El gran reto
Ella y él compran un Churrumais grandote y un chesko de dos litros en el OXXO de la esquina. Hace poco vieron telenovelada la vida de Alejandra Guzmán. Leen todas las TV y Novelas que les caen. Son fieles contribuyentes a que México siga con el liderato en consumo de refrescos, en obesidad y diabetes. Han permitido –por no ver y saber– que mentirosos, tranzas, ignorantes y briagos hayan dirigido por 37 al país y a lo mejor ni cuenta se dieron que lo hipotecaron.
¿Leerían que de 123 aspirantes a estudiar Medicina sólo entraba uno? Fieles consumidores de basura televisiva comen HASA (harina, azúcar, sal y aceite) e idolatran dos figuras de paja viendo como normal –compro un boleto y si me sobra compro pan– que un futbolista gane lo de 153 obreros y llegue –Tuca– en avión particular.
Ellas y ellos no saben que contienen los libros de 5to año de primaria de su hija, pero les enoja que el Chicharito no fue convocado a la selección nacional por el Tata Martino. Salen a la calle y ven normal a cientos de ciudadanos(as) clavados en su cel y ningún viandante cargue un libro.
No hacen caso y repletan estadios de futbol, algunos ni las manos se lavan y en este 20 de Julio de 2001 contribuyeron para que entremos de nuevo al color naranja del semáforo epidemiológico
… Y así podía seguir al infinito. Y en sentido opuesto: Ni idea tienen de la existencia de la másica clásica mexicana… ¿Silvestre Revueltas?, ¿Quién? ¿Premios Nobel Mexicanos? ¿El Arquitecto Luis Barragán?, ¿El pintor Jazzamoart? Y en lo domestico: ¿Prohombres Toluqueños de la Reforma y la Revolución? ¿Tres poetas tolucos?, ¿y qué tal razonar? Sin usar el cel ¿Cuánto es once por once? O ¿cuál es la capital de Croacia o Tamaulipas? o más sencillo ¿cómo metes –sin meter más de una– cuatro vacas en tres corrales?
Pero no hablemos de comentaristas deportivos media lengua, o cantantes que hasta Bellas Artes van a dar.
Interroga a la multitud para que complete la siguiente oración: no contaban… y un coro de millones de mexicas gritara: ¡Con mi astucia!
Loamos a quien no debemos y a quien debemos admirar y conocer ignoramos olímpicamente. Da tristeza –con sus excepciones– que las palabras más usadas por la chaviza sean güey o no mames.
Pero agárrense, esto que recién anoté –INSTRUCCIÓN– entendida como cauda de conocimiento no es lo peor; sino la AUSENCIA de EDUCACIÓN que más que información es formación, es la transmisión de valores, es la calidad humana, el espíritu sobre la materia. Es desalentador que un Doctor en Ciencias Políticas prefiera el dinero a la intrínseca validez del conocimiento. Y a contrario sensu, es sabio el campesino que sabe que si destruimos a Natura nos destruimos. Sabio es el que sabe a qué sabe el saber. El que sabe que el primigenio don es la salud, por ejemplo. No sé quién dijo ¿De qué sirve que tengas un doctorado en Oxford si es un reverendo ladrón?
Se debe –aunque parezca decimonónico sermón– que tornemos a los valores, que distingamos lo óptimo de lo pésimo, que no vegetemos nomás, de hallarle la poesía al maravilloso arte de vivir, de ayudar al hermano pobre, de SABER VIVIR, de CON-VIVIR y de ser felices. Y el saber será para aplicarlo en la vida misma y para bien.
Dicen que la felicidad pasó y no te diste cuenta ¿Qué tal cuando en la mesa sólo había poco pan, te y frijoles, pero estaba toda la familia RE-UNIDA? Y hoy con la pandemia que no se quiere ir, ¿Qué tal otra vez, que tal de nuevo ver dentro del corazón, ser mejores y regresar a los valores? ¿Vale?