+ Cuántos nombres sin cuerpo y cuerpos sin nombre tendrán que contabilizarse en este país?; Temoaya: hacer cumplir la ley o que estalle la violencia; UPREZ vuelve al ataque ante inacción de la autoridad educativa
La frase:
Hacer daño es gratis, pero el tiempo acaba pasándote factura.
ASOMBROSA REALIDAD
El Estado de México sigue en primer lugar nacional en materia de personas desaparecidas
La desaparición de personas en México se ha convertido en uno de los muchos y más graves problemas que enfrenta el país, un problema silencioso, o más bien silenciado por las autoridades en los últimos años, pues a nadie le conviene, al menos en el aparato oficial, que la población se entere de que todos los días hay quienes salen y no regresan con sus familias por diversas causas, sobre todo porque son víctimas de grupos dedicados al tráfico de estupefacientes o a la trata de personas.
En las últimas semanas se han registrado casos constantes de personas que buscan y encuentran en internet, sobre todo en redes sociales, anuncios de supuestas ofertas de trabajo a las cuales se presentan para ser candidatos a ofertas muy atractivas mediante a las cuales se enganchan, principalmente a jóvenes. Posteriormente, simplemente desaparecen, pierden contacto con sus familias y nunca más regresan a sus lugares de origen, luego son encontradas sin vida tiempo después y otros nunca más son localizados por lo menos sus cuerpos.
Los reportes oficiales acerca del fenómeno de las personas desaparecidas han sido manoseados por instancias oficiales, porque ni siquiera se cuenta con criterios legales para considerar a alguien como desaparecido, las autoridades no terminan de ponerse de acuerdo –porque no les conviene—y recurren a criterios prácticamente infantiles de cuándo asignar a alguien el término de persona desaparecida.
Como desde hace muchos años, la inacción de las fiscalías de justicia en el país comienza desde el momento de reportar a una persona que se cree desaparecida, bajo el argumento de que en dos o tres días más seguro regresa, ha de andar con el novio, nada más que se le baje el coraje verá que aparece y otra larga lista de cosas que constantemente le responden a quienes acuden a una agencia del Ministerio Público a tratar de reportar la ausencia de algún familiar o amigo con el que se pierde la comunicación.
La migración es otro factor que incide negativamente en el fenómeno de las personas desaparecidas, pues al intentar ir en busca de un mejor futuro para ellos y sus familias hay quienes salen de sus lugares de origen y comienzan un desplazamiento que, en muchos casos, no termina bien porque en el camino son interceptados por miembros de grupos delictivos que los reclutan para sumarse a sus causas delictivas a cambio de un dinero que de otra forma no podrían ver junto en toda su vida, o simplemente primero los extorsionan para tratar de secarles dinero que la mayoría no tienen y, al final del día, simplemente los matan, porque para estas agrupaciones lo que menos vale es la vida de las personas.

La organización civil Causa en Común presentó el informe titulado “Nombres sin cuerpo y cuerpos sin nombre: apuntes sobre la omisión del Estado mexicano ante la tragedia de los desaparecidos”, en el cual se revelan interesantes datos sobre la situación que se vive en este país con relación al fenómeno de las personas desaparecidas.
Lo primero que vale la pena destacar es que el Estado de México aparece como la primera entidad del país con casos de personas desaparecidas, tanto en el rubro de aquellos que siguen sin ser localizadas como de quienes ya aparecieron, en su mayoría sin vida, en algún lugar del país.
En un comparativo sexenal, el de Andrés Manuel López Obrador fue el sexenio con el mayor número de desapariciones registradas, 64% más que en el sexenio de Enrique Peña y 215% más que en el sexenio de Felipe Calderón.
Teniendo en cuenta el total de registros contenidos en el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas (RNPDNO), resulta que el 45 por ciento de las desapariciones reportadas en los tres sexenios, ocurrieron durante el periodo de López Obrador.
En el pasado sexenio, que encabezó el tabasqueño, el 49% de las desapariciones se concentraron en seis entidades: Jalisco: 6,724; Estado de México: 5,425; Michoacán: 3,758; Ciudad de México: 3,655; Tamaulipas: 3,351 y Nuevo León: 3,256.
El Estado de México continúa siendo uno de los lugares más peligrosos del país en materia de personas desaparecidas, situación que no suele visibilizarse, primero por la gran cantidad de población que concentra esta entidad, lo que permite crear confianza, es uno en millones, dicen las autoridades, pero lo que parecen olvidar es que podrá ser uno entre mil, pero detrás de cada caso hay una familia rota, mujeres e hijos abandonados, personas a las que se les cambió la vida por esta razón y que quizá nunca más vuelvan a la normalidad.

