+446 mil becas, estímulos y apoyos recibió en 4 años la comunidad estudiantil de UAEMéx; Patricia Carrillo Collard: El Remedio para Domar la Desesperanza

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La frase

Las becas, otorgadas a estudiantes que de verdad se queman las pestañas, deben verse en los próximos 5 años en beneficio del país.

UNA VERDAD

La disciplina financiera y las becas en UAEMéx

En los últimos cuatro años, la comunidad estudiantil de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMéx) ha recibido 446 mil becas, estímulos y apoyos, los cuales se han constituido en un respaldo fundamental para diversas actividades de las alumnas y los alumnos de la institución.

En el balance de la actual Administración Universitaria 2021-2025, resulta importante reflexionar con respecto al impacto positivo que ha generado una buena y escrupulosa administración de recursos, ya que la entrega total de becas representa 40 por ciento más comparado con administraciones pasadas.

En el caso del estudiantado, la entrega de becas ha beneficiado la economía de sus familias y les ha permitido avanzar en su formación de bachillerato, profesional y posgrado.

Adicionalmente, en un hecho histórico, esta administración aprobó -e hizo realidad- la reducción del 10 por ciento de las cuotas escolares, como un paso clave hacia la gratuidad de la educación superior.

Sin lugar a dudas, siempre será motivo de reconocimiento la ejecución de políticas de saneamiento y disciplina financiera que favorezcan a una amplia mayoría de la comunidad auriverde.

Patricia Carrillo Collard: El Remedio para Domar la Desesperanza

El liderazgo de mujeres es mi remedio para domar la desesperanza, dice convencida Patricia Carrillo Collard, quien fue directora del Capítulo Jalisco de Aúna del 2022 al 2024 y es parte de la membresía. Participa en el Consejo de GENDES, A. C., y además es escritora, al resumir: hemos pasado por dos ciclos electorales en los que formamos a más de 300 mujeres y acompañamos a alrededor de 120, de las cuales 77 fueron candidatas, 31 resultaron electas y otras 21 ocuparon cargos públicos, mujeres de distintas partes de México y de todos los partidos políticos, porque los grandes cambios hay que construirlos junto a otras personas. Aúna cuenta, también, con cerca de 200 membresías que ayudan a la sostenibilidad de la plataforma y que forman parte activa de nuestra red.

Para mí, Aúna ha sido un gran regaloAunque sólo conocía a dos o tres de las fundadoras originales, hoy me considero parte de un grupo de muchas, muchísimas mujeres que seguimos avanzando el legado de tantas otras para lograr participar en la toma de decisiones y seguir luchando por mejorar las condiciones que se viven en nuestro país. No pienso regresar a la función pública ni buscar un cargo de elección, pero me gusta apoyar a mujeres que sí tienen esos planes: sean políticas de gran trayectoria que han sido ya diputadas y senadoras, o jóvenes con la mitad de mi edad ocupando su primera regiduría; sean de Jalisco, de la Costa Chica de Guerrero, de la Mixteca oaxaqueña, de Monterrey o de la Ciudad de México, de cualquier parte del país, de cualquier ocupación, de cualquier partido.

Ante la situación que estamos viviendo, donde la violencia no cesa, las cifras de personas desaparecidas aumentan, las guerras dominan distintas partes del mundo y la ultraderecha atenta contra los derechos de las mujeres y de muchas otras  personas, la tentación de meter la cabeza en un libro, en una serie, en una película, o aunque sea en un hoyo, es enormeDesde niña he sentido la gran responsabilidad de hacer algo para mejorar mi entorno y ese sentimiento ha sido una guía a lo largo de mi vida. Pero soy, por naturaleza, miedosa, y no suelo tener el valor para estar en el frente. Por eso me pregunto, una y otra vez, ¿qué hago para cambiar lo que sucede a mi alrededor? ¿De qué sirve lo que hago? ¿Cómo puedo hacer más? Son preguntas para las que, por lo general, no tengo ninguna respuesta.

En el 2020, una amiga a la que quiero mucho y en quien confío un montón me sugirió una respuesta a esa última pregunta. Eran las semanas previas a la pandemia y aún no imaginábamos lo loco que se iba a poner el mundo. Estaba en la Ciudad de México, había marchado con ella en el 8M y estábamos haciendo el paro juntas. “Te voy a invitar a una organización para acompañar a mujeres políticas”, me advirtió.

