UN RECUERDO DE ISRAFIL FILOS REAL, FUE DE LOS LÍDERES DE LA PREPARATORIA 4

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Su cuenta de facebook informó: Lamentablemente después de una larga lucha contra el cáncer, este  miércoles 27 de febrero a las 20:30 hrs. perdió la vida nuestro gran amigo y paisano licenciado Israfil Antonio Filos Real, no hay palabras para expresar todo el dolor que nos ocasiona esta gran pérdida. Era el año 2019.

La familia Filos Real hace de su conocimiento que el cuerpo de nuestro amigo estará en la funeraria Velatorios del Centro, ubicada en Av. Hidalgo No. 715 Col. San Bernardino esq. con Felipe Villanueva, aproximadamente a 200 mts. de la Alameda Central Toluca de Lerdo. A partir de las 02:00 a.m., posteriormente el cuerpo será trasladado a Cutzamala de Pinzón, Guerrero, en donde se le dará la sagrada sepultura. No nos queda más que agradecer sus infinitas muestras de apoyo.

Conocí a Israfil a principio de los años setenta. Formaba parte de un grupo cultural –Azul y Rosa–, al que ayudé a traer a figuras de nuestra literatura, como Emmanuel Carballo, Carlos Monsiváis, Elena Poniatowska, Beatriz Espejo y otros, para dictar conferencias en el Aula Magna de la UAEMéx.

Israfil Filos Real murió este miércoles.

Ocupó diversos cargos académicos, como Consejero Alumno,  secretario Académico de la Prepa de Tejupilco, director de la Prepa de Amatepec, secretario particular del líder de Comunidades Agrarias, militó en el PRI.

Estuvo dos veces entre junio y diciembre de 2018 en mi Noticiario Radiofónico Al Instante, iba a tener una sección los lunes, pero ya no se pudo por el cáncer que padecía. Era licenciado en Derecho y Consejero Ciudadano en la CODHEM.

Fue amigo y contemporáneo de la actriz toluqueña de calidad universal, Adriana Barraza y ella cuenta una anécdota en su época inicial como actriz de teatro universitario.

En pleno Teatro Morelos, ya como actriz de renombre, hace un par de años dijo ante un teatro lleno, que en su época inicial llegó un momento en que no tenía ni para comer, pero que un buen amigo, Israfil Filós Realle prestó 400 pesos, para poder comer no uno, sino varios días y que lo agradecía públicamente.

No recuerdo, dijo Adriana, si finalmente se los pagué, pero se lo agradezco mucho. De entre el público, una voz gritó: si me pagaste. Era Israfil y el reencuentro entre dos amigos fue sensacional.

Fue activista de los Colectivos de diversidad sexual, luchador que, con tenacidad y valentía, abrazó los derechos de la comunidad #LGBTTTI y deja sin duda, un ejemplo de convicción y perseverancia a favor de la igualdad en nuestra entidad.

Ese era Israfil. Descanse en paz.

Israfil sonría.

La última entrevista

Lo recordé, porque en poderedomex.com el buen Epaminodas trajo a la memoria la creación de la Preparatoria 4 Ignacio Ramírez Calzada por su medio siglo de historia y semillero de liderazgos. Este fue la última entrevista que tuve con él:

Platícame desde que eras joven, te dices indocumentado.

Todavía. Llegué a Toluca, soy olímpico en 1968, en un año después de la nevada última que tuvo esta ciudad; cuando se vistió de blanco y estudiamos en la secundaria que es ahora la Secundaria 4, pero entonces compartíamos el espacio con la Justo Sierra, con la escuela primaria.

Cuando todavía no había el Conservatorio de Música.

Estaba el cine, aquel piojito que le decíamos, el cine Justo Sierra. Después cuando se me abren las luces al entrar a la preparatoria de dos años, que era de la primera generación, ahí conocí a mis dos grandes mentores, Inocente Peñaloza García y Eugenio Núñez Ang.

¿Sería de tres años, no?

De dos, fue la primera de dos años. Fue un experimento de la Secretaría General de Rectoría de la Universidad Autónoma del Estado de México, que estaba a cargo de Raúl Zárate Machuca, aspiraba a rector y quería tener una carta de presentación novedosa en la educación y nos escogieron dizque a los mejores alumnos en el examen de admisión y a los mejores maestros. Yo creo que a los mejores maestros sí, los alumnos no tanto.

Creo que sí, porque tú y tus compañeros, sobre todo a dos, tres mujeres.

Adriana BarrazaGustavo Cárdenas Monroy, muchos compañeros más.

Recuerdo porque formaron un grupo cultural y también participaron en algunas planillas.

El grupo cultural Azul y Rosa que nos dejaron más a las cuestiones culturales, desde la preparatoria ya que sólo teníamos tres horas de salón de clase y el resto lo pasábamos en la biblioteca. Salíamos igual que todos, a las dos o tres de la tarde.

