Sambenito
Que no me alcance la ira de su golpe
ni el venenoso mirar de su lenguaje.
Arrepentido mi traidor, te pida perdón
Misericordioso, Luz Divina.
A ti Señor de mis lamentos,
los más oscuros, los más tiernos.
Perdona mi falta de talento,
la escasez de belleza y fortuna,
soy tan sólo instrumento de tus hechos,
conducto del designio que te inspira
para mostrar lo hermoso y lo más feo
en la misma hoja del libro de la vida.
Quise devolver la gracia por cordura
y extravié la lucidez al desencanto
por eso acudo a ti, despavorida
huyendo de sangrientos amores,
corderos obedientes que hieren
amablemente por encargo.
Sálvame piadoso, triunfante
y generoso, del premio del pecado
escóndeme, dalo a otro más raro.
Que en tu manto encuentre
por fin el anhelado resguardo.
Enséñame a dar amor sin necesitarlo.