EL NOSTÁLGICO DESTRUCTOR

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No hay peor ciego que el que no quiere ver. Refrán popular.

Quienes hemos cruzado el ecuador de nuestras vidas ya casi nada nos llega a sorprender, pero les confieso, que si algo en estos tiempos me ha sorprendido, es la irresponsabilidad de alguna fracción de mexicanos que se regocijan y saltan en la telaraña de mentiras, tejidas perversamente por quien solo busca el beneficio personal y el de los suyos.

Con sus discursos ofensivos para inteligencias limitadas, el gran conseguidor, ya que todo le ha conseguido a su familia y a los suyos, nos tiene sumidos en una comedia de enredos que bien pudiera llevar por título, parafraseando a nuestro gran Gabo, que el pasado 6 de marzo hubiera cumplido 97 años de edad, CIEN ENGAÑOS DE SOLEDAD.

También pudiera tratarse de una versión actualizada y tropicalizada a la mexicana, de la novela LA REBELIÓN EN LA GRANJA, de George Orwell y escenificada en la vecindad del chavo con su elenco completo encabezado por el célebre CHAVO DEL OCHO.

No quiero humedecer por gusto tus ojeras como cantaba nuestro gran Tin-Tán, pero sí recordarte que el pirómano y nostálgico destructor nos ha demostrado que, la democracia no es garantía de nada mientras el estado de derecho naufraga en un mar picado.

Un sujeto tóxico y estomagante cuyo deporte favorito es hacerle la vida imposible a los mexicanos. Que barre bajo la alfombra todo lo que no le gusta y que les pone alfombra roja a quienes deciden acercarse hincados para recibir su bendición. Que como dice mi admirada CayetanaPrometió abrazos no balazos y acabó dándole abrazos a los que dan balazos.

Este maestro en patrañas, sabe bien que cuanto más grande sea el embuste, más fácil es de creer. Pero sigue feliz y quitado de la pena, Cabalgando sobre el tigre y espoleando con las mentiras, a pesar de que se le ha caído todo, lo único que no se le ha caído ni se le caerá, es la cara de vergüenza.

Les hizo trampa a quienes creyeron en él: el líquido no correspondió a la botella de vino cuya etiqueta les vendió.

Qué negro panorama nos pinta el primer cuarto del siglo XXI, con  una humanidad carente de líderes con ambición intelectual, pero eso sí, con un ego desbordado y una espectacular ausencia de escrúpulos.

Como decía el personaje de la novela de KafkaVeo con tristeza que la mentira se ha elevado a fundamento del orden mundial.

 

Me aproximo a la puerta de salida de esta columna, para ir al encuentro de una MUJER ESTRELLA POLAR, como yo les he llamado, mi admirada CAYETANA ALVAREZ DE TOLEDO, mientras tanto, a reserva de dedicarle mi próxima entrega a esta política excepcional, les adelanto una de sus reflexiones que resulta fundamental en estos tiempos para mis compatriotas:

La política deseable sí es posible, pero se requiere dar una batalla muy valiente, cultural de las ideas y a defender la democracia liberal; lo que nosotros tenemos que hacer es fortalecer los espacios democráticos.