Creo que en un principio fue muy bueno, una buena opción, y algo diferente y nos obligaba a estudiar, porque sólo teníamos oportunidad de presentar el extraordinario, no había título de suficiencia.

Después que se deformó, título dos, tres, cuatro y era solamente el extraordinario y si no te pasaban a la prepa de tres años.

Entonces estaba el maestro Cid a cargo de la biblioteca, y era la Biblioteca Central de la Universidad de libre acceso, era algo interesante y creo que debería de reabrirse nuevamente, porque buscando los libros o el tema que tú ibas a investigar, te encontrabas con otro que te llamaba la atención y entonces te metías a estudiar otros temas que eran de tu interés, esto te fortalecía indudablemente.

Hasta antes de eso ibas a la Biblioteca Central y tenías que pedir exactamente qué libro, que a veces te decían que no lo había, por si te tocaba un empleado que no conocía, pero los que sí sabían, sí te lo daban, pero no te daban chance de ver eso que tú dices.

Ahora con las nuevas tecnologías ya son otros, pero el aroma del libro es imprescindible.

En eso tienes mucha razón, he ido en los últimos años varias veces a Buenos Aires y una de las obras que sí les reconocen a Menem fue haber hecho una enorme Biblioteca en Palermo, que es uno de los barrios más lujosos, que es de 20 pisos y me tocó estar en el sótano, pero los libros que yo buscaba estaban en el piso 11.

Pues más me estoy tardando en contártelo que en lo que me llegaban los libros o las revistas que pedía de los años exactos, o sea cuando tienes empleados eficientes y un sistema eficiente de aspersión que es con el cual suben y bajan los libros, tienes todo a la mano.

No debemos olvidar la importancia del libro, sobre todo ahora. Desde entonces ya se discutía con Eugenio Núñez Ang, presentó por primera vez los audiolibros, los discos aquellos donde hablaba Octavio Paz, y hablaba de la desaparición del libro, pero yo sigo enamorado de los libros.

Son algo muy especial y no te lastiman la vista como las nuevas tecnologías o serán los años que ya tengo.

Te recuerdo allí, inclusive tengo las fotografías, hoy me enseñaste otras, cuando trajimos a Elena Poniatowska, cuando ella era joven.

Elenita nos hizo el favor de venir a la primera conferencia que dictó en el Estado de México, en el Aula Magna de la Universidad, fue en 1973-74.

Estaba Salomón Vázquez Varela de director de Difusión Cultural.

Sí y Raúl Zárate Machuca, era el secretario General de UAEM y tú, Guillermo Garduño, hacías unas crónicas extraordinarias en El Noticiero, el periódico azul, vespertino, que era un encanto en Toluca.

Con Elena Poniatowska el Aula Magna por primera vez resultó insuficiente para albergar a todos, ella tuvo que explicar que no venía a hablar del 68, sino venía a hablar de la literatura de testimonio, es un tema más amplio.

Donde cual sin duda se encontraba inscrito uno de los libros que creo que marcó nuestra generación, La noche de Tlatelolco.

También trajimos a Carlos Monsiváis.

Carlos Monsiváis y después cultivamos y seguimos cultivando la amistad con él hasta sus últimos momentos.

Fue muy generoso con todos nosotros, cabe destacar que nunca nos cobraron, además se subían al camión aquel que tenía la Universidad que nos prestaba Salomón Vázquez Varela, de los trompudos, íbamos a la Ciudad de México por ellos y departían muy contentos y felices, con nosotros que éramos unos imberbes. Eran otras épocas.

Ya lo dije hace unos meses, la situación de que Adriana Barraza no era la famosa que es ahora y no tenía mucho presupuesto, se le había acabado y entonces vino en una de tantas veces que ha estado en el Teatro Morelos, dijo yo sobreviví para entrar al teatro, gracias a un amigo que me prestó 400 pesos, que no recuerdo si se los pagué o no es Israfil Filos Real. Cuéntanos cómo estuvo.

Fue en el Teatro Morelos, algo muy emotivo, creo que ni ella sabía que yo estaba ahí, ni yo sabía que iba a hacer referencia de mi persona, después le dije: avísame que soy cardiaco.

Pero allí delante de todos le dijiste, sí, me los pagaste.

Sí, cultivamos una muy buena amistad. Toda esa generación como éramos solo dos grupos en la preparatoria, lo que ahora es la preparatoria cuatro, éramos muy unidos, éramos una comunidad, una auténtica comunidad universitaria.

Esto permitía ese intercambio no sólo escolar, sino de sentimientos, de formas de ver la vida, de comunicarnos hasta las cosas más íntimas.

Toluca es un encanto, a pesar de las críticas que hacen algunas personas y demás, les digo, que Toluca es fría, que Toluca es de diferentes formas de expresión, pero Toluca es Toluca, la bella.