PROFESOR “MOSQUITO”

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¿Quién puede, fue un pedagogo? Hay que recuperar al educador e investigador que deja huellas para los normalistas que se hallan en Toluca y en la entidad, y que muchas veces ignoran la historia de la educación en esta demarcación y, en particular en la capital del Estado de México. Este sólo hecho debe de llevarnos a descubrir todo aquello que en el tema de la educación dejó quien, por atender trabajos de prensa en algunos gobiernos estatales o por realizar tareas periodísticas como vocación de vida, hizo sin quererlo, que le olvidemos que es uno de los personajes que más supo sobre el desarrollo de la educación en Toluca y en la entidad. Instituciones que educan en Toluca están ahí con su glorioso e interesante pasado: en primer lugar, el Instituto Literario de Toluca, reducto de la educación liberal en el terrible siglo XIX donde el clero no quiere perder su primacía. 

Hay que leer con detenimiento al sabio maestro Gonzalo Pérez, quien relata los avatares de la Biblioteca estatal ubicada en Toluca, misma que sólo después de la Reforma logra traer a la capital su acervo, pues mucho tiempo estuvo en un sitio de Tlalpan, primera capital de la entidad al nacer el 2 de marzo de 1824. Instituto y Biblioteca dos expresiones de la Toluca culta, que han de ser paradigma de la educación en este lugar. El nacimiento oficial de la educación Normalista es otra tarea de estudio profundo, pues las crónicas de ese tiempo han ido quedando en la sombra, cuando deberían de ser por todos conocidos dichos textos. Reflejando en ello el esfuerzo de aquellos hombres y mujeres, que desde el gobierno o el mundo de los gobernados, pusieron las bases para la educación que hoy contamos en Toluca y en el territorio estatal.

Recuperar las investigaciones históricas del profesor Mosquito, sus crónicas, sus artículos tan sesudos, sabios y de serias y profunda investigación. Cuenta, por ejemplo: Por lo que se refiere a la Normal y de Artes y Oficios para Profesoras, con el tiempo se fue inclinando exclusivamente a la preparación de maestras y lo relativo a las artes manuales se redujo a una aplicación de clases relativas, solamente complementarias de la educación normal y que, ya en el terreno de la profesión iban a servir a las educadoras para enseñar a las niñas lo que se llamó durante muchos años, decenios “Trabajos Manuales” o “Labores Domésticas”, agregando nociones sobre la higiene y la salud. Lo veo escribiendo en su máquina, lejos todavía de la utilización de la computadora que ahora es un privilegio para nosotros. Corrigiendo sobre el papel o borrando de muchas maneras tal o cual palabra. Los cronistas del pasado son ejemplo señero de cómo es que se logra recuperar la memoria de la familia o de los pueblos. La historia de un personaje o los sucesos cotidianos que parecen no tener importancia. 

Para don Poncho todo tuvo siempre mucha y total importancia: de eso se hace el Cronista, hay que repetirlo una y mil veces, pues su ejemplo es muestra concreta de por qué es el personaje que nacido en Calimaya en el año de 1927, vino a vivir en su niñez y a radicar en Toluca: la ciudad y municipio de sus amores que le vivió la mayor parte de años de su existencia hasta en año de 1997, cuando a sus setenta años deja de existir físicamente, pero mantiene, como lo dice Borges, su reencarnación y vida intelectual y espiritual a través de libros y todo tipo de escritos. Cronista, periodista, pero investigador destacado del tema de la Educación, nos deja un opúsculo que es obra de arte por su objetividad y prosa que nos hace seguir sus estudios con pasión y comprensión de aquellos años en que la mujer tuvo que batallar contra todo y contra todos por alcanzar los logros en este siglo XXI. Mariano Riva Palacio, José Vicente Villada y Filiberto Gómez son prueba de buenos gobernantes que se preocuparon por el tema de la educación. Por eso son recordados con cariño y afecto. 

