El despertar de la dulce inercia a partir de la privacidad profunda

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El 3 de junio de 2024 es una fecha histórica, puesto que, con independencia de los resultados derivados de la elección, los cuáles no me es posible esperar en función de los tiempos de coordinación establecidos con la editorial, derivado de los fenómenos observados el día de hoy, puedo asegurar con confianza que, los resultados brindarán grandes sorpresas que son el reflejo de la madurez política de la sociedad mexicana, derivado de unas elecciones en las cuáles, al igual que en fenómenos críticos para nuestro país, la ciudadanía estuvo a la altura de una gran democracia a partir de volcarse a las urnas para la elección, en las que se habla que inclusive que podría llegarse a un 75% de las y los electores, lo cual, con independencia de los resultados, ya constituye un factor ganador para nuestro país al haber sido un llamado masivo para llegar a las urnas a decidir.

De confirmarse este nivel de participación, que fue evidente este día y que inflamó el corazón el coincidir con una sociedad participativa y tener la oportunidad y el privilegio de saludar a mis vecinas y vecinos, a la par de que esperábamos el tiempo derivado de las largas filas que se hicieron para votar en mi casilla, se volverá necesario para la autoridad electoral, identificar los mecanismos y los incentivos que acompañen a la población en el despertar de la dulce inercia, para lo cual, viendo también el fenómeno exagerado de personas que acudieron a casillas especiales con la esperanza de emitir su sufragio, será importante que el sistema electoral mexicano evalúe una representación efectiva del voto a través de medios electrónicos, a fin de que el factor relativo a la residencia no se vuelva el impedimento para que la población pueda emitir su decisión, para lo cual, las tecnologías y el adecuado uso de los datos personales y su gobernanza, son elementos clave.

Adicionalmente, como parte de los elementos que subyacen a la dulce inercia, también constituye un factor relevante el empoderamiento ciudadano en torno a que, con independencia de las presiones sociales, o, las tendencias de la sociedad, las personas tengan la certeza de que su decisión vale, lo que, posiblemente podrá ser un efecto de esta elección a partir del voto encubierto, es decir, a la referencia de la preferencia hacia un candidato, candidata o partido, cuando la elección real difiere de lo anterior.

La «dulce inercia» es un concepto que ha sido explorado y analizado por varios pensadores y escritores a lo largo de la historia, denota una complacencia o inactividad placentera, ha sido utilizado para describir cómo los períodos de paz y prosperidad pueden llevar a una sociedad a la pasividad y la falta de acción, afectando su desarrollo y capacidad de respuesta ante desafíos, que a su vez se relacionan con la comprensión contemporánea de la privacidad y la participación ciudadana.

Tito Livio, en su monumental obra «Ab Urbe Condita» (Desde la fundación de la ciudad), narra la historia de Roma desde sus orígenes hasta su época. Uno de los temas recurrentes en su obra es cómo la prosperidad y la paz pueden llevar a una sociedad a la complacencia y la decadencia moral. Livio observa que, durante los períodos de paz, los romanos tendían a relajarse y descuidar las virtudes cívicas que habían forjado su grandeza. Esta «dulce inercia» se manifestaba en una falta de disciplina y una tendencia a evitar las responsabilidades cívicas, lo que a la larga debilitaba la cohesión social y la capacidad de Roma para enfrentar crisis futuras.

Livio señala que, en tiempos de guerra y adversidad, los romanos estaban más unidos y enfocados en el bien común. Sin embargo, la paz traía consigo un relajamiento de las normas y un aumento de la corrupción y la ambición personal. La «dulce inercia» de Livio es, por tanto, una advertencia sobre los peligros de la complacencia y la necesidad de mantener una vigilancia constante sobre los valores y la disciplina cívica, incluso en tiempos de abundancia.

Tácito, en sus «Anales», ofrece una visión sombría del imperio romano bajo el gobierno de Tiberio y otros emperadores. Su análisis de la «dulce inercia» es particularmente incisivo, ya que describe cómo la pasividad y la complacencia se instalan en una sociedad sometida a un régimen autoritario. Tácito critica duramente la falta de resistencia de los ciudadanos y la aristocracia romana frente a la tiranía. La «dulce inercia» en su obra no solo es un estado de inactividad, sino una aceptación tácita de la opresión y la corrupción.

Para Tácito, esta inercia es doblemente peligrosa porque no solo afecta a los gobernados, sino también a los gobernantes. La falta de oposición y crítica permite que el poder se ejerza de manera arbitraria y despótica, lo que conduce a un deterioro moral y político del estado. La pasividad de los ciudadanos, según Tácito, es una forma de complicidad en la perpetuación del despotismo. Esta crítica resuena en nuestros tiempos, donde la vigilancia y la protección de los derechos individuales son esenciales para evitar la consolidación del poder autoritario.

Ovidio, conocido por su poesía y su obra «Las Metamorfosis», aborda la «dulce inercia» desde una perspectiva más poética y reflexiva. En su obra, Ovidio explora cómo la inactividad y la complacencia pueden ser tanto un refugio como una trampa. Sus descripciones de personajes que se entregan a una vida de placeres y ocio destacan los peligros de perderse en la comodidad y evitar las responsabilidades y los desafíos de la vida activa.

