TINIEBLAS DULCES
Los demonios son invisibles, por principio
Tus demonios juegan en contra de tus deseos sin que te des cuenta
Los míos se ponen de aliados para no perder
Ejércitos de papel con el cero poético como coronilla inútil
Los identifico irremediablemente,
Como desfile de modas en un asentamiento humano
Donde los malos según los escolares
Les abren las piernas a las niñas cuando todavía usan medias cubanas
Los poseídos, ya muertos con las miradas extraviadas
Usan pantalón pitillo para camuflarse
En la época que les toca transitar
Quieren caminar y su glamour impostado los delata
La voz fuera de sincro los descubre
El pánico los envuelve
Con cualquier cruz verdadera fuera de los films de antaño…
Y de pronto cualquier resplandor los derrite
Son cobardes por antonomasia
Y se prenden como garrapatas
No existen
Tú los inventas
Sin moraleja
Y los exorcismos
Desde el Sacro Colegio Cardenalicio
Esperan a los demonios
Ignorando que ellos no avisan
Y cuando actúan
Ya es tarde
Sus armaduras son de agua
A mis demonios les doy muchas vacaciones
Y la única indicación que les doy es
Que me avisen antes de que se aparezcan y,
No me quejo,
Me hacen caso
Y no nos tenemos miedo
Tampoco somos amigos
Tenemos un pacto de no agresión
Los imitadores, principiantes de demonios,
Esos, acaso, son peligrosos,
Pero para ellos mismos
Pues suelen dispararse
Sin mayor empacho
Y desde el génesis hasta el apocalipsis
Nos dicen las escrituras,
Que ellos, los demonios de barro
Ignoran que la lluvia los convierte en charcos
Oscuros y aburridos
En una decadencia sin elegancia
Pero yo amo a mis demonios
Que me asustan cuando me quitan la imaginación,
La creatividad, mi adicción al arte
La pasión salvaje por salvar vidas.
Hoy trataron de asustarme
Pero al estar pasados de moda
Solo lograron que escriba esto
Como si fuera el segundo tratado,
De Harry Haller.