6 DE ENERO

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El par de amigos, soñolientos, recordaban lo reciente:

– Qué friega, frío, desvelada…

– ¿Pero valió la pena no? Nomás de ver la felicidad de los chavos… ¡mesero!… dos cafés ¡please!

– El amigo agacho la cabeza y sólo murmuro: ay me acuerdo…

– Oye además de cansado te noto triste, ¿qué onda?

– O… que… suéltala, que, ¿no somos amigos?

Llego el mesero, dejo el estimulante líquido y el amigo insistió:

– Suéltala.

– Bue-no. Cuando era muy chavo no te lo había dicho pero mis jefes estaban  divorciados. Yo vivía con mi mamá en una casona rica mh… y la verdad no había tratado a mi jefe, el juez le dio la custodia a mi mamá: guapona y con baro. Sólo conocía de lejos a mi jefe ya grande, pobretón… no sé cómo se casaron.

Antes de que se enfriara le dieron otros traguitos al café.

– ¿Y luegoo?

– Pues que ese 5 de Enero en la tarde que tocan en la reja y la sirvienta le dijo a mi mamá que era mí jefe y ella le hizo la mímica que no estaba, pero de pronto cambio de opinión:

– A ver que pase.

Mi papá entró, humilde le dijo:

– Luz, nada más quiero que me prestes al niño esta noche… mañana te lo traigo. Te he de decir que yo no había tenido Reyes, decía mi jefa que porque me portaba mal.

Mi jefa le recordó la sentencia del juez y con un no, ya se retiraba mi jefe, cuando se acordó que algo que tenía que hacer.

– ¡A ver, ven!

Retorno mi jefe y le dijo:

– Bueno, llévatelo pero mañana me lo traes a las once.

Me dio su mano y salimos. ¿Qué crees? yo casi no salía y vi la ciudad de México con la circulación de autos, anuncios, el cruce de la gente… oooh padre.  Ese DF de antes: tranvías, vendedores, bueno llegamos caminando y que mí papá me dice:

– ¿Sabes que hoy en la noche vienen los Santos Reyes?

– Si, pero a mí no me traen nada.

– Ya sé ¿has hecho tu carta?

– No, porque me porto mal.

– La vamos hacer… ven.

Entramos en un edificio de cinco pisos y hasta arriba en la azotea vivía mi viejo, dos cuartuchos, su cocinita y su baño más bien vivía pobre y al fondo una camota de esas de antes.

Ven –me dijo– mira ya sabes escribir. A ver: Que-ri-dos San-tos Reyes… ¿ya? y  luego anote lo que me decía: un juego de béisbol, un carrito de bomberos… y así… salió la cartita de mi papá.

Otros dos tragos y siguió contando:

Luego la doblo y me dijo: la voy a mandar. Entonces bajo unos minutos y subió…     –ya está– me dijo.

Y luego me contó ilusiones, ensueños, cosas. No sentí cuando me dormí en esa camota.

Te diré, yo despertaba como a las tres de la mañana a hacer pipí y esa vez desconocí el lugar. Me levante y ahí voy al baño cuando al fondo descubro a mi papá leyendo mi carta con una ternura que rompía el corazón.

 Ahí descubrí al Santo Rey. Que hago ruido y al verme mi padre no supo que decir, sólo me acuerdo que nos abrasamos y de luego nos pusimos a jugar beis. Y bueee a oír la sirena del cochecito de bomberos.

No sentí el frio, ni siquiera cuando me acostó en esa camota que ya no sentí ajena.

Al otro día, cuando desperté vi a mi papá echándose agua fría en la cara y apurado me dijo:

– ¡Ya es la una! Apúrate tu madre ha de estar como fiera.

Tomamos taxi y en efecto mi madre estaba encabronada.

– ¡Mira, casi las dos! No te lo vuelvo dejar.

Me metí con mis juguetes y te diré… perdón… yo era chico pero me fije donde vivía mi viejo y un día que suspendieron las clases, con mi cuate el chino lo fui a ver. Subí y que me ve, y luego luego nos abrazamos y a platicar y jugar. Y así fueron más veces. Luego él iba por mí a la escuela.

Un día cuando iba a subir que me dice la portera.

– Ni subas tuvo algo en el corazón, está en el Hospital de Jesús. Ve con tu mamá mi mamá no quiso y no me dejaron. A los dos días mi jefe murió… pase tres días llorando… sniff.

– Calma, calma, échate otros tragos…

– Mira que crees cuate en este día, por eso me ves triste sniff pe-ro ora que me  acuerdo, es cierto que en este día a los niños les traen mil juegos de ilusión, pe-ro… que crees, sniff… yo fui más chingón: A mí los Santos Re-yes me-traje-ron a mi papá… sniff.

El amigo con la voz ronca con trabajos ordeno:

– Mesero, otros dos cafés.