EL ALIENTO DEL SURREALISMO
Ella maneja los cómo a cualquier goteo
Como un tic tac desolado
Que insiste en marcar el paso
Pero ella se rebela hasta a la misma rebelión
Te mira como un dulce chamán ancestral
Maquillada de mil sonrisas
Sin dejar de hablar en lenguas almibaradas
Con los abrazos listos para atacarte
Con esa ternura que pestañea en cámara lenta
Para captarte, enrrollarte, hacerte suyo
Embaucando como un ilusionista a teatro lleno
Y también danza como las olas nocturnas
De las que se ven sólo con la luna
Algunas crestas blancas de esas olas
Que quieren romper sus secretos
Y vive volando de cocina en cocina
Con todos los aderezos
en las yemas de sus dedos
con los que hace de todo
ya coronada como emperatriz
haciendo de un trono cualquier lugar donde se ponga
para dictar sentencias
de esas que ayudan y que te acarician
el alma
si es que la tuya si o solo sí
vale la pena si está enaltecida y libre
y a kilómetros de cualquier escopeta de caza
y así como ella
durmiendo con los párpados en cero
comiendo y devorándolo todo,
con todo su cuerpo
lista para la jornada
para las luchas con propios y ajenos
manejando su tanque como si fuera su pluma
con la que también escribe
con solvencia olímpica,
y así transcurre y fluyen sus ríos
con todas sus vertientes
con la calma que me da
o el consuelo que me da
en todos los idiomas,
que hoy viene
para abrazarme con sus colas de trenzas azules
y sus faldas transparentes y su voz muda puesta
en el límite del silencio
porque ahora mira
y me mira, me mira, me mira y
nada más,
para conversar mejor,
mientras mis latidos sin exagerar
intentan darle,
el mejor beso de su vida.