Encendiendo el alma

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Este don de la escritura abre ventanas y puertas interiores, nos permite escuchar con ojos interiores, nos une a otros mundos; así ha sido conocer al escritor peruano en Colombia este 2024. En su inteligencia sensible presentó uno de mis títulos y en correspondiente amabilidad, me ha permitido llevarme de su virtuosa palabra en uno de sus libros. 

Frente a la mano escribana de Juan Francisco Carrillo, en su obra Encendiendo el día, las sensaciones y emociones antípodas, nacientes de diferentes momentos creativos, hurgan el interior del lector, es como si sus palabras portadoras de imágenes entraran en las yagas de Cristo Resucitado: el Destino; Tratando de acordarme de tu aroma/ el humo me ahoga y en la Casa sin Luz, el dolor de la miseria humana lanza dagas desconsideradas para concebir las mismas heridas que el autor sobrelleva. 

En el tejido de los versos, las iconografías del literato, emergen como olas que mojan la voluntad, ¿Qué haces como lector frente a la pluma literaria del poeta que se exige el arte de la poesía? ¿Qué dices ante un poemario que te arroja al estremecimiento de conmociones liberadas por la experiencia lectora?

Encendiendo el día, ha abrasado mi espíritu y también lo ha golpeado en la oscuridad laberíntica del amor y el sufrimiento, entre vida y muerte, los toquidos a mis puertas interiores, han dejado el sonido de un cuerpo literario que distingue la mística obra del poeta.

A Juan Carrillo, lo escribe su sentido de pertenencia: los suyos, la madre tierra, su patria, su vida en esta efímera subsistencia humana, el escritor dice: ¡De qué te servirá echar luz como luciérnaga! 

Por esa razón ¡poeta! Escribe y lenos el alma para que la luz de tu ser nos permita perdernos en los destellos de amor y vida brindados en cada instante, que tus múltiples voces legadas en cada verso sean ¡el color azul de tu voz!