El primer café
Son las seis de la mañana y he despertado con la sublime sensación de haber descansado. Cuando abrí los ojos no sabía dónde estaba, ni qué día era. Pude ubicarme después de unos segundos cuando sentí mi cama y el calor de mi cuerpo desprendiéndose del sueño deseosa de vida.
Me levanté y como muchas otras veces, caminé hacia la ventana que da a la jardinera; me gusta mirarla, verla me hace sentir viva: estoy enamorada de sus colores.
Regresé a la cocina, puse mi café, dejé que su olor perfumara el ánimo de trovadora.
Me he sentado frente a esta máquina de letras: pienso, siento, trato de escribirlo todo.
Este segundo año casi termina, a pocos días de la Navidad y Año Nuevo, retomo parte de todo lo que ha implicado vivir en pandemia estos dos años.
El año pasado millones de familias no pudimos reunirnos con los nuestros. Dos mil veinte, fue de muerte intempestiva, temores, incertidumbre y mucha tristeza ante todas las pérdidas que se fueron enfrentando.
Este momento es distinto, la gente empezó a adornar las casas desde antes de iniciar diciembre: la emoción del árbol, las luces, el nacimiento. Creo que celebrar esta navidad tuvo esperanza.
Tenía años de no poner Árbol de Navidad; lo fui a sacar de no sé qué rincón de la casa, en la búsqueda de las decoraciones, me encontré cosas que no recordaba: esferas, escarcha de colores, lucecitas, figuras de distinto tipo y un mini nacimiento de porcelana.
Tengo días pensando en lo que se preparará para la cena, que si lomo, que la sopa, que la ensalada y quizá un vino tinto. Es un año diferente, hay ilusión entre sonrisas.
Me visualizo al día siguiente del 24 y 31, en medio de las desveladas y los preparativos del recalentado, me encanta levantarme mientras los demás están dormidos. Saborear la mañana, sentir el regusto de las vivencias de la noche anterior, los preparativos, la cena, las piñatas, las charlas, la alegría, la entrañable nochebuena.
Por eso, el primer café con el que agradezco la celebración navideña y el inicio del año nuevo, son el más agradecido brindis del cierre y apertura de otro año con sublime sabor a esperanza de vida. Feliz Año Nuevo mis queridos lectores.