UNA MILÉSIMA DE SEGUNDO

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La mejor manera de saber más de él, o tener alguna mínima idea sobre él, es tratando de dibujarlo, para poder verlo mejor.

Si bien él es el  todopoderoso, magnánimo, temerario, impredecible muchas veces, siempre vamos a tener un toque de poder personal, para poder dominarlo.

Siempre vive oculto, siempre está en la onda de hidde and seek (en el escondite), muchas veces se oculta detrás de los hombres que lo crean. 

Constantemente vive un paso adelante o varios de todos nosotros, siempre va primero, no hay nadie que hasta ahora le haya ganado la carrera. 

No hay ser vivo que haya podido escapar de él, es como un perro rastrero, querramos o no, nos encuentra, así nos embadurnemos de aceite de cualquier fruta cítrica. 

Es como un mutante, vive en constante transformación, todo le aburre, repetir lo mismo no es muy de su agrado, y según sea la persona con la que esté, todo cambia. 

Se alimenta de los sueños, de las victorias, también de los fracasos, le gusta el tuti fruti, personas y sucesos combinados. 

Tanto las personas que viven de la esperanza, así como las que son pesimistas y todo lo ven negro, lo llegan a conocer, él decidirá qué tipo de papel jugará con ellas. 

Es un constante acertijo, está lleno de dificultades, temores, ansiedades, pero también soluciones, valentías y paces mentales. 

Muchos progresos, pero sobre todo el de la razón a través de la ciencia, incesantemente lo tienen presente. 

Es inquieto, juguetón, retador, como un mono Titi que brinca pa’ acá, y, brinca pa’ allá y a menudo se burla de nosotros, sin penas ni culpas. 

Ama los relojes, el tic tac, tic tac, es su favorito, y en un segundo, no un minuto, en una milésima de segundo, el nos cambia la existencia para siempre. 

Hay que aprender a seguirlo, a aceptarlo. Es mejor tomarlo como un imperativo, sin importar hacia dónde nos esté llevando. 

Intentar atraparlo es como intentar conducir por un camino rural, por la noche sin luces delanteras, en plena llovizna, mientras que miramos al copiloto. 

Le fascinan los sacrificios, las cosas fáciles y el famoso mínimo esfuerzo, no son de su agrado, diría que lo sacan de quicio y les muestra su lado oscuro. 

Conoce de justicias que calman las penas del alma, como también, de injusticias que le quitan a muchos el aliento. 

No tiene un solo nombre, tiene varios, él inalcanzable le llaman algunos, él desconocido le dicen otros, y hay quienes lo denominan oportunidad.

Es mejor no molestarse, cuando nos reunimos con él y su presencia no es de nuestro agrado, nos tenemos que reunir sí o sí, usemos nuestra mejor arma, nuestra razón y nuestra mente. 

Es mejor intentar aprender del pasado  porque él, sí lo hace, y querramos o no, se basará en él, para encargarse de nosotros, nos guste o no. 

Por eso Confucio sostenía: Estudia el pasado si quieres pronosticar el futuro.