Ella me escribe

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Como otros domingos, son las ocho de la mañana y ya estoy frente a la computadora. Miro cada objeto, cada mueble, mi cama, mis sábanas, mi yo; mi nada que es mi todo. En un momento más, pondré café con canela aromatizando la casa con mi esencia.

Desde niña, uno de mis grandes sueños fue ser viajante de este mundo, ahora es una certeza escribir lo que ahora soy.

A la luz de Dios, después de mucho tiempo, despierto en el templo de la Vida; en el templo de escribana. Con la lucidez del espíritu, escribo, me escribo sintiendo una paz que los demás no me dan.

Haré mi día con la persona más importante que soy yo misma. Disfrutaré cada hora, cada instante; escucharé música, bailaré, lavaré, acomodaré mi ropa, limpiaré la casa, lavaré mis sábanas, limpiaré el auto y consentiré a las rosas que se han convertido en hijas.

Me bañaré, vestiré y perfumaré para mí, los pensamientos y sentimientos sólo serán míos ¡me amo y se siente tan bien!

Parece que esto que digo es sencillo, pero no, pasar el infierno de sentirse sola, es un paso existencial gigante. En un inicio sentía que me faltaba todo y todos: familia, amigos, una pareja o un hijo. Sentir que la soledad nos gana, nos lleva a situaciones desagradables que lo único que hacen es hacernos sentirnos peor por querernos sentirnos acompañados.

Hoy es mi cumpleaños, tendré ya más de cincuenta; he logrado respuestas de la vida, comprendiendo algunas cosas y otras ya nos las pienso porque el mañana no sucede aún. Mi alma ha cambiado; en el tiempo que paso conmigo, procuro las mejores sensaciones para que mis pensamientos sean a favor.

Hoy es mi cumpleaños, no espero nada, he aprendido a no generar expectativas. Me siento agradecida de ser ésta en lo que me he convertido, nadie vivirá la vida en mi lugar, es por eso que ya no me importa lo que los demás puedan pensar de mi persona; uno es la única alma que le da poder a los otros para que nos habiten interiormente torturándonos por vidas que no nos pertenecen.

Gratificada llego a otro año y en el silencio de mi interior: Doy gracias a la vida por haberme dado tanto.