial, que asocia cada palabra e imagen con sensaciones y emociones archivadas en nuestra memoria. Frente a situaciones que nos interesan, la actividad en el centro de recompensa o vía mesolímbica, que concentra neuronas implicadas en la cognición, la memoria y moviliza dopamina –sustancia reguladora del placer–, aumenta. En otras palabras, la  curiosidad por saber cómo sigue la historia impulsa poderosamente a lograr objetivos.

 

¿QUÉ TIENE QUE VER UNA BALLENA CON MI LIDERAZGO?

Rasgo común de genios y grandes líderes, es su afición a la lectura más ligada a sensaciones y emociones. Moby Dick, de Herman Melville, era uno de los libros favoritos de Steve Jobs. Es el más rico en vocabulario (17,227 palabras distintas) y está sembrado de metáforas que le dan vigencia y riqueza semántica. La novela, revela entre sus últimas cien páginas, la ciega obsesión del capitán Ahab por cazar a la ballena que lo mutiló en un encuentro anterior. Si no lo has leído aún, ¡te estás perdiendo de mucho!

 

¿Curiosidad por Moby Dick? Veamos. En 1820, el barco ballenero Essex, fue hundido en el Pacífico sur por el cachalote albino Mocha Dick, el cual había sido perseguido por balleneros durante 40 años, sin éxito. Años después, el antiguo capitán del Essex –George Pollard Jr.–, detalló el naufragio a Melville, incluidos los episodios de canibalismo entre la tripulación. Impactado, reescribió esta historia, desde su experiencia marinera, denunciando a un ballenero desquiciado en 1851, en pleno auge de esa industria en los Estados Unidos y cuando estos eran casi héroes nacionales.

Si la misión del cerebro es arreglar la vida a los personajes y desenredar los nudos, Moby Dick dispone los recursos y periplo perfectos para recrear cientos de interpretaciones, además de advertir sobre el curso destructivo que sigue la humanidad.

¿Por qué el libro mejor que la película? Al escribir o leer, utilizamos recursos propios que recrean versiones inéditas de nuestra historia. En cambio, una pantalla envía imágenes asociadas a conceptos procesados por otros cerebros; es una invasión que asimilamos, ¡claro que sí! pero a través de un proceso lento y agresivo.

Samuel Bacharach, co-fundador del Bacharach Leadership Group, listó 06 lecciones de liderazgo, tras comparar el síntoma de abstracción de algunos líderes empresariales con la intensa fijación del capitán Ahab. El aporte de Bacharach resulta útil para no sabotear el éxito de nuestro equipo:

  • No te obsesiones por una visión.
  • Evita el culto a la personalidad.
  • Junta una tripulación que comparta tu filosofía.
  • Escucha a tu equipo.
  • Toma nota de los errores de los demás.
  • Recuerda que siempre hay otra ballena blanca. Otra oportunidad, otra meta por alcanzar, no despilfarres recursos materiales y psicológicos, en una obsesión.

 

¿TE EMBARCAS CONMIGO A DESCUBRIR MÁS LECCIONES?

Las 822 páginas de la épica Moby Dick merecen ser analizadas. Propongo embarcarnos a descubrir algunas metáforas dispersas en esta fascinante obra maestra. ¿Vienes?

EL PEQUOD COMO ALEGORÍA DEL MUNDO

El autor sitúa a sus personajes en un barco cuya tripulación multinacional, representa el mundo y sus culturas, hoy, globalizado y redalizado. El Pequod demuestra que la convivencia en paz, es posible. Una lección digna de rescate, en estos convulsionados tiempos.

MÁS DENSA LA BRUMA, MAYOR EL PELIGRO

Tras la bruma, el Pequod es poco visible y más vulnerable al ataque de la ballena. En la empresa, sucede con los objetivos poco claros y en la vida, con personas inconsistentes, o que ocultan sus intereses en agendas propias. Conviene estar atentos, siempre.

LA BALLENA BLANCA ESTA FRENTE A TUS OJOS

En Ahab y la Ballena Blanca, de Manuel Marsol; Ahab, confunde a la ballena con un iceberg. A veces, obsesos con hallar la solución perfecta, obviamos mil opciones, evidentes, más inteligentes, y menos complicadas.

SIEMPRE ES MOMENTO PARA UN MEJOR FINAL

La última página del manuscrito Moby Dick, se dañó y no fue impresa. La obra fue criticada por su final precipitado, oscuro y sin fundamento. Luego, se supo que Ismael sobrevivió al naufragio. Siempre hay oportunidad para cambiar una historia.

SI TU BARCO HACE AGUA, HÚNDELO Y A NADAR

La realidad exige acciones rápidas y contundentes. Si el barco se inunda, toca hundirlo y bracear con todas tus fuerzas; si estás hecho de buena madera, es decir, si has pulido tu talento y te has preparado suficiente, pronto construirás uno mejor.

SI LA SUERTE NO TE SONRIE, RIETE DE LA SUERTE

Luego de su rescate, el capitán Pollard, Jr. comandó un nuevo barco, que encalló. Por ello, lo apodaron Jonás, que en el argot ballenero es un título de mala suerte. Amargado, pasó el resto de sus días, en tierra. ¡Cuánto le hubiera ayudado valorar su experiencia y aptitudes, amén de las opiniones ajenas, asi como cambiar de actitud!

LA NATURALEZA GESTIONA SU PROPIA HISTORIA

Si persistimos en destruir la naturaleza y no aprendemos a convivir con ella, sentenciaremos la ruina colectiva. Olvidar que somos parte de ella, de su historia y destino ¡es una temible quimera!

 

Saber llegar es tu destino. No importa hacia dónde vas sino quién eres tú, el que va; el viaje consiste en dar el paso, enriquecerse entre las olas y volver a casa: el mar es el mundo, tú eres el barco y la travesía, es el tiempo.

¡Atrévete a ponerle nombre a tu pasión! A esa ballena blanca que flota en tus sueños y tiene fuerza suficiente para intimidar al más espeluznante Leviatán