Patricia Carrillo Collard.

Me llamó por ahí de septiembre, cuando ya nos había quedado claro que la pandemia había llegado para quedarse. Llevábamos meses rodeadas de muerte e incertidumbre, viendo cómo las condiciones de vida de las mujeres iban en picada. Su invitación fue a formar parte de Aúna, una plataforma recién creada para impulsar liderazgos de mujeres en la política, con miras a avanzar en la protección del medio ambiente, la construcción de paz y justicia, la inclusión, la igualdad de género y el bienestar social.

En esa época, la omnipresencia de la pandemia me impedía escribir y los planes para promover mis libros estaban detenidos, así que había empezado a tomar un seminario en línea para componer literatura infantil y juvenil, entre varios otros cursos. También llevaba la Presidencia del Consejo Asesor de GENDES, una asociación civil que combate la violencia hacia las mujeres desde el trabajo con hombres. Además, tenía un hijo adolescente que retaba mi trabajo como madre de maneras inesperadas. No tenía claro a qué horas me iba a involucrar en esto ni qué implicaría para mí formar parte, pero sentí que no podía rechazar la invitación.

Para esas alturas, las videollamadas ya formaban parte de nuestra cotidianidad. Aun así, me sorprendió encontrarme con cerca de 60 mujeres de distintas partes del país, de distintas edades y profesiones, hablando sobre lo que queríamos lograr juntas. Nos reuníamos una vez al mes y nos tomábamos una cerveza o una copa de vino frente a la pantalla. En aquellos momentos oscuros, esas llamadas fueron para mí una salvación. En enero del 2021 lanzamos Aúna de manera pública y me sentí muy orgullosa de formar parte de este grupo de mujeres que me inspiran tanto.

Como vivo en Guadalajara, me tocó reclutar a las primeras voluntarias de Jalisco. Una y otra vez me agobiaba con las tareas que me encomendaban. ¡Si yo ni sabía hacer esas cosas! Además, ¿cómo iba a lograrlas yo sola? Una y otra vez encontrábamos a las personas que colaboraban con nosotras y las tareas salían adelante. El Capítulo Jalisco de Aúna se fue formando así, con el tiempo y el trabajo aportado por mujeres comprometidas. Organizamos un par de foros virtuales para hablar sobre las agendas de igualdad de género y de construcción de paz y justicia en el estado. Luego acompañamos, como pudimos, a una primera generación de nominadas que buscaban candidaturas y contendieron en las elecciones del 2021.

Recuerdo el nervio de pensar que le pudiera pasar algo a una de nuestras nominadas. Recuerdo la emoción de votar por una mujer a quien había conocido de cerca, de quien había escuchado sus convicciones; una política que quería hacer las cosas de otro modo, que buscaba el poder para otros fines. Más adelante, desde Jalisco nos tocó contribuir a dar estructura a los Capítulos, a su organización y sus funciones. Pasadas las elecciones, me involucré en la planeación de la plataforma para los siguientes años y, con el tiempo, me convertí en la Directora del Capítulo Jalisco, que tenía ya una coordinadora operativa contratada.

Aúna le ha dejado grandes aprendizajes a mi yo-estresado, a veces en forma de pequeñas frases, como la célebre “servir y gozar” que compartió una compañera durante un ejercicio de reflexión. Ha reforzado mi creencia de que no necesitamos ser amigas para trabajar juntas, al mismo tiempo que me ha regalado valiosísimas amistades. Me ha retado de manera constante y me ha permitido conocer a toda una diversidad de mujeres preparadas, comprometidas y apasionadas con el futuro de México. Convivir con ellas me ha enseñado a escuchar y a dialogar, dos habilidades que pienso seguir desarrollando porque no quiero contribuir a la polarización en la que vivimos.

Por todo ello, Patricia Carrillo Collard expresa satisfecha: Aúna me ha dado tanto, que por eso sigo aquí. ¡Gracias, Aúna! ¡Gracias, a todas! Y México le dice: Gracias, Patricia, ¿no le parece a usted, estimado lector?