EL CALOR

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En el humeante calor de su jardín, Vulcano Flama lee que los basquetbolistas del Calor de Miami fueron recibidos con extrema calidez. El periódico le quema las manos y recuerda una curiosa palabra álgido que quiere decir al mismo tiempo frio hasta congelar y calienta hasta achicharrar.

En ráfagas de aire caliente viene nadando la canción cuando calienta el sol y no sabe que en su zaguán se recarga una pareja caliente que se retira un poco al sentir la quemante madera del portón.

Vulcano cierra el periódico y piensa que hoy no aplica el refrán: ande yo caliente y ríase la gente.

Se levanta sufriendo en las plantas de los pies el caliente piso y entra a la sala donde la calidez de su prole lo reanima. Va al baño para refrescarse y el agua que sale tibia lo desanima. Entra a la sala, desdobla de nuevo el periódico y lee que habrá futbol el domingo e inmediatamente compone:

En el feudo quemante, dominical

De los diablos rojos afamados

En este canijo calorón infernal

saldremos más que achicharrados.

Y aunque diablos sean

en este cabrón calorón fatal

los tolucos ya no pasearán

su decir: somos frialdad tradicional

Con el calor de la escritura, Vulcano ya picado suelta una andanada de cálidas palabras:

Los paraguas te defienden de la lluvia del sol, sudar sin ir al vapor. Calentura sin termómetro.

Y luego otros dos cuartetos:

Frio de caliente es antónima

Y me pregunto ¿Habrá un valiente,

una estoica, sufridora alma

que este calorón no siente?:

Y otro cuarteto

No lo quemó apasionado beso

Ni la llama de la pasión

Fue lo que pensaron… eso:

De junio del 23 el cabrón calorón.

Y es justo apagar la vela ardiente.

Vulcano se sirve una cerveza helada Sol y se imagina revolcarse en una tina de hielo o como los finlandeses de las ardiente llamas de un iglú lanzarse a las aguas de gélido mar.

Y mis saludos van con cálido afecto.