Cuenta don Poncho en Gómez y el Gomismo: Y tanto fue así que, después de la Revolución, aunque existían dos Normales, la de profesoras y la de profesores, y una Escuela de Artes y Oficios para Varones, las mujercitas carecían de un plantel especializado donde capacitarse. Y fue entonces cuando apareció la mano precursora de don Filiberto Gómez para llenar el hueco […] En 1929 fue electo Filiberto Gómez, subió a la Gubernatura y entonces pudo poner en evidencia sus grandes dotes de estadista. No hay promoción constructiva, de tipo revolucionario, que no iniciara él. Nada escapa al historiador y cronista. Conoce la obra de los mejores gobernantes de la entidad y lo que hacen y dejan en Toluca. No se detiene en parabienes del gobierno Gomista, dice: hemos dicho en repetidas ocasiones y tenemos de ello suficientes pruebas, que se le debe reputar como uno de los gobernadores más brillantes de nuestro siglo. Y este hombre fue el que atendió las sugerencias de la maestra María teresa Pizarro viuda de Villicaña, fundó la Escuela Hogar el 14 de febrero de 1930. Admira a la mujer y le conoce, admira más, mucho más la elocuencia y sabiduría en el sexo femenino, por eso no se detiene para escribir con admiración de una joven que participa al fundarse la Escuela-Hogar, pues resulta un texto histórico y pleno de modernidad hoy.

Leo este texto pleno de euforia por el discurso que cita: Por ello no deja de ser interesante el discurso que la señorita María Eugenio González pronuncia en el mismo día de la inauguración de la Escuela Hogar. ¿Era esta joven una de las maestras del equipo de enseñanza? Muy probablemente no, porque la revisar la primera plantilla de colaboradoras de la señora Villicaña, no aparece inscrita”. La lucha de la mujer en Toluca hace casi cien años comprueba los avances, pero también lo mucho que falta y, por eso, don Poncho cita palabras de María Eugenia en el apartado Discurso de garra: Nuestra mujer pobre, hemos visto, yace en el más completo abandono. ¿Cuál ha sido hasta ahora el porvenir de nuestras mujeres? La mayor parte de ellas sólo les es dado, cuando tenían necesidad de un trabajo retribuido, el desplegarlo como sirvientas, en donde reciben una corta retribución que no les sirve para poder libertarse de él algún día, en donde se les exige obediencia ciega, y que al tener que renunciar a su propia voluntad se convierten en verdaderas máquinas de trabajo. Otras están sometidas al yugo de un marido cruel muchas veces y del cual no pueden librarse porque carecen de armas para luchar contra la vida, otras, vemos con tristeza caminan a la verdadera perdición, de donde se han derivado otras anomalías de importancia capital en nuestro medio, como los infanticidios, obligadas la mayor parte por la misma causa, por carecer de un elemento que les suministre los medios de subsistencia y de un dique moral que las contenga, y de esta muchedumbre abandonada y envilecida surgió un grito semejante al que un día lanzaron nuestros trabajadores y lo mismo que el de ellos, ha sido escuchado. A nosotros nos toca ahora ser testigos del primer paso que en favor de nuestras mujeres va a efectuarse. 

La Escuela Hogar y las Escuelas del Normales al paso del siglo XX son expresiones sensibles que toman en cuenta a la mujer y su progreso material, profesional, espiritual y humano. El cronista nos da en célula por célula los hechos de la historia que se encuentran por doquier. Que sólo en la sensibilidad del Cronista se transforman en gozosos relatos o hechos que nos admiran por lo bien escritos y por lo bien documentados que están. De esta manera don Poncho nos relata cuáles fueron las sedes de la Escuela Hogar en su existencia por el territorio de Toluca, cita calles: la Belisario Domínguez, luego a un edificio de Juárez y la Libertad (hoy avenida Hidalgo) y posteriormente en la esquina de las calles de Sor Juana Inés de la Cruz y Libertad. Muchos años permaneció en la larga casona de Independencia número 802, junto a la Normal que fue de Profesoras, luego mixta y hoy de Profesores, y finalmente, a partir de que se hizo cargo de ella el DIFEM, ha quedado definitivamente instalada en el amplio recinto de la vieja e historiada Quinta del Carmen. Nombres de sus directoras y profesoras. Todo lo sabe el Cronista que con su ejemplo, nos dice cómo seguir su camino.