La «dulce inercia» en Ovidio se manifiesta en la transformación de personajes que, al evitar la confrontación y el cambio, se convierten en seres estáticos y, a menudo, trágicos. La poesía de Ovidio subraya la tensión entre el deseo de tranquilidad y la necesidad de acción, sugiriendo que una vida sin desafíos puede llevar a una forma de muerte en vida, una existencia sin propósito ni desarrollo.

La «dulce inercia» ha sido un tema recurrente en la literatura y la historia, reflejando los peligros de la complacencia y la inactividad en la vida cívica y política. Las lecciones de Tito Livio, Tácito y Ovidio nos recuerdan la importancia de mantener una vigilancia constante sobre nuestros valores y derechos, especialmente en un mundo donde la privacidad está cada vez más amenazada. Al despertar de esta «dulce inercia» y adoptar la privacidad profunda como un principio fundamental, podemos asegurar que nuestras decisiones y acciones sean verdaderamente libres y conscientes, fortaleciendo así la democracia y la participación ciudadana.

En el siglo XXI, la vigilancia masiva y la recolección de datos personales han transformado la noción de privacidad, por lo que, la privacidad profunda se refiere a la capacidad de mantener nuestras decisiones y pensamientos libres de vigilancia y manipulación, en un entorno donde los datos son un recurso valioso, la protección de la privacidad se vuelve fundamental para preservar la libertad individual y la integridad de los procesos democráticos.

Las elecciones de México 2024 son un punto de inflexión para la democracia en el país y la privacidad profunda es esencial para asegurar que cada voto refleje la verdadera voluntad del votante, libre de influencias externas, la complacencia con la vigilancia y la manipulación de datos puede tener consecuencias graves, lo que las personas lo saben, por tanto, han aprendido a proteger a partir del uso de la privacidad y la confidencia, sus decisiones democráticas a partir de los votos encubiertos, que a su vez, han sido los principales promotores de las transiciones democráticas en nuestro país, y que, han sido los principales causantes del fracaso de las encuestas y estudios de opinión, ya que, las personas preservan sus decisiones hasta el día de la elección a fin de que éstas sirvan de manera efectiva.

A su vez, llama la atención que, el apropiamiento de la privacidad ha logrado que las personas desarrollen una serie de mecanismos que les permiten tener ese poder de decisión a través del voto y que, a su vez, han logrado que, sin necesidad de incurrir en afrentas o conflictos bélicos, que las personas se informen y empoderen para salir de ese letargo, lo cual, cuando menos de manera visible ante la alta participación, ya es un mecanismo que debería preservarse y simplificarse, en la inteligencia de que, esos mecanismos de protección de la decisión y elección a través del sufragio a través de la privacidad, debería representar un valor todavía más claro en beneficio de las personas quienes, con independencia de ese apropiamiento de la confidencia del voto, deberían saberse poseedores de la libertad de expresar el sentido de su voto para una mayor participación democrática, a partir de la eliminación de cualquier tipo de intimidación en torno a su preferencia efectiva de voto.

Despertar a la ciudadanía de la «dulce inercia» requiere esfuerzos concertados en varios frentes que deben de aprovechar la respuesta orgánica que surge a partir de estos eventos en los cuáles la ciudadanía identifica riesgos, pero que, debería fomentar la participación completa de manera sencilla. Estas medidas no solo protegerán la privacidad de los individuos, sino que también fortalecerán la democracia al garantizar que las decisiones de los votantes sean libres y conscientes.

La tecnología juega un papel crucial en la protección de la privacidad y también permite establecer esos mecanismos para dar continuidad a ese despertar, por ejemplo, el desarrollo y adopción de tecnologías como el cifrado de extremo a extremo, las redes privadas virtuales (VPN), y las plataformas descentralizadas pueden ayudar a proteger la información personal de los individuos y garantizar su privacidad, así como la implementación de prácticas de privacidad éticas y transparentes.

En ese mismo sentido, la transparencia gubernamental es esencial para construir la confianza de los ciudadanos en el proceso electoral, los gobiernos deben ser claros y transparentes en sus prácticas de recolección y uso de datos, y deben garantizar que la información personal de los ciudadanos esté protegida. La implementación de protección a la privacidad y la rendición de cuentas por parte de las autoridades son cruciales para asegurar que los ciudadanos puedan participar en el proceso democrático sin temor a la vigilancia o manipulación, a la par, que los ciudadanos deben ser animados a participar en el proceso democrático, no solo a través del voto, sino también participando en debates, foros y otras actividades cívicas. La educación cívica y el empoderamiento de los ciudadanos a través de la información y la concienciación son fundamentales para construir una democracia vibrante y saludable.

La «dulce inercia» de la antigüedad y la privacidad profunda de la modernidad están intrínsecamente conectadas a través de la noción de libertad y la capacidad de tomar decisiones informadas y autónomas. En las elecciones de México 2024, la preservación de la privacidad profunda ha sido crucial para asegurar que los ciudadanos puedan ejercer su derecho al voto de manera libre y consciente. Al rechazar la complacencia y exigir la protección de su privacidad, los votantes no defendieron su propia libertad, sino también fortalecen la democracia en su conjunto, a través de diversos resultados que podrán parecer sorpresas al momento en que se publica este artículo, pero más que sorpresas, constituyen el testimonio de que nuestra democracia vive y se encuentra en un proceso de maduración que es necesario acompañar a fin de sistematizar y mantener el despertar de la dulce inercia. Hasta la próxima.