EL BIEN PREVALECERÁ
A mi parecer el mal se nota a consecuencia del bien.
El rey Salomón decía que, el hombre sabio busca sabiduría, más el necio la mentira.
Quien camine en la verdad, justicia, juicio y equidad, lograra ver claramente, pero quién anda en caminos de maldad, fácilmente se extraviará. El bien y el mal son como la noche y el día, siempre han estado ahí, pero no pueden coexistir.
La luz del día inevitablemente disipa la oscuridad de la noche y al caer el día, la noche inevitablemente también recupera su momento, solo que la noche no puede disipar a la luz y en el caso contrario la luz sí puede disipar a la oscuridad de la noche. Así, el mal, podrá contrastar o hacer sombra al bien pero jamás logrará vencerlo.
La falta de conocimiento puede ocultar momentáneamente a la verdad, pero la verdad no depende del conocimiento, la verdad es esa luz que no podemos ocultar, brillará cuando deba a pesar de todo.
Permítanme compartir algo que escribí hace no mucho tiempo:
Nuestra esencia
No te agotes luchando contra el mal.
Cánsate haciendo el bien y el mal se ira.
Contra el amor no hay nada,
el amor y el bien lo vencen todo.
Que las cosas cambien para bien, nunca para mal.
Jamás con las armas del odio y el rencor.
No podemos desear cambiar la situación actual,
utilizando las mismas armas que nos han dañado.
Nuestras armas son las que encumbraron
los más altos derechos de la humanidad.
Nuestras armas son las que forjan a una madre,
las que animan cada día a un amigo,
las que alientan a un hermano.
Es tiempo de luchar sí, pero con los valores que hace tiempo ya,
arrojamos al cajón de los recuerdos y olvidamos con descuido.
Es tiempo de tomar la razón y la verdad,
de ser honestos, de amar y sonreír.
Es tiempo de hacer a un lado la mentira,
de arrojar semillas de razón.
Es tiempo de luchar sí, pero con justicia y con verdad.
Con amor y con lealtad, deseando obsequiar al mundo
un canto de libertad.
Si tienes hijos, si tienes familia,
Si tienes motivos suficientes para vivir;
entonces busca la paz.
Si no tuvieras los motivos suficientes, deja entonces
que Dios te muestre el camino.
Cerremos el círculo,
caminemos juntos la siguiente milla hasta llegar.
La pregunta ahora es la siguiente: ¿Qué necesita entonces nuestra sociedad para disipar el mal? ¿Dejar de combatirlo? ¿Negociar con él? ¿Aprender a caminar a su lado?
Diré entonces, no a manera de receta y mucho menos de regla a seguir, que lo correcto es aprender a vivir bajo la luz, bajo la influencia de la verdad.
Si somos más los que dejamos de mentir, entonces los que mienten serán exhibidos y sus caminos acortados.
De la misma forma, si somos más los que dejamos de practicar el cohecho, de responder agresivamente, de engañar, seguramente el bien recuperará su lugar.
Si somos más los que aprendemos a cuidar el medio ambiente, a ser solidarios con quienes nos necesitan a convivir con amor y prestancia con nuestros vecinos, con nuestras familias, con nuestro prójimo, entonces el mal que ha caído como peste sobre nuestra sociedad, perderá fuerza por completo.
¿Y si aprendemos como sociedad a decir no, con firmeza? ¿Y, si de igual manera aprendemos a caminar unidos no como genero sino como raza?
Aprendamos a actuar con amor, con sabiduría, con dedicación. Sí, es verdad, la naturaleza humana históricamente necesita más de un tropiezo para reaccionar, pero sabe luchar cuando es debido.
Extendamos el brazo y sujetemos bien al que esta a nuestro lado, seguramente siempre será bienvenida la ayuda, las acciones verdaderas y desinteresadas crean fortalezas y hacen brillar a los hombres y mujeres de buena voluntad.
Muchas gracias.