EL EFECTO LUCIFER
A medida que pasan las generaciones se vuelven peores. Vendrá un tiempo en que serán tan malvadas que adoraran el poder; la potencia tendrá razón para ellas, y dejarán de reverenciar el bien. Finalmente, cuando nadie se indigne ante el mal ni se avergüence en presencia de un miserable, Zeus los destruirá también. Pero aún entonces podría hacerse algo si la gente del común se alzara y debelara a los gobernantes que la oprimen. Mito griego sobre la Edad de Hierro.
Así inicia uno de los libros más interesantes y atemporales de Eric Fromm titulado: Anatomía de la destructividad. En un mundo postpandemia y concluidas las dos primeras décadas del siglo XXI, hemos sido testigos del aumento de la violencia en todas sus formas, Erich Fromm trata esta inquietante cuestión con hondura y amplitud. Fromm demuestra en el hombre una agresión de índole defensiva, destinada a garantizar su sobrevivencia y que es la que comparte con los animales. Por otra parte demuestra una agresión maligna, sin objetivo biológico o social, que es particularmente humana y que forma parte de su carácter, como el amor, la ambición, la codicia. Asimismo, Fromm analiza la destructividad en los sueños y asociaciones de muchos pacientes y de figuras históricas como las de Stalin, Himmler, Hitler.
Un poco más optimista sobre el tema que nos ocupa, lo fue Steven Pinker con su libro Los Ángeles que llevamos dentro, publicado en 2011 y en donde intenta demostrar el declive de la violencia y sus implicaciones.
No comparto la hipótesis de Pinker, debido al amplio horizonte de varios siglos en el que sustenta el hecho de un mundo menos violento, simplemente, porque son contextos tan diferentes, que dificultan un juicio al respecto.
Y es que los detonantes de los comportamientos violentos, deben de merecer toda nuestra atención en el México de nuestros días, con un promedio de 80 asesinatos diarios, feminicidios, ataques a los animales más cercanos a los humanos como lo son los perros y los caballos.
En un ambiente generalizado de odio y de polarización, es importante subrayar el papel decisivo que juega el contexto como caldo de cultivo para la violencia.
Pienso que la humanidad esta pasando por un túnel obscuro en donde campea el Efecto Lucifer.
El efecto Lucifer es un fenómeno social y un proceso de transformación por el cual una persona integrada en la sociedad, normal y sin problemas psicológicos, acaba cometiendo un acto malvado. El término Efecto Lucifer fue acuñado por el psicólogo social Philip Zimbardo, quien llevó a cabo el experimento de la cárcel de Stanford en 1971
En este experimento, se demostró la influencia de un ambiente extremo y la vida en prisión en la conducta, dependiendo del rol social que se desempeñara, como guardián o prisionero. El experimento tuvo que ser interrumpido después de solo seis días debido a los resultados angustiantes y los quiebres mentales de los participantes. En resumen, el efecto Lucifer es un proceso por el cual una persona normal puede cometer actos malvados debido a la influencia del ambiente y las circunstancias en las que se encuentran.
El efecto Lucifer es un fenómeno complejo que puede ser influenciado por varios factores:
El ambiente: El ambiente en el que se encuentra una persona puede influir en su comportamiento y llevarla a cometer actos malvados.
Los factores situacionales: Los factores situacionales, como las dinámicas sociales de un contexto en concreto y la presión psicológica, pueden hacer germinar en nosotros la maldad.
La presión del grupo: Puede llevar a una persona a hacer cosas que normalmente no haría. Por ejemplo, en el experimento de la cárcel de Stanford, los guardias comenzaron a abusar de su poder y a humillar a los prisioneros debido a la presión del grupo.
La falta de empatía: Puede hacer que una persona no sienta remordimiento por sus acciones malvadas. Según un artículo de NeuroClass, el efecto Lucifer es una condición de experiencias y factores genéticos que predisponen al individuo a ser despiadado, manipulador y cruel.
La falta de apoyo emocional: La falta de apoyo emocional durante la infancia y adolescencia puede influir en el desarrollo de la maldad. Es clave la presencia de un apoyo emocional donde se puedan expresar los pensamientos y hablar sobre las emociones que se generan mediante el desarrollo de la escucha y atención.
Propongo que empecemos siendo más empáticos en el día a día y así como con nuestras acciones para frenar el cambio climático, así actuemos con responsabilidad y amor para las generaciones venideras.