A PESAR DE TODO
Existe una frase popular de Friedrich Nietzsche que dice lo siguiente: “Lo que no te mata, te fortalece.”
Es decir, si algo intentó dañar la integridad de tu vida y no lo consiguió, entonces ya no lo conseguirá, porque la experiencia de lo vivido te enseñará como evadir el golpe la próxima vez que se presente.
En la visión mayor la vida sigue su curso, hay días en los que el sol brilla más que otros, la noche no siempre da descanso, ni el viento siempre refresca, pero así es como debe ser; tenemos claro que, si nos esforzamos por ver mejores días entonces, los veremos.
Todos hemos vivido o en algún momento nos tocará vivir momentos difíciles.
La muerte de un ser querido, la pérdida del trabajo, una enfermedad grave, problemas financieros serios, un accidente de tráfico… nadie está exento de estos sinsabores.
Uno no puede elegir lo que le pasa, pero si qué hacer con lo que le pasa. Es en este tipo de circunstancias cuando sacamos a relucir la resiliencia, un valor de valientes, esa fuerza interior para sobreponernos y posicionarnos en el lado positivo.
En ocasiones ser fuerte es la única opción.
En el ámbito de la psicología positiva este término se utiliza para referirse a la capacidad de las personas para afrontar la adversidad y salir fortalecidos de ella.
En el ámbito espiritual, este término refiere a la fe, la esperanza de saber que frente a nosotros siempre tendremos días mejores y que no estamos solos.
Y así es que, a pesar de las circunstancias, del clima, de la motivación y de absolutamente todo lo que se presente, delante de nosotros esta la posibilidad de hacer que las cosas funcionen para bien.
En el ámbito científico se dice que el fracaso al principio de la carrera, conduce a un mayor triunfo a largo plazo para aquellos que lo intentan de nuevo. De cierta forma caer o tropezar la primera vez, crea en nosotros el impulso de levantarnos rápidamente, ya sea por pena, dolor, vergüenza, pero en ese preciso instante nuestra reacción es levantarnos tan rápido como podamos para volverlo a intentar, posiblemente lo que siga es tener la determinación de proseguir la carrera y no detenerse hasta llegar.
La relación causal entre el fracaso en el pasado y el éxito en el futuro existe. Así lo defienden unos investigadores de la Kellogg School of Management de la Universidad Northwestern (Estados Unidos) que parecen confirmar la famosa frase del filósofo alemán Friedrich Nietzsche: «lo que no me mata me hace más fuerte».
El foco de su investigación se centró en un grupo de científicos y sus carreras profesionales, concluyendo que el fracaso al principio de la carrera conduce a un mayor éxito a largo plazo para aquellos que lo intentan de nuevo.
Una mente que clarifica el camino y un corazón que determina la meta, no se dan por vencidos fácilmente.
De manera que, el asunto no es poder, sino saber que se puede y sabernos capaces de hacerlo, tropezaremos tantas veces sea necesario, enfrentaremos todo tipo de situaciones, lucharemos contra lo que debamos luchar, pero si tenemos claro que es posible y que somos capaces, entonces lo lograremos.
Jesucristo dijo: “No tengan temor, porque yo he vencido al mundo,” “vengan a mí todos los que estén cansados y trabajados, que yo los haré descansar.”
A pesar de todo, la noche llega a su final y cuando es el momento, el sol despunta majestuoso anunciando la llegada de un nuevo día.
Ahora bien, estar motivado no basta, es necesario esforzarnos verdaderamente para alcanzar nuestro objetivo, esforzarse significa poner ahínco o llegar al punto de máximo cansancio y tomar la decisión de seguir intentando, superando así el tropiezo o la desilusión, sin importar lo que se presente o la opinión de los demás.
Aprender a ver más allá del problema nos deja caminar con esperanza, sin darnos cuenta permitimos que los problemas nos lleven poco a poco al piso inferior y fijamos nuestra mirada en los problemas con tal intensidad, que se nos olvida ver hacia arriba y buscar la solución de los mismos.
No esperes nada de los demás, que los demás esperen todo de ti.