A LA ESCUELA NUEVAMENTE
Y me pongo en un subibaja
Y el del otro lado, el de las mil máscaras
Me sube y me baja
Y el del otro lado
por momentos
lo veo como mi amigo,
y
Se convierte en Simbad el Marino en tierra
Y Alí Babá sin sus cuarentas ladrones
(dice que no lo necesita para mí)
Me vencen
Y yo no puedo hacer nada con mis
Termómetros de mercurio
remplazados por tu sangre
cuajada en toda tu vida lejos de Transilvania
gota a gota como resultado de todos tus accidentes
Más mis estrenos de papel periódico…
Y Los estrenos:
La primera vez que duermo solo
La primera vez que hago una lista de mis primeras veces
La primera vez que la costumbre
de mentir no tiene fuego para hervir y funcionar
La primera vez que me quedo callado con la boca más grande que nunca
La primera vez que hago hasta lo que no
Para que Dios se fije en mí
Ya que al revés no funciona
Y de pronto un árbol crece al revés dentro de mi piel
(Como si en un cuadro al óleo
Más aceitoso de lo normal
Y sin chorrearse)
Y veo que la copa está enterrada y las raíces
Crecen como espectáculo exótico
Como un jengibre gigante
Y sigo en esa extraña maratón
A velocidad de 100 metros planos a la antigua,
Donde todavía había una cinta
Y es cuando se encienden las alertas
El miedo disfrazado de pena y con sombrero hecho de lástima
Y con patines atorados…
Niño maligno que me habita
Para enterrar mis juguetes
Sabiendo que no haré nada,
Con los Cuarenta ladrones,
Que vienen por mí.