De panzazo, por decreto
Comprar o regalar una calificación es corrupción. Copiar en un examen es corrupción.
Es corrupción graduar a un médico o a un piloto o a un cocinero sin haber aprendido, sin saber curar una herida y sin entender la importancia de la salud de un paciente.
Una calificación es sólo un número. En el sistema escolarizado de México, cinco es reprobado y del 6 hasta el diez es aprobado.
Una calificación no define a una persona. Es un registro que un instructor considera corresponde a los objetivos logrados por alguien inscrito en un plan de estudios.
Cada nivel educativo significa que se deben adquirir competencias, habilidades, informaciones y formación.
La formación son hábitos, desde muy básicos, como lavarse los dientes, leer unos minutos cada día o esforzarse con dedicación y esmero para conseguir metas y lograr propósitos.
Una formación inadecuada se presenta cuando se cree que se merece algo sin cumplir requisitos, sin haberse preparado o sin haberle dedicado tiempo y cuidados.
Andy pasó a segundo grado. No aprendió a leer ni escribir. Durante todo el ciclo escolar no pudo conectarse, su maestra tampoco pudo encontrarse con él.
Andy no sabe que es un seis de calificación pues no aprendió a contar. Sus padres le explican que ese seis significa que pasó de panzazo. Casi repruebas por no aprender nada…
Andy está en formación, es una esponja que asimila todo. Siempre recordará que sin aprendizajes ascendió en un sistema donde cada grado supone un nivel de dificultad.
Ni en los videojuegos es tan fácil pasar de un nivel a otro.
En todas partes del mundo, a cualquier edad se puede empezar estudiar lo que sea. La duda es si en todas partes del mundo se acredita a alguien sin que haya adquirido formación, informaciones y saberes necesarios.
Depende del país, los niños empiezan a ir a la escuela primaria a los 6 o 7 años. Hay posibilidad de aprender durante toda la vida.
Depende de la cultura, cada generación comienza a formar a sus integrantes en hábitos, habilidades, competencias y saberes que son necesarios para insertarse en comunidad.
Desde la tribu de cazadores, saber sostener una lanza, saber cuándo lanzarla y saber contra quién lanzarla son saberes valorados que nadie se regalan sin demostrar haberlos adquirido.