Revocación
Lo entiendo como volver a llamar algo o alguien, repetir el vocativo, –ven, quédate–, pero, actualmente tenemos esa palabra continuamente en la boca y en la conversación, pareciera que su significado, es una masa articulada de spots y argucias publicitarias, que además, es una palabra incomprensible, pues desde su origen, no puede plantearse una simple pregunta para realizar una votación, porque el pueblo no lee o más bien, lee lo que quiere leer así como escucha lo que quiere escuchar.
Revocar significa dejar sin efecto lo anterior, ese es su significado jurídico, dar marcha atrás a actos que los individuos cometen, como, poner término unilateralmente a un contrato. Podría pensarse que es otra de las palabritas del derecho para ocultar la ineficacia. Por ejemplo, los acreedores pueden decidir la extinción de un negocio, siempre en perjuicio del deudor –esto tómelo en cuenta–, también se pueden revocar las disposiciones de una autoridad fiscal; de eso nunca nos enteramos los contribuyentes, aunque es muy difícil que se retracten los hacendarios de sus determinaciones, considerando que reconocieran que no fueron legales.
Para toda revocación hay que dar argumentos para reponer los procedimientos, asumirse uno como personar física y/o moral y estar muy atento a los tiempos para sustituir un procedimiento calificado de viciado de nulidad, así se les llama a las cosas que no tienen ni ton ni son. Por eso hay que pensarlo dos veces antes de unir la palabra revocación al consecuente complemento: de mandato porque la realidad no puede borrarse de un plumazo, todo tiene un tiempo para transcurrir.