Temoaya en la disyuntiva de hacer cumplir la ley a costa de una revuelta social
En el municipio de Temoaya, al norte del Valle de Toluca, se gesta un problema político que –esperemos y no— podría desembocar en un problema social manchado por la violencia que desafortunadamente distingue a esa tierra otomí.
Como se recordará, en los primeros días de este año, surgió una reacción violenta de pobladores de ese municipio que se opusieron a que Víctor Montiel Reyes asumiera el cargo de regidor, el cual había ganado legalmente en la elección del 2 de junio, porque, según el pueblo él no nació en Temoaya y tampoco pertenece a la raza otomí.
Ciertamente Temoaya es un municipio de usos y costumbres muy arraigadas, tanto que los habitantes, sobre todo los mayores, creen erróneamente que los usos y costumbres” están por encima de la ley.
A Víctor Montiel Reyes incluso lo privaron de su libertad, lo amarraron a un poste en la explanada municipal de su localidad y lo presionaron hasta que aceptara firmar un documento en el que renunciaba al cargo de primer regidor. Por supuesto que todo esto fue en contra de su voluntad, forzado porque los que lo presionaban amenazaron con lincharlo, si no aceptaba lo que se le exigía.
Pues, total, en ese momento firmó –bajo protesta—pero firmó, lo desamarraron del poste y se echó a correr para poner a salvo su vida, pero no se quedó con las manos cruzadas, emprendió un juicio por la vía electoral, a través del Tribunal Electoral del Estado de México, instancia que ahora le dio la razón y está exigiendo a la presidenta municipal de Temoaya que el regidor electo, Víctor Montiel Rojas, sea reinstalado en el cargo.
Eso es algo muy sencillo de decir, sobre todo para el Tribunal Electoral del Estado de México, el cual está muy cómodo en Toluca, lejos de Temoaya, cuyos magistrados integrantes estarán seguros y alejados de cualquier reacción violenta que la gente de ese municipio tome.
Seguramente los de Temoaya, o al menos el grupo que desde el principio trae la bronca con el regidor se opondrá a la resolución de la instancia electoral mexiquense, pues demostrado está que en esos temas es más fácil hacer que un burro hable en francés que ellos cambien de opinión.
Lo interesante ahora será ver cómo el Gobierno Estatal, representado por el responsable de la política interior de esta entidad, Horacio Duarte Olivares, le va a hacer para ver que se cumpla la resolución del Tribunal Electoral del Estado de México, pues sería iluso pensar que sólo porque así lo determinaron los magistrados ahora sí los violentos pobladores de Temoaya vayan a aceptar la decisión de esa instancia y permitan la reinstalación en el cargo del regidor.
Por supuesto que no. Este es uno de esos casos excepcionales en los que lo que marca la ley está prácticamente divorciado de lo que en los hechos es viable. Sin embargo, la autoridad estatal está obligada a hacer cumplir la ley, pero, hacerlo, podría desembocar en una reacción todavía más violenta que la que tuvieron los temoayenses al inicio de este año.
Será muy interesante ver de qué es capaz el secretario General del Gobierno del Estado de México, para, por un lado, hacer cumplir una resolución judicial como lo es una sentencia del Tribunal Electoral del Estado de México, y, por otro lado, lograr la conciliación y el equilibrio social necesario para que esto se logre dentro de un ambiente social favorable para que no termine en un enfrentamiento que pueda tener consecuencias importantes.

UPREZ volvió a la carga ante la inacción de la Secretaría de Educación
La Unión Popular Revolucionaria Emiliano Zapata (UPREZ), organización socio-política identificada con las viejas causas de la izquierda más radical de México, volvió a las calles de la ciudad de Toluca, esta vez para denunciar supuestas irregularidades en el Sistema Educativo Mexiquense, sobre todo en planteles de la zona norte del Estado de México.
Se equivocaron quienes pensaban que UPREZ estaba controlada por la supuesta izquierda que ahora es gobierno, a través de la Cuarta Transformación, pues las causas que dan visa a este tipo de movimientos no están atendidas y mucho menos superadas. En los planteles educativos del Estado de México hay carencias muy sensibles que provocan movilizaciones de este tamaño, capaces de transformar la vida de miles de personas que tienen necesidad de ir a la zona centro de la capital mexiquense a atender asuntos de trabajo o de estudios.
Los de UPREZ tomaron las calles del centro de Toluca para denunciar que hay cientos de planteles educativos sin maestros, porque las autoridades educativas no han resuelto movimientos normales de bajas o cambios de adscripciones de maestros, por lo que cientos de aulas se quedaron sin maestros al frente de los grupos y, por supuesto, el proceso de enseñanza-aprendizaje se encuentra detenido.
Bien haría el titular de Educación, Ciencia, Tecnología e Innovación del Estado de México, Miguel Ángel Hernández Espejel, en darse una vuelta más allá de la comodidad de su mullido sillón, en aquellas comunidades donde es evidente que las cosas no son como se las vienen a platicar, porque los habitantes de Toluca no tienen la culpa de este tipo de manifestaciones que sí perjudican, y a muchos, lo que se podría evitar si obviamente alguien hiciera el trabajo por el cual le pagan, y bastante bien.