Discrepancia fiscal, peligro constante
La declaración fiscal puede considerarse como un medio de comunicación con la autoridad fiscal en la cual hacemos de su conocimiento que le estamos dando cumplimiento a una obligación fiscal, estas declaraciones pueden ser muy variadas y dependen de la actividad que desarrolla cada tipo de contribuyente, obviamente no tiene las mismas obligaciones una persona física que quizás obtenga sus ingresos por sueldos y salarios que una persona moral.
En este tenor, las declaraciones contienen información respecto de nuestra capacidad patrimonial, lo cual puede ser verificado por la autoridad de muy distintas formas, por ejemplo, contrastar lo declarado con nuestra propia contabilidad, con los comprobantes fiscales digitales por internet o la compulsa con la contabilidad de otros contribuyentes con los que tengamos relaciones económicas. En este sentido, el contraste más importante es quizás el que se puede hacer con documentación proveniente del sistema financiero.
En este tenor, es un poco alarmante cuanta información sobre nosotros tiene el Estado, dado que el sistema financiero no se refiere únicamente a bancos, sino también a casas de bolsa, aseguradoras, administradoras de fondos para el retiro o cualquier otra institución que tenga conocimiento de nuestro patrimonio. Es importante destacar que la autoridad tiene pleno conocimiento de lo que tenemos en el banco, por lo que, hay que eliminar muchísimas malas prácticas que se dan con el manejo de nuestras cuentas como prestarlas, poner conceptos como broma cuando hacemos una transferencia o no guardar los comprobantes de nuestras operaciones dado que esto conlleva que podamos incurrir en una discrepancia fiscal.
La discrepancia fiscal es básicamente cuando no coincide lo que tenemos con lo que le declaramos a la autoridad, lo cual, puede derivar en responsabilidades desde fiscales hasta penales, lo que resulta obvio si nos ponemos en los zapatos de la autoridad, es decir, ¿Qué pensaría si una persona que comúnmente gana $10,000.00 m/n al mes, de repente e inexplicablemente recibe un millón de pesos en su cuenta de banco? Claramente muchos pensaríamos que hay algo raro con ese contribuyente.
No hablamos solamente de dinero, sino de bienes, es decir, si de repente aparece un automóvil muy caro o una casa en la playa eso prende las alertas de la autoridad. Esto no quiere decir que no haya conceptos que puedan entrar a nuestra cuenta de banco y que por su naturaleza no tengan que pagar contribuciones, por ejemplo, donaciones o algunos otros conceptos que deban pasar por la cuenta de banco como garantías o prendas, pero debemos tener el cuidado de informar a la autoridad de dichas razones para que esta no lo tome como una operación de dudosa procedencia. En este sentido, hay que poner de moda las declaraciones meramente informativas, con las cuales podamos evitar discrepancias que pongan en peligro nuestro patrimonio, tranquilidad y libertad.
Es importante que aunque movamos pocas cantidades de dinero, cuidemos tener finanzas sanas, lo cual mejora nuestra calidad de vida y mantendrá una buena relación con el Estado.