Desertificación y sequía en México, una crisis pospandemia
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) proclamó el 17 de junio, Día Mundial de la Lucha contra la Desertificación y la Sequía, desde 1995, la organización ha implementado programas que frenen las actividades que provocan dichos fenómenos, tales como la tala inmoderada, el sobrepastoreo, la agricultura intensiva, la salinización, la falta de agua y una sobreexplotación de los acuíferos, entre otras, que están afectando la deforestación del suelo.
La ONU, así como organizaciones civiles y gobiernos han hecho hincapié en las fatales consecuencias que representa para el planeta la desertificación y la sequía en el mundo, entre las que señalan, la pérdida de especies vegetales y animales, suelos infértiles, disminución de la producción agrícola e inseguridad alimentaria, intensificación del cambio climático e impacto sobre el desarrollo sostenible y la calidad de vida.
En México, en 2021 las lluvias escasearon los primeros meses del año, de tal modo que, según la Comisión Nacional del Agua destacó que 84% de territorio sufre sequía en diferentes intensidades. Debido a su localización y clima, México es propenso a sufrir sequías, en años anteriores, la temporada de lluvias favoreció que las presas mantuvieran su nivel de agua; no obstante, este año, debido a las escasas lluvias de las 210 presas más importantes de México, más de la mitad están por debajo del 50% de su capacidad, advirtió el organismo gubernamental Conagua, lo anterior porque las precipitaciones no consiguieron abastecer del todo al conjunto de presas del sistema.
Esta situación ha afectado al norte de país más drásticamente, pues 61 presas están en estado crítico con menos de 25% de agua, especialmente en el norte y centro del país. Estados como Sonora, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León, Sinaloa, Durango, Zacatecas, Guerrero y Michoacán viven la sequía de manera extrema a excepcional.
De acuerdo con el servicio meteorológico, el país tuvo alrededor de 20 por ciento menos de precipitaciones de lo normal. Varias áreas en el este, oeste y sureste de México también alcanzaron temperaturas superiores a 35 °C, esto fue una de las causas por las cuales ahora nos encontramos ante una sequía que está representando perdidas y pone en riesgo la seguridad alimentaria, en el norte del país por ejemplo, los ganaderos han reportado muerte de ganado por inanición y pescadores de regiones como Veracruz también han informado que las presas en donde realizaban su actividad de subsistencia se ha secado.
En lo que concierne al centro del país, los gobiernos han anunciado que el suministro de agua bajará, debido a que en el pasado mes de abril el Sistema Cutzamala tuvo una sequía severa en 85.8% de su territorio, además de presentar el mismo problema en grado extremo en 8.7%, lo que representa una de las condiciones más graves en las últimas dos décadas en el valle de México.
Es por ello que la conmemoración de este día nos debe llevar a concienciar sobre lo importante que es el líquido vital para todas las actividades que realizamos, por ello, es recomendable hacer algunas de las acciones que nos permitan ahorrar el agua, tales como, adecuar los cultivos a especies que necesiten el mínimo de agua y adecuar el sistema de riego; parques y jardines públicos y privados con especies que necesiten poco agua; diseñar los jardines y parques públicos con árboles y plantas resistentes a la sequía; utilizar ahorradores de agua en todos los grifos y duchas; evitar las fugas o pérdida de agua de los canales de distribución del agua; potenciar la depuración de todas las aguas residuales; evitar la reforestación, sembrar árboles, racionalizar el agua, reutilizar elementos, reciclar y reducir la cantidad de desechos, ahorrar energía, entre otras acciones que sin duda detendrán de algún modo, la desertificación y la sequía.