EL SUÉTER DE LA AMISTAD

Views: 259

Nuestros amigos nos enseñan lo que podemos hacer, nuestros enemigos lo que debemos hacer. Goethe.

Cuando mi hija tenía seis años, hace más de tres décadas, estrenó un bonito suéter a franjas multicolores que la hacia lucir muy alegre; entonces le dije: – a tu bonita y abrigada prenda le llamaremos EL SUÉTER DE LA AMISTAD.-

Como desde entonces, es característico de ella, de inmediato me lanzó la pregunta: – ¿Por qué le has llamado así? ¿Qué tiene que ver con la amistad?

Mira hija, aún siendo tan pequeña, seguramente ya has hecho tus primeras amistades, entonces, tu suéter será una especie de parámetro que te permita clasificar a tus amistades

Teniendo claridad de ello, comprenderás la profundidad y el verdadero significado de la palabra amigo.

Por ejemplo: la franja que si no mal recuerdo era de color naranja, esta ubicada a la altura de tu corazón, ahí deberás considerar que es el espacio destinado para tus amigas y amigos más cercanos a tus afectos y afinidades; y así, sucesivamente… era una niña, pero estoy seguro que me entendió perfectamente, ya que tanto ella cómo su hermano, ambos de la generación Millenials, son excelentes seres humanos, que saben ser, hacer y mantener amigos.

Les cuento esta anécdota ya que me pareció un prólogo adecuado para mi entrega de esta semana que he dedicado a la amistad, a propósito del pasado 14 de febrero.

Mi experiencia me ha permitido hacer las siguientes reflexiones sobre nuestro tema. He podido concluir, que los verdaderos vínculos de amistad son los cocinados a la leña, con calma, con paciencia, a la temperatura adecuada y disfrutando el proceso en cada momento; cuando esta amistad se llegaré a enfriar por el cambio de residencia de alguno de los amigos o acaso algún mal entendido; siempre será posible volver a poner la amistad a las brazas, sin que ésta pierda su esencia fundamental.

Por contra, hoy en día han proliferado las amistades cocinadas en los modernos hornos de microondas; cumplen el mismo fin que a la leña, cocinar algo para servirlo a la mesa, solo que, si el platillo se enfría, así como la amistad, cuando se quiera volver a calentar o a recuperarla, permítaseme la metáfora, veremos que muy posiblemente, el vínculo amistoso se ha deteriorado, ha perdido su esencia fundamental, sus características que la hicieron florecer y le dieron vida.

En tiempos de un individualismo a mata caballo, procuremos a nuestras amistades cocinadas a la leña, que serán las perdurables, pero seamos cuidadosos en no desdeñar a las cocidas en microondas, ya que éstas pudieran llegar a convertirse en nuestros peores enemigos. Como decía mi estimado suegro, les das la mano y si no la retiras a tiempo en base a tu intuición, pues recibirás una buena tarascada en la mano.

Esto es lo que yo llamo una amistad unidimensional, la que se da por la sola conveniencia de alguna de las dos partes o de las dos; y, la amistad multidimensional que es la que se enriquece cada día por el florecimiento de nuevos vectores de comunicación y entendimiento entre los dos amigos, normalmente, va más allá de un asunto materialista de la mera conveniencia.

La amistad es como jugar al subibaja, nos subirnos los dos y siempre tener claro que la amistad nunca deberá de verse como un juego finito en el que uno dobla al otro, más bien, es un juego infinito en donde el peloteo constante y sin buscar quien triunfa, es el que da la verdadera felicidad surgida de una relación entre amigos sinceros.

El contacto con los demás también es un ingrediente básico del éxito. Las oportunidades más importantes de la vida proceden de otras personas. Estaría muy bien que se otorgasen en función del mérito, como recompensa al talento o al esfuerzo, pero el mundo no funciona así. La gente te da oportunidades porque se siente conectado contigo.

La Autoridad Interior te permite poner más emoción en el contacto con tus seres queridos. Es más importante tu forma de comunicarte (la emoción que expresas) que las palabras que usas. Cuando hablas sin emoción, el influjo que generas en los demás no basta para que se establezca una conexión real.

Como bien lo escribió alguna vez el filósofo alemán GoetheSi siempre fuéramos lo bastante cautos para unirnos con los amigos sólo bajo un aspecto, aquel en que armonizan realmente con nosotros, y no reivindicáramos en absoluto el resto de su ser, las amistades serían mucho más duraderas y estarían menos expuestas a las interrupciones.

 

El tema da para escribir varios libros como se ha hecho a lo largo de la historia universal, por lo pronto, les comparto este poema escrito por una de las figuras más importantes del siglo XX, el escritor portugués Fernando Pessoa.

Mis amigos son todos así:  Mitad locura, otra mitad santidad.  No los escojo por la piel sino por la pupila, que ha de tener un brillo cuestionador y una tonalidad inquietante.  Escojo a mis amigos por la cara lavada y el alma expuesta.  No quiero sólo el hombro o el regazo, quiero también su mayor alegría.  El amigo que no sabe reír conmigo, no sabe sufrir conmigo.

 

Mis amigos son todos así:  Mitad bromas, mitad seriedad.  No quiero risas previsibles, ni llantos piadosos.  Quiero amigos serios de esos que hacen de la realidad su fuente de aprendizaje, pero que luchan para que la fantasía no desaparezca.

No quiero amigos adultos ni comunes.  Los quiero mitad infancia y mitad vejez.  Niños para que no se olviden del valor del viento en el rostro, y ancianos para que nunca tengan prisa.

 

Tengo amigos para saber mejor quién soy yo, pues viéndolos locos, bromistas y serios, niños y ancianos nunca me olvidaré de que la normalidad es una ilusión estéril.