+46 objetivos para atender los desafíos de Edomex, dijo doña Delfina al presentar el plan de Desarrollo; Adultos contemporáneos y juguemos a vivir
La frase:
Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo.
ALBERT EINSTEIN
EN EL PATIO DE PALACIO, EL PLAN DE DESARROLLO
Al presentar el plan de Desarrollo del Estado de México 2023-2029, la gobernadora Delfina Gómez Álvarez, dijo: Representa el mandato que me confió la ciudadanía mexiquense para lograr el bienestar y la justicia social que tanto merece. Tengan la certeza de que sus iniciativas están debidamente contempladas en esta hoja de ruta que nos guiará a lo largo de estos seis años.
Ante lo que podríamos llamar las fuerzas vivas de la política de nuestra entidad, en donde destacaron dos priistas en tribuna acompañando a la gobernadora, ellos fueron Juan Maccise Naime, presidente municipal de Toluca y Braulio Alvarez Jasso, como representante del Poder Legislativo, la gobernadora advirtió que:
En el Plan Estatal se fijaron 46 objetivos para atender los desafíos que enfrenta el Estado de México y para garantizar que éstos se reflejen en la realidad cotidiana instruyó que se armonicen los Presupuestos de Egresos, empezando a partir del correspondiente al 2025, y vigilando periódicamente el cumplimiento de las metas de desarrollo 2023-2029.
La presentación de dicho plan, es prácticamente el arranque del trabajo fuerte del gobierno de doña Delfina, quien tuvo un inicio lento, primero por conocer cada una de las dependencias, segundo por la veda electoral, pero ahora todo se deberá traducir en trabajo para beneficio de los habitantes de la entidad.
Paulina Moreno García quien es Secretaria de Finanzas y Rafael Flores Mendoza quien es Director General del Comité de Planeación para el Desarrollo del Estado de México Copladem, destacaron en el evento, en el que también fueron reconocidos el rector Carlos Eduardo Barrera Díaz y el maestro Mauricio Valdés Rodríguez.

No asistió el Presidente del Tribunal Superior de Justicia Ricardo Sodi Cuéllar Y su reconocimiento fue recibido por Christel Yunuen Pozas Serrano, consejera de la judicatura.
Para Adultos contemporáneos pseudo-intelecto-neuro-
Es decir: nosotros… los de más de sesenta y antes de los 99 años.
Dicen que todos los días tenemos que comer una manzana por el hierro y un plátano, por el potasio. También una naranja, para la vitamina C, medio melón para mejorar la digestión y una taza de té verde sin azúcar, para prevenir la diabetes.
Todos los días hay que tomar dos litros de agua (sí, y luego orinarlos, que lleva como el doble del tiempo que llevó tomárselos).
Todos los días hay que tomarse un Activia o un Yogur para tener ‘L. Cassei Defensis’, que nadie sabe qué es, pero parece que si no te tomas eso, todos los días, empiezas a ver a la gente como borrosa.
Cada día una aspirina, para prevenir los infartos, más un vaso de vino tinto, para lo mismo. Y otro de blanco, para el sistema nervioso. Y uno de cerveza, que ya no me acuerdo para qué era. Si te lo tomas todo junto, por más que te dé un derrame ahí mismo, no te preocupes, pues probablemente ni te enteres.
Todos los días hay que comer fibra. Mucha, muchísima fibra, hasta que logres defecar un suéTer. Hay que hacer entre cuatro y seis comidas diarias, livianas, sin olvidarte de masticar cien veces cada bocado. Haciendo un pequeño cálculo, sólo en comer se te van como cinco horitas.
Ah, después de cada comida hay que lavarse los dientes, o sea: después del Activia y la fibra, los dientes, después de la manzana los dientes, después del plátano los dientes… y así mientras tengas dientes…
Mejor amplía el baño y mete el equipo de música, porque entre el agua, la fibra y los dientes, te vas a pasar varias horas por día ahí adentro.
Hay que dormir ocho horas y trabajar otras ocho, más las cinco que empleamos en comer, veintiuno. Te quedan tres, siempre que no te agarre algún imprevisto. Según las estadísticas, vemos tres horas diarias de televisión. Bueno, ya no puedes porque todos los días hay que caminar por lo menos media hora (dato por experiencia: a los 15 minutos regresa, si no la media hora se te hace una).
Y hay que cuidar las amistades, porque son como una planta: hay que regarlas diario. Y cuando te vas de vacaciones, también, supongo. Además, hay que estar bien informado, así que hay que leer por lo menos dos diarios y algún artículo de revista.
En fin, a mí la cuenta me da unas 29 horas diarias. La única posibilidad que se me ocurre es hacer varias de estas cosas a la vez, por ejemplo: Te duchas con agua fría y con la boca abierta así te tragas los 2 litros de agua.
Mientras sales del baño con el cepillo de dientes en la boca, mira TV (eso cuenta), mientras también barres. ¿Te quedó una mano libre? Llama a tus amigos. ¡Y a tus padres! Tómate el vino (después de llamar a tus padres te va a hacer falta). Y menos mal que ya crecimos, porque si no, nos tendríamos que clavar un Extra Calcio todos los días.
¡Úuuuf! Pero si te quedan 2 minutos, reenvíale esto a los amigos (que hay que regar como las plantas). Y ahora te dejo porque entre el yogur, el medio melón, la cerveza, el primer litro de agua y la tercera comida con fibra del día, ya no sé qué estoy haciendo, pero necesito un baño urgente. Ah, voy a aprovechar y me llevo el cepillo de dientes…
Si ya lo escribí antes, perdona… es el Alzheimer que, a pesar de tantos cuidados, no he podido combatir.
JUGUEMOS A VIVIR
A lo anterior podemos agregar lo dicho por Mauricio Wiesenthal, en su libro El Derecho a disentir:
La vida se fundamenta en leyes de azar (aleas) y la sabiduría consiste en saber actuar frente a la sorpresa, el asombro y la improvisación. Hasta las virtudes se duermen cuando los retos de la vida no las apremian y excitan en nuestro corazón. ¡Bienaventurados los que viven tranquilos porque ellos se quedarán dormidos! La enfermedad solicita en nuestro cuerpo una cura de salud y nos apremia a no rendirnos. Y no hay nada más malo para un ser humano que vivir en una atmósfera aséptica y en un entorno protegido donde el aburrimiento y el dolce far niente ahogan a la creación.
Juguemos a vivir, porque éste es el único y verdadero combate de curación y de salud. Si no aprendemos a reaccionar en medio de la vorágine de la vida, tampoco sabremos nunca aceptar los otros juegos: la agonía en el combate (agon), el vértigo que nos mantiene sobre la cuerda floja (illynx) y la misteriosa performance de las máscaras, que tiene su escenario final en el teatro de la muerte. Todo en un tiempo medido por las leyes de la física, como el rodar de una bola en la ruleta.